Núñez Feijóo rescata a Rajoy
El resultado en Galicia es indiscutible. El PP gallego amplía su mayoría absoluta con tres escaños más. Pierde doscientos mil votos respecto al 20N, pero la izquierda se desangra y se aleja, tal vez por décadas, de gobernar. Núñez Feijóo podrá cambiar la ley electoral y consolidar un dominio que hoy parece imposible de tumbar. Su victoria da oxígeno a Mariano Rajoy, que deja claro a los suyos que los recortes desde el Gobierno desgastan, pero que sufre aún más la oposición. La lección es evidente: si hoy hubiese elecciones generales, lo más probable es que el PP perdiese muchos votos, pero incluso así mantendría holgadamente su mayoría absoluta por el desplome y la división de la izquierda.
El PSOE se desploma
Los que pensaban que el PSOE había tocado suelo el 20N se equivocaban: siempre se puede cavar. Si las últimas elecciones generales fueron un desastre sin precedentes, la peor marca electoral para el PSOE desde 1931, ¿cómo calificar los resultados de este domingo en Euskadi, en Galicia y los que en Catalunya están por llegar? En Galicia el PSOE tuvo el 27,69% de los sufragios hace once meses. Ahora apenas supera el 20% y, respecto a las anteriores autonómicas, ha perdido un voto de cada tres. En Euskadi, los socialistas se dejan 40.000 votos desde 2011 y hasta parece poco con respecto a las anteriores autonómicas: también pierden uno de cada tres.
Rubalcaba queda muy tocado
El secretario general del PSOE no compareció para valorar el mal resultado electoral. Tampoco su número dos, Elena Valenciano. Habló el tres, Oscar López. Rubalcaba no dio la cara, tampoco se presentaba, pero el bofetón en las urnas se lo ha llevado igual. Su posición es delicada y, tras las elecciones catalanas, lo será aún más.
En Ferraz acertaron al considerar que su mejor opción para las gallegas era salir del debate regional para hablar del rescate y de los recortes. Era una buena estrategia pero fallaba en lo fundamental: tener un discurso alternativo capaz de canalizar el descontento, algo donde esa “oposición responsable” no parece funcionar. La situación en España se ha deteriorado tanto que solo hay sitio para dos posiciones: o el miedo o la rabia, como escribe Isaac Rosa. O el voto conservador o la indignación. Eso explica por qué entre BNG y la coalición liderada por Xosé Manuel Beiras suman más votos que el PSOE; eso explica también por qué el exvicepresidente de Zapatero y exministro de Felipe no puede dar hoy, por bien que lo haga, esa imagen de renovación que el PSOE necesita como respirar.
Euskadi vuelve a la normalidad nacionalista
El espejismo que –ley de partidos mediante– permitió a PSOE y PP colocar en Ajuria Enea a un lehendakari no nacionalista vasco se ha acabado ya. El nuevo mapa electoral, el que queda con el fin de ETA, deja claro que el PNV sigue siendo el primer partido en Euskadi y que la alternativa no será ya el PSE, sino Bildu, que se consolida claramente como la segunda gran fuerza política. ¿Con quién gobernará Iñigo Urkullu? Visto el resultado y sus últimos discursos, lo más probable es que Urkullu se apoye en el PSE: nunca es buena idea gobernar con quien puede sacarte del sillón.
Nace un delfín, otro queda herido
La noche electoral acaba con muchas de las posibilidades de Patxi López en Madrid. Después de perder un voto de cada tres en Euskadi, tiene muy difícil poder ser el líder en Ferraz. Sin embargo, no hay nadie en el PSOE que pueda hoy presumir de musculatura electoral, por lo que no hay que descartar del todo a Patxi López entre los candidatos a suceder a Rubalcaba.
Un delfín baja, otro delfín sube: es Núñez Feijóo. Su mayoría le consolida como el candidato natural de la derecha para sustituir a Rajoy. Es un puesto, sin embargo, con bastante rotación. Por el delfinato pasaron Francisco Camps y Esperanza Aguirre, y ya se sabe dónde andan hoy.
Núñez Feijóo rescata a Rajoy
El resultado en Galicia es indiscutible. El PP gallego amplía su mayoría absoluta con tres escaños más. Pierde doscientos mil votos respecto al 20N, pero la izquierda se desangra y se aleja, tal vez por décadas, de gobernar. Núñez Feijóo podrá cambiar la ley electoral y consolidar un dominio que hoy parece imposible de tumbar. Su victoria da oxígeno a Mariano Rajoy, que deja claro a los suyos que los recortes desde el Gobierno desgastan, pero que sufre aún más la oposición. La lección es evidente: si hoy hubiese elecciones generales, lo más probable es que el PP perdiese muchos votos, pero incluso así mantendría holgadamente su mayoría absoluta por el desplome y la división de la izquierda.