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Javier Sánchez-Beaskoetxea

24 de noviembre de 2021 21:31 h

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En plena meseta castellana los barcos navegan, o navegaban, mejor dicho. Entre Alar del Rey, en Palencia, y Valladolid capital, desde hace unos dos siglos existe un hermoso canal por el que, hoy en día, los amantes de la bicicleta podemos aprovechar para hacer alguna ruta fácil y tranquila.

La historia de esta gran obra de ingeniería de la España ilustrada data del s. XVIII y fue una gran idea para romper el aislamiento de Castilla mediante un canal navegable que pretendía unir Reinosa con Segovia para transportar grano y otros bienes. Nunca se completó del todo porque falta el Canal de Segovia, que no llegó a ser construido. La obra que sí se hizo se llevó a cabo entre los años 1753 y 1859. Fue el Marqués de la Ensenada quien propuso a Fernando VI la construcción de una red de caminos y canales de navegación para unir Castilla con el Cantábrico. Dos años más tarde, el ingeniero Antonio de Ulloa presentó el 'Proyecto General de los Canales de Navegación y Riego para los Reinos de Castilla y León' basado en otros trabajos del ingeniero francés Carlos Lemaur. El lugar donde dio comienzo la obra fue en Calahorra de Ribas.

Entre 1850 y 1860 las barcazas que surcaban el Canal fueron más de 350, remolcadas desde las orillas por bueyes y caballos. La puesta en marcha de la línea férrea Valladolid-Alar del Rey, con un trazado casi paralelo al del Canal de Castilla, acabó con la utilidad del Canal, aunque se siguió usando como vía fluvial navegable hasta 1959. Por lo menos, sí que sirvió para industrializar la zona con fábricas de harinas, papel, cuero, etcétera.

Hoy en día, además de usarse para regadío, es un atractivo turístico que las instituciones tratan de potenciar.

El Canal tiene tres ramales: el norte, desde Alar del Rey hasta cerca de Grijota, donde el Pisuerga se une al río Carrión (89 km); el sur, desde ese punto hasta Valladolid (57 km); y el ramal Campos, desde Grijota hasta Medina de Rioseco (69 km). Si queremos unir Valladolid con Medina de Rioseco (unos 50 km) hay varias posibilidades por pista o por carretera.

En total, son 215 los kilómetros totales del canal. Por supuesto, son demasiados kilómetros para hacerlos de una tacada para la mayoría de los aficionados al pedaleo. Por eso, lo más lógico es hacer el recorrido en varias etapas, si se disponen de varios días para ello, o hacer una parte del Canal en uno o dos días. Como la orografía del Canal es mayormente plana, precisamente por sus características como tal canal, no nos presenta dificultades en forma de subidas. Pero, eso mismo hace que el recorrido, a pesar de la gran belleza del entorno, sea algo monótono. Por ello, con hacer una parte del Canal ya podemos hacernos una buena idea de su historia, su paisaje y su atractivo.

En la web del Canal de Castilla podemos descargarnos una guía con toda la ruta dividida en varias etapas de alrededor de 25 kilómetros para poder adaptar nuestra ruta a nuestras posibilidades.

En este artículo os presento el tramo que va desde Frómista hasta Dueñas. La decisión de empezar en Frómista tiene su justificación en el hecho de que en esa bonita localidad hay una buena oferta hotelera, al ser un cruce de caminos con el Camino de Santiago. Además, Frómista por sí sola ya merece una visita, pues este pequeño pueblo cuenta como mayor atractivo con la hermosa iglesia de San Martín de Tours, joya del románico pleno y mencionada como el ejemplo más claro de arquitectura románica por múltiples autores. Data de 1066. Igualmente son bonitas las iglesias de San Pedro y la de Sta. María del Castillo. También, en este pueblo encontramos una de las esclusas del canal más atractivas. Como he dicho, al pasar por aquí el Camino de Santiago, el viajero cuenta con varios establecimientos donde alojarse y comer. En verano, es agradable cenar junto a la plaza escuchando los chillidos de las innumerables golondrinas que sobrevuelan el pueblo.

Ya en ruta, es imposible no disfrutar del bonito paisaje. Todo el Canal es precioso y transmite una profunda sensación de tranquilidad. A ello contribuye el que sea muy solitario, pues al contrario que en el Camino de Santiago, hay pocos viajeros que recorran las orillas del Canal.

La ruta hacia Dueñas discurre por pistas bien conservadas que discurren junto al Canal. Son los antiguos caminos de sirga, por los que bueyes y caballos tiraban de las barcazas que surcaban el Canal. En algunos tramos, nos alejamos un poco del canal por los caminos usados por los agricultores para acceder a las tierras de labor. Prácticamente, en todo momento pedaleamos alejados de carreteras, por lo que es un buen lugar para montar en bici con niños. Tan solo en algunas ocasiones debemos atravesar algunas carreteras o cruzar algunos puentes, pero por zonas tranquilas.

Todo el Canal es precioso y transmite una profunda sensación de tranquilidad. A ello contribuye el que sea muy solitario, pues al contrario que en el Camino de Santiago, hay pocos viajeros que recorran las orillas del Canal

Merece la pena detenernos cuantas veces sean necesarias para disfrutar de algunos rincones especialmente bellos y tranquilos. Entre Frómista y Dueñas podemos parar los pueblos de Grijota y Villamuriel, para poder comer algo y refrescarnos.

Gran Premio Canal de Castilla

Para los amantes del ciclismo de competición, hay que decir que desde hace unos cuantos años, unos entusiastas del ciclismo y del Canal de Castilla tratan de potenciar esta ruta para sacar adelante una carrera al estilo de la “París Roubaix”. Una idea similar a la que tuvieron en la Toscana italiana y de la que salió la hermosa carrera “Strade Bianche”. En los últimos años se han organizado una prueba cicloturista y un evento ciclista retro para hacer parte de la ruta con bicicletas clásicas (anteriores a 1987) y equipación antigua. Esperemos que tengan suerte y el Canal de Castilla sea el precioso escenario de pruebas deportivas de nivel.

Consejos

Esta serie de consejos puede resultar útil para el que se aventure a hacer la ruta:

  • En la ruta no hay apenas fuentes, pero se pasa cerca de numerosos pueblos.
  • Es mejor hacer la ruta con tiempo seco, para evitar tramos de barro y charcos. Si hace mucho calor, no hay demasiadas zonas arboladas para poder tener algo de sombra.
  • Se puede hacer en una bici de montaña, aunque para este tipo de caminos la bici de gravel es perfecta.
  • Es una ruta ideal para hacer tramos cortos con niños.
  • Podemos seguir el Canal por ambas orillas. Pero no hay muchos puntos donde pasar de una orilla a otra, por lo que debemos mirar bien cuál nos conviene más según los sitios en los que pensemos parar.
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