Con la llegada de las altas temperaturas y a las puertas de la fase 2 de la desescalada del confinamiento por el coronavirus, son muchos los vascos que están contando los días para darse el primer chapuzón del año en las playas de Euskadi. Por ello, el Departamento de Salud del Gobierno vasco ha editado una guía con las indicaciones y criterios a seguir para poder bañarse en las playas minimizando los riesgos de contagio del virus, y siempre y cuando la desescalada lo permita.
Teniendo en cuenta que las fiestas de los pueblos y ciudades durante el verano 2020 han quedado suspendidas, el Departamento de Salud advierte que las playas serán los lugares de ocio donde es previsible que se congregue un mayor número de personas, por ello, apela al papel “activo y responsable de la ciudadanía”, para su buen uso y para evitar contagios de la COVID-19. Entre los criterios para los bañistas se encuentran los controles de aforo, establecer o “recomendar” tiempos máximos de 2 o 3 horas de permanencia en las playas, o determinar franjas horarias dando prioridad a ciertos grupos de edad.
1. Peligro de transmisión del virus en el agua
Según el Informe sobre transmisión del SARS-CoV-2 en playas y piscinas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC, 2020) la principal vía de transmisión del coronavirus en playas, ríos, lagos y piscinas es a través de secreciones respiratorias, que se generan con la tos y los estornudos y el contacto entre personas.
A pesar de que la transmisión del coronavirus por el contagio con el agua, según este informe es “muy poco probable”, podría suponer un peligro el realizar actividades recreativas en el agua, puesto que esto podría conllevar a no respetar las medidas de distanciamiento social. Otro de los factores que contribuyen a una disminución de la carga vital del virus y a su inactivación, según el estudio, es la presencia de sal en el mar.
Por lo tanto, en aguas dulces y aguas no tratadas, como ríos, lagos y pozas, la supervivencia del virus puede ser superior a la del mar, por lo que es recomendable extremar las precauciones para evitar aglomeraciones. Si bien no existen estudios sobre la prevalencia del virus en la arena, la radiación ultravioleta solar y la alta temperatura “son favorables para la inactivación” de los agentes patógenos, según el informe.
En cuanto a las aguas residuales, se considera que, aunque el virus se excreta a través de las heces, “existe escasa evidencia sobre su infectividad”. En la misma línea que los puntos anteriores, el documento cita a la Organización Mundial de la Salud para señalar que el riesgo debido al COVID-19 en el baño recreativo se relaciona más con el bajo respeto del distanciamiento social y menos con el virus en el agua.
2. Medidas preventivas para ir a la playa
La guía recomienda antes de ir a las playas asegurarse de que no se tiene ningún tipo de síntoma compatible con la la COVID-19 (fiebre, tos, síntomas respiratorios). En el caso de tenerlos, señala que no se debe acudir a la playa y se debe consultar con su centro de salud. También se recomienda acudir a una zona de baño próxima e informarse previamente de las condiciones de uso, de acceso y aforos de las playas, así como planificar estancias más cortas con un máximo de 2 o 3 horas. “Es una forma de reducir aglomeraciones y de compartir. Piense en los demás”, indica la guía.
Una vez en la playa las “normas” son las siguientes: mantener al menos 2 metros de distancia con las personas con las que no se conviva, tanto en el agua como fuera; lavarse y desinfectarse las manos frecuentemente, así como evitar tocarse los ojos, nariz y boca sin haberse lavado antes las manos; cubrirse la boca al toser y estornudar con un pañuelo desechable o con la parte interna del codo; no compartir toallas y lavar las toallas y trajes de baño al llegar a casa; vigilar a los menores e instar a que cumplan las medidas preventivas; seguir las normas y respetar recomendaciones de los socorristas y, ante síntomas compatibles con la COVID19, (síntomas respiratorios, fiebre) abandonar la playa cuanto antes y consultar a su centro de salud.
3. Medidas para promover el distanciamiento social
Entre las medidas de la guía para facilitar y promover el distanciamiento social entre los bañistas y las personas que acudan a las playas este verano, están las siguientes: ordenar los accesos en sentidos de entrada y salida en las playas; el control de aforos “en aquellas zonas de baño que sea posible”, implementando sistema de medida y control de aforos y dándolo a conocer, además de informar a lo largo del día del nivel de ocupación de las playas, sobre todo “en las playas de mayor uso”.
Establecer o recomendar tiempos más cortos de permanencia en la playa con un máximo de 2-3 horas; establecer franjas horarias para dar prioridad a determinados grupos de edad a ciertas horas; en las playas en las que el arenal quede muy reducido en marea alta, establecer recomendaciones o normas de uso para estos periodos; organizar los usos del arenal, es decir, eliminar todo el equipamiento que no sea imprescindible, organizar circuitos y horarios de paseos; no permitir, en las horas de afluencia de público, actividades deportivas de grupo en la arena o actividades acuáticas deportivas y de ocio (embarcaciones, kayak, tablas, etc.), dejarlos para otras franjas horarias, así como establecer medidas de mantenimiento de distancias de seguridad y procedimientos de limpieza y desinfección tras cada uso.
4. Medidas higiénicas
La guía señala que “la mayoría del equipamiento habitual de la zona de baño, si se comparte, es un potencial foco de contagio por contacto”, por ello recomiendan que se mantenga solamente lo imprescindible y que se extreme la desinfección y limpieza. De esta manera, los baños y aseos contarán con los productos higiénicos necesarios, y solo podrá acceder al interior una persona. Se eliminarán las duchas de vestuarios, y no se podrá hacer uso de las fuentes de agua. También, por seguridad, se recomienda la eliminación de hamacas, toldos y sombrillas proporcionados por servicios de la playa.