La Vuelta Ciclista a España de 2023 ya se adentró en los Pirineos de inicio, en la tercera etapa. Visitó el principado de Andorra casi de saque. Sin embargo, casi dos semanas después, la cordillera se ha convertido en protagonista de la carrera con un primer final en la simbólica cima francesa del Tourmalet, este viernes, y un segundo encadenado de puertos este sábado con meta en Larra-Belagua, en Navarra, que también ha acogido un intenso recorrido dominical con salida en Pamplona y llegada a Lekunberri.
Estas tres etapas han alentado la posibilidad de que, en una semana, en Madrid, se produzca un hito histórico del ciclismo. ¿Podrán tres corredores del mismo equipo copar el podio final? Por el momento, el Jumbo-Visma tiene a Sepp Kuss de líder y por detrás a Primož RogliÄ y a Jonas Vingegaard, ¿Y podrá este mismo equipo ganar la Vuelta tras haberse llevado el Giro de Italia y el Tour de Francia? ¿Qué ocurrirá en L'Angliru, la gran subida de la última semana?
El puerto del Tourmalet lleva incrustado en su nombre el del Tour. Uno y otro son indisociables. Este mismo año, la carrera francesa ascendió su puerto fetiche de los Pirineos. Pero también la Vuelta ha querido aprovechar su aura de grandeza para una de sus etapas referenciales. No era la primera visita a una ruta no lejana a la frontera. La carrera española, que comparte organización con la francesa, imitó también el modelo de encadenado de ascensiones casi desde la misma salida. Y, el resultado que ha dejado la etapa de este viernes es que el mejor corredor del Tour en los dos últimos años, Vingegaard, se exhibió en la meta. Su equipo, los neerlandeses del Jumbo-Visma, logró colocar en esa etapa al primero, segundo y tercero y que eso se repita en la general. Este mismo equipo, recientemente, ha hecho algunas exhibiciones pero no del calibre de la que preparan ahora. Ni siquiera el histórico triplete del Mapei en la París-Roubaix de 1996 con Johan Museeuw, Gianluca Bortolami y Andrea Tafi tendría el alcance de lo que se está gestando. Los otros favoritos, Enric Mas, Juan Ayuso o Mikel Landa, asumen esta superioridad.
En la terna de cabeza Vingegaard no necesita presentación. Es el ganador de las dos últimas ediciones del Tour. RogliÄ tampoco. Tiene tres rojos en la Vuelta y podría empatar con Roberto Heras como máximo referente de la carrera. Es uno de los mejores deportistas de la historia de su joven país, Eslovenia. La novedad es el tercero en discordia. Kuss, escalador consumado y hasta ahora gregario de ambos, ha tomado los galones de líder y el equipo parece anhelar que su mejor trabajador sea ahora el rey de la corte. Del Durango estadounidense y que maneja perfectamente el castellano, Kuss ha ayudado a la pareja a llevarse sus últimos logros. Él estuvo en mayo en Italia y en julio en Francia, como antes en otras grandes vueltas. Hasta ahora, su única general era un Tour de Utah en 2018, una prueba que al año siguiente dejó de celebrarse. El público adora a Kuss, el equipo mima a Kuss y Kuss ya no reniega de su oportunidad de oro. Ya no queda contrarreloj y el equipo ha diseñado una estrategia no solamente para ganar la carrera sino para controlarla y que nada cambie hasta Madrid.
El Tourmalet, además, eliminó a Remco Evenepoel. El flamenco perdió 27 minutos en la que era su primera gran etapa de alta montaña. En la Vuelta que ganó, la del pasado verano, no hubo estos perfiles y el Giro de este año no lo completó por un positivo en COVID-19. Falló en su bautismo en esas lides. Sin embargo, el campeón belga se redimió en 24 horas y cabalgó con Romain Bardet primero y en solitario al final para levantar los brazos en Larra-Belagua y llevarse la etapa y el jerséi a topos azules del rey de la montaña. Completó una etapa muy dura que salió en Francia, en Sauveterre-de-Béarn. De 1.300 habitantes, uno es ciclista. Se llama Cyril Barthe. El modesto corredor del Burgos BH se convirtió en el héroe por una mañana y recibió una gran ovación de su gente antes de una salida en la que Evenepoel dejó claro que quería mostrar al mundo que su estrella no se ha apagado.
La etapa tuvo su punto álgido en la subida de Larrau, en las tierras vascas al norte del Pirineo. Cientos de personas se acercaron a sus rampas para saludar el paso de la carrera. Después, una rápida bajada, una tachuela, más bajada y el ascenso a Larra-Belagua. Esta estación es la otra vertiente de un mismo puerto, conocido en francés como la Pierre de Saint-Martin y que se estrenó hace unos años como otro coloso del Tour de Francia. Es de esos lugares donde la cobertura telefónica es inexistente y las vacas y ovejas pasean con total tranquilidad por la calzada. Evenepoel llegó solo a meta, lloró por todo lo ocurrido -adicionalmente, su esposa es de la zona de Marruecos afectada por el terremoto- y se desquitó de los fantasmas. En la general no hubo cambios y Jumbo-Visma supo mantener su triple corona.
El domingo, la organización redujo el perfil montañoso tras dos días de grandes desniveles y más madera en ciernes en los siguientes pasos previos a Madrid. La etapa anterior en Lekunberri, en 2020, sí tuvo más subidas. Pero la versión de 2023 sin Aralar ofreció también movimientos de la general y visos de que los neerlandeses se van a coordinar para proteger su posición. Sí se permitió una fuga, de nuevo con Evenepoel en su nuevo formato de 'puncheur', aunque el vencedor fue un corredor que ha corrido en Navarra para la estructura del actual Movistar, Rui Costa, del Intermarché-Wanty. El veterano portugués redondea un palmarés en el que brillan etapas en el Tour, triunfos en Suiza y el campeonato mundial de 2013. La presidenta de la comunidad foral, María Chivite, asistió a la meta al igual que la alcaldesa de Pamplona, Cristina Ibarrola, dio la salida acompañada del mejor corredor de la tierra, de España y quizás del mundo de todos los tiempos, Miguel Indurain. También se acercó su valedor y el de la estructura navarra que nació como Reynolds, siguió como Banesto, Illes Balears o Caisse d'Epargné y que ahora es Movistar, José Miguel Echevarri.
La etapa salió de la misma Ciudadela. Coincide con los actos por el 600 aniversario de la ciudad. Además de Indurain, Pedro Delgado, Joaquim Rodríguez u Óscar Freire fueron objeto de infinitas peticiones de fotografías y robaron algo de protagonismo a los tres del Jumbo-Visma. Navarra ha considerado un éxito el paso de la Vuelta por sus carreteras y aspira a nuevas visitas.