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Las mentiras de Pablo Casado sobre la carne, el queso, el paro y el turismo de otras razas

27 de enero de 2022 23:36 h

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Pablo Casado: “Vino el ministro de Consumo, Alberto Garzón, a decir que los ganaderos españoles son maltratadores de animales y que exportan carne tóxica al exterior”

Falso. Garzón nunca dijo que España exporte carne tóxica, ni tampoco calificó a todos los ganaderos españoles en su conjunto como maltratadores. Como es obvio para cualquiera que haya leído sus declaraciones.

Pablo Casado: “¿Ganadería intensiva o extensiva? Pues depende. Depende del mes, depende de la explotación y depende de la familia”. 

Y tanto que depende del mes. Si le preguntabas hace unos meses al PP de Castilla-La Mancha, las macrogranjas eran peligrosas “para la salud pública”... hasta que borraron los tuits donde las denunciaban

Pablo Casado: “Cuando el ministro de Consumo dice que la carne no es sana para comer, yo me pregunto por qué en España vivimos más que nadie en el mundo, sólo detrás de Japón”

Falso. Alberto Garzón nunca ha dicho que la carne no sea sana para comer. Solo ha defendido que es saludable reducir su consumo. Es lo mismo que afirma también la inmensa mayoría de los nutricionistas, y refrenda la práctica totalidad de las organizaciones internacionales, empezando por la ONU.

Y es cierto que España es el segundo país del mundo con mayor esperanza de vida, solo después de Japón. Lo mismo tiene que ver con que ambos países han sido históricamente los dos mayores consumidores de pescado del mundo. 

Pablo Casado: “La dieta mediterránea va muy bien y nuestra carne y nuestra agricultura y nuestro aceite de oliva nos han dado esas tasas de longevidad que ningún burócrata, ningún político, tiene que poner en riesgo”.

Es cierto que la dieta mediterránea probablemente explica la longevidad española. Pero esa dieta se basa, precisamente, en un alto consumo de vegetales y legumbres, y en que la carne se coma de forma esporádica. Algo que sí hacían las generaciones anteriores de españoles pero que en los últimos años se está perdiendo. Lo que pretende Garzón cuando plantea comer menos carne no es “poner en riesgo” la dieta mediterránea, sino recuperarla.

Una de las estadísticas más preocupantes, y que puede traer consecuencias a largo plazo, es que el consumo de carne está creciendo en España más que en ningún otro país europeo

Pablo Casado: “El ministro de Consumo dijo que el 80% de los quesos en España eran no saludables, porque con ese etiquetado de los naranjas y los rojos de toda la producción española de quesos, según el señor Garzón, el ministro de Sánchez, el 80% no eran saludables. Algo que es leche, cuajo y sal”.

Falso. Alberto Garzón nunca ha dicho que el 80% de los quesos españoles no sean saludables. Y “ese etiquetado de los naranjas y los rojos” del que habla Casado no es tampoco un invento de Garzón. Se trata de Nutriscore, y es un sistema europeo que ya usan multitud de países de los que Casado suele citar como ejemplo –Francia, Alemania, Holanda…– y que sirve para diferenciar, entre un mismo tipo de producto, aquellos que son más saludables. Porque no todos los quesos son iguales, como tampoco todos los políticos lo son.

La fórmula para  evaluar a cada alimento en Nutriscore tampoco se la inventó Garzón, ni el Ministerio de Consumo, ni ningún otro burócrata o político: sale de la Universidad de Oxford.

También es falso que todo el queso sea solo “leche, cuajo y sal”. Desgraciadamente, muchos de los que consumimos incluyen almidón, sorbato potásico y otro tipo de productos no tan caseros. Por ejemplo: estos son los ingredientes de los famosos tranchettes

Pablo Casado: “Parece que el Gobierno tiene problemas para aprobar la reforma laboral. Nosotros, como no nos han llamado, nos mantenemos en nuestra posición. Si ellos quisieran aprobar la mochila austríaca y no derogar las partes de nuestra reforma laboral del 12, que por ejemplo ASAJA, o ANSAN o Foment en Cataluña o en Madrid reclaman en cuanto a flexibilidad… Si ellos se abrieran a eso, hace un año que yo me habría puesto a negociar la reforma laboral”.

Casado obvia que la principal patronal española, CEOE, ha respaldado este acuerdo. Que también lo han hecho los grandes sindicatos. Que la mochila austríaca no cuenta con el apoyo ni de la patronal ni de los sindicatos. Y que a diferencia de la reforma de 2012, ésta no es unilateral. Sale del diálogo social y supone el mayor consenso en varias décadas en este ámbito tan trascendental.

En cuanto a la oferta de “negociar la reforma laboral”, es difícil creer en la voluntad de Casado para llegar a un acuerdo así cuando el PP ni siquiera ha querido pactar ese mínimo al que le obliga la Constitución: la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que está en funciones desde hace más de tres años.

Pablo Casado: “Están dando un millón de euros para la Guerra Civil o no sé qué archivos que quieren digitalizar y otro millón de euros para el turismo de otras razas y otro millón de euros para las sedes sindicales”.

El millón de euros “para la Guerra Civil” es un proyecto para digitalizar un archivo de 787.000 documentos de la represión de la dictadura, un asunto –el de las víctimas que no son de ETA– que al líder del PP le produce desprecio y mofa desde que hablaba de “la guerra del abuelo” y “las fosas de no sé quién” en uno de sus primeros discursos públicos

El millón de euros “para el turismo de otras razas” no existe más que en su imaginación. Lo más parecido es un plan que, entre otros muchos objetivos, busca promocionar España como destino para turistas LGTBI –el ejemplo más obvio: el Orgullo en Madrid–, o para turistas mayores, de otras religiones, con discapacidad… ¿Las razas? En el BOE donde se recoge este plan no aparecen. Salvo que para Casado la diversidad sexual o religiosa sea una raza.

En cuanto al millón para las sedes sindicales, en realidad se trata de la rehabilitación de edificios que son propiedad del Estado –aunque algunos de ellos los usen los sindicatos– para mejorar la eficiencia energética y ahorrar en electricidad y calefacción. Algo que está en todos los planes europeos de todos los países, no solo en los que tienen gobiernos “social comunistas”.

Pablo Casado: “El empleo privado en España no ha crecido, sino que aún no se ha recuperado. La EPA sale así porque se han creado más de 200.000 puestos de funcionarios”.

Falso. El empleo privado creció en 2021, y de hecho lo hizo mucho más que el público. El año pasado se crearon 744.300 puestos de trabajo en el sector privado –una subida del 4,66%– mientras que el sector público aumentó en 96.400 ocupados: el 2,85%.

También es falso que haya 200.000 funcionarios más. Gran parte de las nuevas altas son por sustitución de funcionarios que se han jubilado.

Pablo Casado: “Seguimos teniendo el mismo problema macroeconómico que yo vengo denunciando, porque si no, ¿por qué el empleo se recupera mejor en España que el crecimiento económico? ¿Dónde está esa dualidad, esa disparidad de criterios macroeconómicos?”

Es una gran pregunta. Si Casado quiere una respuesta, le recomiendo este análisis del estadístico Francisco Melis, o este artículo que publiqué hace unos meses sobre las enormes dudas que provocan los datos del INE sobre el PIB entre buena parte de los economistas. Aunque me temo que las respuestas a Casado no le van a gustar. 

Pablo Casado: “La propaganda triunfalista con los datos del paro es, cuanto menos, insensible con los 10 millones de familias que según Cáritas están en pobreza severa y con el millón de familias que van a las parroquias a pedir comida porque no tiene ni para hacer la compra. Un poquito de respeto a la España real”. 

Falso. Pablo Casado, como es costumbre, no da un solo dato bien. Teniendo en cuenta que el hogar medio en España es de 2,5 personas, si 10 millones de familias sufrieran pobreza severa, 25 millones de personas en España estarían en esa situación: más de la mitad de los habitantes del país. Hay que irse a Honduras, Guatemala o Venezuela para encontrar un porcentaje de pobreza así.

La realidad es muy distinta: el informe Cáritas que cita Casado habla de 6 millones de personas en pobreza severa, no de 25 millones. Es un dato grave y muy preocupante, pero cuatro veces inferior a las cifras de la “España real” que se inventa el líder de la oposición. 

En cuanto al millón de familias –2,5 millones de personas– que van a las parroquias para poder comer, de nuevo Casado suelta una cifra que no cuadra en absoluto con la realidad. Según los datos de Cáritas, 1,6 millones de personas acudieron a bancos de alimentos el año pasado. Es un dato terrible, sin duda, pero muy inferior al que enuncia el presidente del PP.

Pablo Casado: “Estamos preocupados por la situación de España, pero hay solución: bajando los impuestos, como ha hecho el canciller alemán socialista, 30 mil millones de euros, o como ha hecho el gobierno portugués socialista”.

Falso. El nuevo canciller alemán no ha bajado 30.000 millones en impuestos, por mucho que el líder del PP lo repita sin cesar. Esta rebaja es el plan que pretende el ministro de Finanzas, del partido liberal. Pero ni los socialistas ni el partido verde –los otros socios de la coalición alemana– están por la labor. Por ahora, esa rebaja de impuestos en Alemania está aún sin concretar.

En cuanto a Portugal, es cierto que el gobierno luso rebajó unos céntimos el impuesto a la gasolina, tras las enormes subidas del petróleo de los últimos meses, que provocó que gran parte de los portugueses repostasen en gasolineras españolas. Pero esa rebaja puntual ante el aumento del precio de la energía no es muy diferente a la que acometió el Gobierno español, cuando rebajó los impuestos a la electricidad por las subidas del gas. 

Pablo Casado: “Si una tienda no vende, no parece muy inteligente subir los precios. Bueno, pues esto es un país. Si un país tiene problemas de empleo y tiene problemas de crecimiento económico, no parece muy inteligente subir los impuestos”.

¿La receta de Casado contra la precariedad, la pobreza y todos los problemas del país? Bajar impuestos. Sea cual sea la coyuntura, el momento, o el problema a solucionar. Cabe preguntarse cómo se pagarían entonces las ayudas sociales, como los ERTES o el Ingreso Mínimo Vital. Porque no hay ninguna gran rebaja de impuestos posible que no pase por un recorte en el estado del bienestar.

Pablo Casado: “Vino el ministro de Consumo, Alberto Garzón, a decir que los ganaderos españoles son maltratadores de animales y que exportan carne tóxica al exterior”

Falso. Garzón nunca dijo que España exporte carne tóxica, ni tampoco calificó a todos los ganaderos españoles en su conjunto como maltratadores. Como es obvio para cualquiera que haya leído sus declaraciones.