¿Es aceptable que un político reciba dos sueldos públicos: uno como diputado, otro del partido? ¿Y que ese mismo político cobre del Congreso 1.800 euros mensuales en concepto de dietas de alojamiento mientras su partido le pague el alquiler de su piso? ¿Y que ese piso lo cobre una empresa investigada en la Gürtel? Bienvenido al sobrecogedor mundo popular, el partido del todo incluido: la casa, el segundo sueldo, el coche oficial y hasta los trajes. Una organización que tiene incluso su propia financiera y otorga créditos a sus dirigentes libres de impuestos y, por supuesto, sin intereses. Una casa, la de Génova 13, que se nutre al 90% de fondos públicos y que después reparte ese dinero arbitrariamente entre sus dirigentes. Sin transparencia. Sin dar explicaciones. Como si el dinero de los contribuyentes fuese suyo.
“El PP no alquiló el piso para Pons, sino para quien lo necesité”, explicó Carlos Floriano en una rueda de prensa para enmarcar donde no supo aclarar si hay más dirigentes del PP acogidos a esta oferta del todo incluido. Esteban González Pons, el necesitado, cobra al menos 136.000 euros al año que al parecer no le dan para alquilar un piso. No se sabe si ese pago en especie está incluido en su declaración de la renta, pero no aparece detallada en la declaración de ingresos que ha presentado ante el Congreso.
Tampoco se sabe si González Pons es el único necesitado de la bien pagada familia popular. El domingo, cuando desde eldiario.es trabajamos en esta información exclusiva que ayer dimos, un portavoz del PP nos confirmó que “el partido ha pagado el alquiler de otros vicesecretarios”. ¿Quiénes? No lo sabemos y en el PP no lo explican. Hay tres vicesecretarios: Carlos Floriano, Javier Arenas y Esteban Gonzalez Pons. Y dice Floriano que él no ha sido.
Además, ¿tiene sentido que algunos vicesecretarios generales tengan la casa pagada y no se haga lo mismo con sus superiores: el secretario general y el presidente del partido? ¿Quién más disfruta del “todo incluido”? Y la pregunta más importante: ¿qué credibilidad les queda a unos políticos que imponen toda clase de sacrificios y recortes a los ciudadanos mientras viven a todo lujo?
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González Pons, octubre de 2011: “No hay que hacer que paguen los más débiles”. No le den al play si no quieren enfadarse.
¿Es aceptable que un político reciba dos sueldos públicos: uno como diputado, otro del partido? ¿Y que ese mismo político cobre del Congreso 1.800 euros mensuales en concepto de dietas de alojamiento mientras su partido le pague el alquiler de su piso? ¿Y que ese piso lo cobre una empresa investigada en la Gürtel? Bienvenido al sobrecogedor mundo popular, el partido del todo incluido: la casa, el segundo sueldo, el coche oficial y hasta los trajes. Una organización que tiene incluso su propia financiera y otorga créditos a sus dirigentes libres de impuestos y, por supuesto, sin intereses. Una casa, la de Génova 13, que se nutre al 90% de fondos públicos y que después reparte ese dinero arbitrariamente entre sus dirigentes. Sin transparencia. Sin dar explicaciones. Como si el dinero de los contribuyentes fuese suyo.
“El PP no alquiló el piso para Pons, sino para quien lo necesité”, explicó Carlos Floriano en una rueda de prensa para enmarcar donde no supo aclarar si hay más dirigentes del PP acogidos a esta oferta del todo incluido. Esteban González Pons, el necesitado, cobra al menos 136.000 euros al año que al parecer no le dan para alquilar un piso. No se sabe si ese pago en especie está incluido en su declaración de la renta, pero no aparece detallada en la declaración de ingresos que ha presentado ante el Congreso.