1. La gran incógnita: si el CNI solo espió a 18, ¿quién está detrás de los 47 que faltan hasta sumar los 65 independentistas que fueron atacados con Pegasus, según la investigación de Citizen Lab? Las explicaciones que ofreció en el Congreso la directora de los servicios secretos dejan una sospecha en el aire: que hay más de un grupo que utiliza este troyano en España. No solo el CNI.
2. Para espiar hacen falta dos cosas: los recursos y el interés. Y por eso es verosímil la hipótesis de que Marruecos esté detrás del espionaje al presidente del Gobierno, a la ministra de Defensa, a la exministra de Exteriores y al ministro del Interior. Porque había un motivo: la crisis entre ambos países por la decisión del Gobierno de España de acoger al líder saharahui Brahim Gali. Porque las fechas coinciden. Y porque Marruecos también cuenta con los recursos para esa operación.
3. La hipótesis marroquí podría servir para explicar el espionaje a Sánchez, a Robles, a González-Laya y a Grande Marlaska. Pero, ¿qué interés podría tener Marruecos o cualquier otro gobierno extranjero en intervenir los teléfonos del resto de los independentistas, empezando por los expresidentes Torra, Mas y Puigdemont?
4. Las explicaciones que ofreció este jueves la directora del CNI a los portavoces parlamentarios –lo que sabemos de lo que pasó en esas cuatro horas está contado en esta información– dejan también varias preguntas sin responder. Entre ellas, ¿quiénes son las personas espiadas cuyos nombres aparecían tachados en la documentación que los portavoces parlamentarios pudieron revisar?
5. ¿Conocía el Gobierno que el CNI estaba espiando al líder de ERC y entonces vicepresidente de la Generalitat Pere Aragonès? “Ni lo sabíamos ni lo podíamos saber”, responden desde Moncloa, donde explican que es el CNI el que decide a quien espía y es un juez quien autoriza la operación. Otras personas que, en el pasado, han tenido acceso a los reportes del CNI confirman que ésta es la forma habitual de funcionar. “Los informes de inteligencia nunca detallan las fuentes”, asegura un exdirigente ya jubilado: “Te cuentan las conclusiones pero no cómo se ha llegado hasta ellas”.
6. El problema para el Gobierno es de lógica matemática elemental. La parlamentaria, donde la legislatura se complica sin los votos a favor de ERC. Y también porque el trecho entre los 65 de Citizen Lab y los 18 que admite el CNI es un margen de error muy difícil de tragar. Desde el independentismo se señala abiertamente a una “cloaca” policial: a fuerzas de la seguridad del Estado descontroladas, que operan sin el mandato judicial. En el PSOE siguen negando esa posibilidad, pero tampoco ofrecen una alternativa verosímil. Más allá de cuestionar la veracidad de la investigación de Citizen Lab.
7. El espionaje a Pere Aragonès, que el CNI confirmó, está amparado por un juez del Supremo que autoriza este tipo de operaciones. Pero eso no le quita gravedad a la situación, porque Aragonès ya entonces gozaba de inmunidad parlamentaria, un principio democrático fundamental. Para procesar judicialmente a un diputado, en todas las democracias, su Parlamento lo tiene que autorizar. Es un trámite que casi siempre se suele autorizar, pero también es parte fundamental de la separación de poderes. ¿Es coherente con esta inmunidad parlamentaria que a un diputado se le pueda espiar?
8. Llegados a este punto, la legislatura está en una crisis de extrema gravedad. Sin ERC, el Gobierno pierde gran parte de su oxígeno parlamentario. Y para ERC tampoco es viable ignorar lo que sabemos hoy. El partido liderado por Junqueras y Aragonès hizo una apuesta arriesgada por el diálogo, que les generó muchas críticas internas dentro del mundo independentista. Y, por ahora, lo único que han obtenido de esa apuesta es una mesa de diálogo que no avanza y un espionaje del CNI. Si no hay pasos, y no llegan pronto, es muy difícil que el Gobierno pueda aguantar.
1. La gran incógnita: si el CNI solo espió a 18, ¿quién está detrás de los 47 que faltan hasta sumar los 65 independentistas que fueron atacados con Pegasus, según la investigación de Citizen Lab? Las explicaciones que ofreció en el Congreso la directora de los servicios secretos dejan una sospecha en el aire: que hay más de un grupo que utiliza este troyano en España. No solo el CNI.
2. Para espiar hacen falta dos cosas: los recursos y el interés. Y por eso es verosímil la hipótesis de que Marruecos esté detrás del espionaje al presidente del Gobierno, a la ministra de Defensa, a la exministra de Exteriores y al ministro del Interior. Porque había un motivo: la crisis entre ambos países por la decisión del Gobierno de España de acoger al líder saharahui Brahim Gali. Porque las fechas coinciden. Y porque Marruecos también cuenta con los recursos para esa operación.