Pablo Casado (a Pedro Sánchez): “Lleva usted dos meses sin aparecer por el Parlamento. Eso sí recuerda a las ausencias de Fray Luis de León de las que habla en su libro”.
Falso. Sánchez estuvo en el Parlamento la semana pasada en el pleno de Presupuestos. Y en enero no fue por allí ni Sánchez ni Casado ni ningún otro diputado, porque ese mes en el Congreso siempre es inhábil y no se celebran plenos.
Pablo Casado: “Cuando el PSOE llegó al Gobierno se creaban 6.000 empleos todos los días, ahora se destruyen 6.000 empleos todos los días”.
Falso. Para sostener esta acusación catastrofista, Casado está comparando los datos del mes de mayo de 2018 con los del mes de enero de 2019. Y sí, en mayo en España se crea empleo y en enero se destruye, independientemente de quién gobierne. Es lo que pasa desde siempre a la economía española porque en enero se van al paro los contratados de la campaña de Navidad y en mayo empiezan los contratos para la temporada de verano.
Esta es la media de creación y destrucción de empleo en España por meses de los últimos seis años. Enero siempre es malo para el empleo. En muchas ocasiones, es el peor mes del año: con Rajoy y con Sánchez.
La realidad es que el paro ha seguido bajando con Sánchez como presidente y 2018 se cerró con el mayor número de afiliados a la Seguridad Social desde 2008.
Pablo Casado: “Usted no ha dejado de pactar con los independentistas desde la moción de censura”.
Algo que parece que solo es criticable cuando lo hace el PSOE. Hay que recordar que Ana Pastor es presidenta del Congreso gracias al voto de los independentistas, que se abstuvieron en esa votación y así la derecha logró el control de la mesa. Esa mayoría conservadora en la mesa ha sido después clave en la legislatura. Muchas propuestas de ley con mayoría en la cámara se han quedado sin votar porque la mesa ha bloqueado las votaciones alargando el plazo de enmiendas en una suerte de filibusterismo parlamentario.
Eso pasó, por ejemplo, con la reforma legal para eliminar esa limitación a la investigación penal de algunas causas de corrupción, un cambio que hizo el PP con su mayoría absoluta y que ha servido, por ejemplo, para que el expresidente de Murcia se libre de una de sus imputaciones. PP y Ciudadanos han bloqueado desde la mesa en 58 ocasiones esa reforma, que cuenta con un apoyo mayoritario en el Parlamento, para evitar que se vote.
Pablo Casado: “Su Gobierno bonito ha sido el Gobierno de dos ministros cesados”.
Se refiere a Maxim Huerta y Carmen Montón. El primero tuvo que dimitir por una sanción fiscal. Exactamente el mismo tipo de problema con Hacienda que tuvo el mentor de Pablo Casado y expresidente de honor del PP José María Aznar, multado por utilizar una sociedad instrumental, Famaztella, para pagar menos impuestos.
En cuanto a la exministra Carmen Montón, dimitió por recibir un máster sin merecerlo en la URJC y por plagiar un trabajo. Exactamente lo mismo que hizo Pablo Casado con su máster en la URJC y con el copia pega que realizó en un capítulo de un libro.
Pablo Casado: “Quieren modificar y tumbar la reforma laboral con el rodillo de los decretazos”.
Falso. Los decretos no son rodillo alguno, sino la única herramienta que ha tenido el Gobierno para sacar adelante reformas legales ante el bloqueo sistemático de Ciudadanos y PP en la mesa del Congreso ante cualquier propuesta de ley. Todos los decretos se tienen que aprobar después por una mayoría del Congreso y si no decaen, como ocurrió con el de las medidas sobre el alquiler.
Pablo Casado: “Usted ha intentado vender la nación a los que quieren destruirla”.
Falso. Por eso, porque no ha habido venta alguna de la nación, los independentistas no apoyaron los presupuestos pactados por PSOE e Unidos Podemos y se han adelantado las elecciones.
Pablo Casado: “Usted acercó a los presos golpistas a Catalunya”.
Falso. Primero, porque para ser golpista antes hace falta una condena por rebelión que aún no se ha producido porque todavía no hay sentencia. Y también porque la decisión de acercar a los presos independentistas a cárceles cercanas a su domicilio y familiares –como se hace con todos los presos en España salvo con los condenados de ETA– se tomó con el visto bueno del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena.
Pablo Casado: “Usted ha retirado la acusación de rebelión”
Falso. La Fiscalía bajo el Gobierno de Pedro Sánchez ha seguido acusando por rebelión, igual que lo hizo con el Gobierno de Rajoy. Y es cierto que la Abogacía del Estado acusa de sedición y no de rebelión. Sin embargo, esta decisión –que Casado vende como de gran traición a España– no es ni mucho menos una cesión a los independentistas.
El Supremo, como cualquier tribunal, solo puede condenar por los delitos que pidan las acusaciones y no por otros. En este caso la Fiscalía, la Abogacía del Estado y Vox.
Vox acusa de rebelión, igual que la Fiscalía, pero ninguna de esas dos acusaciones plantea la sedición. Y si la Abogacía no hubiera planteado la sedición, una condena por ese delito no sería posible y el Supremo solo podría condenar o por rebelión o por lo delitos con penas de cárcel menos graves: malversación, prevaricación y desobediencia grave a la autoridad.
En el fondo, la Abogacía más que un favor le ha hecho una faena a los presos independentistas porque le ha dado al Supremo más opciones de condena.
Pablo Casado: “Usted hubiera aceptado la autodeterminación de Catalunya si el PP no lo hubiera impedido”
Falso. En ningún momento el PSOE ha aceptado ni parece que vaya a aceptar la convocatoria de un referéndum de autodeterminación en Catalunya. Lo que es una lástima porque probablemente un referéndum pactado y con condiciones claras, como en Escocia o en Canadá, es la mejor solución a la crisis catalana.
Pablo Casado: “Usted no ha votado a favor de tipificar de nuevo en el Código Penal la convocatoria ilegal de referéndums”.
Convocar un referéndum ilegal no es un delito castigado con cárcel en España desde el año 2005. El PP, con mayoría absoluta entre 2011 y 2015 tampoco cambió este punto de la ley, a pesar de que todos los referéndums catalanes se realizaron bajo la presidencia de Mariano Rajoy. El primero de ellos, el 9 de noviembre de 2014, cuando el PP tenía todo el poder para cambiar esta ley de un plumazo.
Pablo Casado: “Este año se ha dilapidado la confianza internacional de España presentando unos presupuestos que no aceptaban ni la comisión europea ni el FMI ni la OCDE”.
Casado se refiere a que estos organismos internacionales, también el Banco de España, han sido críticos con la previsión de ingresos que plantea el Gobierno en sus Presupuestos, que creen que no se van a cumplir. Exactamente lo mismo que pasó con todos los Presupuestos anteriores realizados por el Gobierno de Mariano Rajoy. También esas cuentas recibieron críticas similares. Y el Gobierno de Rajoy no cumplió casi ningún año con la previsión de reducción de déficit comprometida con Europa ni con los ingresos previstos por Cristóbal Montoro.
Pablo Casado: “Lo que ha vendido como política social: la subida de pensiones, la subida a los funcionarios o la lucha contra la violencia de género es lo que dejó aprobado el Partido Popular”.
Casado omite la principal medida social aprobada por el Gobierno: la subida del 22% del salario mínimo hasta los 900 euros –que acordaron PSOE e Unidos Podemos con la oposición del PP–. También olvida que desde la mesa del Congreso, PP y Ciudadanos bloquearon la ampliación del gasto público en 6.000 millones de euros que permitía Europa a España.
Hay que celebrar que al menos hoy el líder del PP no llame a la violencia de género “violencia doméstica”, como hizo en enero cuando estaba negociando el pacto con Vox en Andalucía.
Pablo Casado: “No ha hecho nada ante un dictador en Venezuela”.
Falso. Salvo que Casado plantee la invasión de Venezuela, porque el Gobierno ha reconocido como presidente a Juan Guaidó y ha exigido la convocatoria de elecciones. No hay más que escuchar a Nicolás Maduro hablando de Pedro Sánchez para comprobarlo.
Pablo Casado: “Este año han llegado a España más inmigrantes en patera que los ocho años antes sumados, por su efecto demagógico llamada”.
Falso. El aumento en esas cifras no tiene absolutamente nada que ver con la llegada de Sánchez a La Moncloa ni con ningún “efecto demagógico llamada”. Entre enero y junio de 2018, con Rajoy como presidente, ya se había duplicado la llegada de pateras respecto al año anterior. La causa es el cierre de las otras rutas en el Mediterráneo a través de Turquía –por el acuerdo de la UE con el gobierno de Erdogan– y Libia –por el pacto de su gobierno con Italia–.
En palabras del director ejecutivo de Frontex (la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) “la caída de las llegadas observada en el Mediterráneo Central claramente ha resultado en un efecto de desvío en la ruta del Mediterráneo Occidental”. Esa tendencia tampoco empezó con Sánchez, sino en 2016: con Rajoy en La Moncloa. Y aunque entren más inmigrantes que otros años hacia Europa por España (que no es lo mismo que a España), la cifra global respecto al año anterior se ha reducido.
Casado esconde otro dato. En el último año también han muerto 769 inmigrantes intentando llegar en patera en España. Es la cifra más alta desde 2016. Y las pateras tampoco son la forma más habitual de entrar en España como inmigrante. Solo la más peligrosa.
Pablo Casado: “Ha avergonzado a nuestros aliados internacionales visitando a un dictador en Cuba”.
En la foto, el fundador del Partido Popular reunido con un tal Fidel Castro.