El río Lea nace en Munitibar, donde convergen los diferentes arroyos que descienden de las faldas del monte Oiz, cerca del Balcón de Bizkaia, y muere en el precioso pueblo de Lekeitio. En la Vuelta a España de 2018, la etapa que salió de Getxo terminó en la cima del monte Oiz y pasó por aquí, dejando bonitas imágenes de ciclistas luchando contra las duras rampas del recorrido. Por suerte, en esta ruta no tendremos que pelearnos con subidas imposibles, aunque sí que vamos a encontrar repechos muy duros, pero son muy cortos y con bajarnos unos metros de la bici será suficiente.
En el sendero del Lea pasaremos por seis municipios: Munitibar, Aulestia, Gizaburuaga, Amoroto, Mendexa y Lekeitio. Bueno, siendo puristas, la ruta no toca Lekeitio, pero todos los que la hacen terminan o empiezan en este pueblo, al otro lado del puente donde se inicia nuestro recorrido.
Ruta con historia
Si vemos estos parajes con los ojos de nuestro tiempo, podemos pensar que la actividad económica de los habitantes de esta zona de Euskadi se ha centrado tradicionalmente en el campo, el monte y la ganadería. Pero, al recorrer este sendero y alejarnos unos metros de la moderna carretera, pasaremos junto a restos de edificios y presas en el río que delatan un pasado industrial donde ahora solo vemos caseríos.
Entre los siglos XVI y XVIII esta comarca, como otras de Bizkaia y Gipuzkoa, vio surgir astilleros, ferrerías y molinos en las orillas del río. El fluir del agua activaba ruedas de moler, alimentaba industrias y permitía botar barcos. Muchos de los veleros usados en las conquistas de los siglos XV y XVI salieron de astilleros vascos y las ferrerías de Bizkaia fabricaban las mejores armas y herramientas de Europa, gracias la calidad del hierro de la zona. Esto hizo que esta comarca viviera décadas de esplendor.
Entre los puntos de interés por los que vamos a pedalear destacan, por orden contemplado desde Munitibar a Lekeitio, los siguientes:
- Bengola, donde hubo una ferrería en el s.XIV ahora hay un centro de interpretación de energías renovables (hay que alargar 500 m la ruta desde Munitibar para llegar).
- Casa Torre de Bengolea, de Pedro Bernardo Villarreal, en Gizaburuga, quien promovió el inicio de industrialización en Bizkaia;
- Ferrería de Bengolea, en Gizaburuga, la ferrería más importante de Bizkaia.
- Palacio de Zubieta, en Ispaster, del s. XVIII, que nos presenta su belleza casi al final de la ruta al otro lado de la ría.
- Molino de marea de Marierrota, en Mendexa, construido en 1555 para poder tener un molino en épocas de sequía, cuando los de río no podían funcionar.
- Astilleros de ribera, en Lekeitio, a ambos lados del puente, que datan de finales del s. XIX y principios del s. XX.
En la bici
Ya montados en la bici, vamos a dar comienzo a la ruta en el rompeolas de Lekeitio, que se conoce como “la tala”. Desde aquí, atravesaremos el pueblo para salir por el conocido como “el portal de Atea” en dirección a Oleta. Como la ruta es de ida y vuelta, para no repetirnos, iremos por la carretera BI-3447 hasta Munitibar a la ida y regresaremos por el sendero del Lea. Así, la parte ascendente de la ruta, hacia tierra adentro, será más suave y los repechos del sendero los subiremos por sus caras más sencillas. La carretera hasta Munitibar, salvo los dos kilómetros hasta Oleta, no tiene mucho tráfico y se rueda bien en bici. Hay algunas subidas algo más duras pero, en general, va subiendo sin gran dificultad.
Durante este tramo de 18 km hasta Munitibar, apreciaremos la tranquilidad y belleza del valle del Lea, mientras pasamos por los pueblos de Gizaburuaga y Aulestia antes de alcanzar Munitibar. Ya en Munitibar (km 18), al llegar al cruce giraremos a la derecha dirección Gernika. Pero, en vez de girar, podemos seguir recto dirección al Balcón de Bizkaia durante 500 metros hasta que la carretera hace una curva cerrada a la derecha, para poder visitar Bengola. Bajamos de nuevo hasta el cruce y, ahora sí, cogemos dirección a Gernika para dejar enseguida la carretera, bordeando la iglesia y tomar el sendero del Lea pasando un puente. A partir de aquí, ya iremos hasta Aulestia por una pista renovada para esta ruta. Aunque la ruta es descendente, de vez en cuando debemos salvar algún fuerte desnivel.
Llegando a Aulestia, pasamos junto a algunos caseríos y atravesamos la carretera por la que hemos ido antes para seguir la ruta al otro lado del río. En Aulestia (km 25), el río tiene una represa donde hay un área de esparcimiento que sirve de playa en verano. Enseguida atravesamos la carretera que une Aulestia con Markina para seguir hacia Leketio, con la tónica de zonas fáciles alternando con repechos cortos y estrechos.
Cerca de Gizaburuaga (km 30), se nos presenta a mano izquierda la Casa Torre de Bengolea y unos metros más adelante, la ferrería del mismo nombre con una presa muy bonita que nos invita a un descanso en un remanso de paz. Poco después, la ruta tiene un corto tramo por la carretera (km 32,5), aunque con una acera amplia antes de internarse de nuevo entre los árboles.
Antes de llegar al barrio de Oleta (Amoroto), la ruta pasa sobre el precioso puente de piedra de Errotabarri (km 34,5), cuyo nombre (molino nuevo, en euskera) es una prueba del pasado industrial de la zona. Pasado Oleta, tenemos una dura y corta subida y luego un bonito tramo que nos hace pasar junto al lugar donde se guardan las embarcaciones que las cuadrillas de Lekeitio utilizan para su tradicional Día del Ganso (5 de septiembre).
Ya entramos en la última parte de la ruta, por las marismas que nos anuncian la proximidad de la mar. Al otro lado de la orilla, aparece el Palacio de Zubieta. Junto al antiguo molino de mareas, Marrierrota (literalmente molino de marea, en euskera), termina la senda a los pies del puente que une Mendexa y Lekeitio. Ya solo nos queda pedalear hasta el puerto para volver al punto de partida antes de ir a comer algo rico.
Algunos consejos
- En los días festivos y con buen tiempo puede haber muchos senderistas, sobre todo entre Lekeitio y Gizaburuaga. Hay que darles prioridad.
- Hay fuentes en todos los pueblos y alguna en la ruta.
- Se puede hacer en bici de gravel o en BTT. Hay varios repechos estrechos y muy empinados en los que puede que tengamos que pasar con la bici en la mano, pero son muy cortos.
- Si vamos a comer en algún restaurante de Lekeitio, es mejor reservar con antelación.