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La anomalía vasca: primeras elecciones sindicales en Osakidetza en una década y después de quince años sin convenio

Manifestación de los sindicatos de Osakidetza Satse, ELA, LAB, SME, CCOO y UGT

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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“¡Ah! ¿Pero aquí se vota?”, le preguntó a una delegada sindical hace unas semanas una trabajadora de Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud. Unos 45.000 contratados en la mayor empresa pública vasca -y quizás también la mayor, a secas- están llamados a las urnas este jueves en las primeras elecciones sindicales que se han convocado en más de una década, toda una anomalía. En Gipuzkoa hubo unas votaciones parciales en octubre de 2014 para atención hospitalaria y en Álava y Bizkaia se hicieron en 2013 en ese mismo ámbito. En atención primaria, en cambio, no han tenido ese derecho desde 2011. En Osakidetza deberían renovarse los comités de personal cada cuatro años, como en cualquier organismo, pero la reorganización del ente en comarcas conocidas como OSI y que engloban todos los niveles asistenciales y superaban la antigua división entre hospitales y ambulatorios hizo que no hubiera acuerdo durante años sobre cómo tenían ser esas circunscripciones y sobre el número de representantes que elegir.

La anomalía es tal que muchos delegados actuales nunca fueron electos y hay hasta líderes sindicales que no trabajaban para Osakidetza entonces, como miles y miles de los que aparecen en el censo de 2024. A la contra, muchos y muchos de los que decidieron entonces ya se han jubilado. La Sanidad vasca de 2014 no es, desde luego, la de 2024. En este decenio una pandemia mundial, la de la COVID-19, golpeó de lleno la línea de flotación de una de las joyas de la corona del autogobierno vasco y ha disparado esperas en quirófanos, consultas y pruebas. En los ambulatorios, cada verano y cada Navidad se anuncian reducciones horarias por falta de personal. Antes, en 2018, las denuncias de filtraciones en las oposiciones médicas acarrearon la dimisión del consejero de Salud, Jon Darpón, y de buena parte de su equipo.

El estado de salud de Osakidetza es una creciente preocupación ciudadana. Esta misma semana se ha publicado un Sociómetro que asegura que es un problema para el 32% de la población; hace diez años lo era para el 10%. En 2014, Salud gestionaba un presupuesto de 3.354 millones de euros, el 32,8% del total del Gobierno vasco; en 2024 subió la cantidad a 4.900 millones, pero bajó el peso al 32,6%. Para los sindicatos, sin embargo, la mayor anomalía no es que las elecciones acumulen años de retraso. Sin excepciones, censuran que el último convenio fue aprobado en 2008 y caducó en 2009. El consejero era Gabriel Inclán, del PNV, que lleva ya lustros alejado de la primera línea política. Le han seguido Rafael Bengoa, el propio Darpón, Nekane Murga, Gotzone Sagardui y ahora Alberto Martínez.

Ha pasado tanto tiempo desde el último ciclo electoral que ni siquiera está claro quién fue la primera fuerza. ELA es el que habla el primero en las mesas de negociación por haber logrado mayor número de delegados, pero Satse, la central de enfermería, asegura haber obtenido más votos. elDiario.es/Euskadi ha ofrecido entrevistas a los líderes o portavoces de los ocho sindicatos que concurren a las elecciones y que son, además de ELA y Satse, LAB, Sindicato Médico de Euskadi (SME), CCOO, UGT, ESK y USAE, que agrupa a Tecnos y SAE, dos organizaciones de técnicos sanitarios. Se les han formulado las mismas tres preguntas: 1 - ¿Por qué tanto retraso en la celebración de elecciones?; 2 - ¿Qué diagnóstico hacen de la situación de Osakidetza?; 3- ¿Cuáles son las propuestas y expectativas de la candidatura?. Todos ellos han atendido a este periódico con excepción de ELA, cuyo apartado ha sido completado con información que habían difundido previamente en sus redes sociales. Las últimas mesas de votación cerrarán a las 23.00 horas por lo que se prevé que los resultados no lleguen hasta la madrugada de este viernes.

1 - ELA

En una reciente rueda de prensa, Esther Saavedra, responsable de ELA en Osakidetza, apuntó que “para tener un servicio público de calidad es indispensable tener buenas condiciones de trabajo”. Por ello, denunció que existe “una temporalidad del 54%, cuando la media de temporalidad en el sector privado es del 19,8%, y una pérdida de poder adquisitivo del 20% en quince años”. La central lleva 1.600 nombres en sus listas. “ELA es un sindicato de clase que afronta estas elecciones sindicales sobre la base de que todas las categorías son necesarias para que Osakidetza pueda prestar su servicio. Y creemos que la mejora de la Sanidad pública pasa, necesariamente, por la mejora de las condiciones laborales de todos los colectivos”, manifestó Saavedra.

2 - Satse

Amaia Mayor, secretaria general de Satse, lamenta que Osakidetza “no haya tenido ganas” para haber resuelto el retraso electoral mucho antes. Entiende que ha sido porque la reorganización implica un “incremento” de delegados a elegir. Eran 316 con el modelo anterior y ahora suben a un mínimo de 355.

Satse considera que la Sanidad vasca “tiene problemas graves desde hace mucho tiempo” y entiende que las malas condiciones de la plantilla -32.000 puestos estructurales más los interinos- después “impactan en la ciudadanía”. Remarca Mayor que el último convenio expiró en 2009 y que, en estos años, hasta “ocho borradores se han ido al cajón”. “Hace mucho tiempo que la dirección de Osakidetza ha venido pasando el rodillo a su plantilla. Tocan nuevos tiempos y, a priori, vemos buena actitud en los nuevos. Pero la plantilla está cansada y está enfadada y el déficit de profesionales no se puede resolver de la noche a la mañana”, agrega preguntada por el cambio de Gobierno en Euskadi, con un lehendakari, Imanol Pradales, que ha constituido una mesa con oposición, universidades, colegios profesionales y también sindicatos para lograr un pacto de país en torno a la mejora del Servicio Vasco de Salud. Exige también claridad con las oposiciones, porque hay convocatorias judicializadas y otras que se van solapando sin que se terminen de resolver.

Respecto a las perspectivas de Satse, Mayor explica que los enfermeros son el 30% de la plantilla y la categoría profesional más grande. “Pero, aunque lógicamente nos enfoquemos en la problemática de nuestras especialidades, no solo miramos por ellas. Planteamos una propuesta para toda la plantilla y mucho de lo que Satse reivindica y negocia impacta en toda la plantilla. Luchamos muchísimo”, señala la responsable de esta organización, que confía en tener apoyos más allá de enfermería para pugnar con ELA por ser la primera fuerza en Osakidetza.

3 - LAB

LAB constata un “bloqueo injustificable” por parte de la dirección general de Osakidetza durante años como motivo para una década sin elecciones. Asegura Jesús Oñate que “desde 2018” ha habido organizaciones demandando pasos para celebrar los comicios y lamenta que otras, como ESK, no se sumaran a un acuerdo de todas las fuerzas sindicales para forzar a Osakidetza a convocarlas. Según esta central, no es razonable plantear resolver negociaciones cruciales “con la correlación de fuerzas” de hace más de diez años.

Sobre la situación general de Osakidetza, LAB demanda un “replanteamiento” que “prestigie” la atención primaria, que combata la “privatización” de servicios y que ponga fin a la práctica de que algunos facultativos trabajen a la vez en centros privados. Reclaman también que se prescinda de las mutuas o una euskaldunización efectiva del ente, entre otros puntos. “LAB es consciente del momento clave en el que se encuentra la Sanidad pública y no habrá relajación por nuestra parte. No abandonaremos ningún barco por fuerte que sea el oleaje. Plantaremos cara”, agrega Oñate, que pone en valor la “sinergia” entre trabajadores y usuarios de demanda de mejores servicios.

Como análisis interno, LAB entiende que el trabajo de los últimos años valida su propuesta. Remarca que ejercieron de acusación en el caso de las oposiciones de 2018 -“conseguimos romper el relato que Darpón empezó a construir tras las valientes denuncias de los compañeros anestesistas de Alto Deba” y mostrar que era un problema estructural- y que están denunciando adjudicaciones y externalizaciones de continuo. “Hemos puesto en marcha un frente jurídico. Dicha decisión no pudo ser más acertada. Hemos parado 194 millones que se pretendían trasvasar a empresas privadas”, concluye.

4 - SME

“Son mis primeras elecciones en Osakidetza y llevo doce años en el sindicato”, bromea Mabel Arciniega, la cabeza del Sindicato Médico de Euskadi (SME) y que compagina sus turnos en Urgencias con las tareas de representación. Entiende que con las elecciones o con el convenio las sucesivas direcciones políticas no han terminado de abordar los temas en estos años. “La sensación es que vamos a trocitos. La percepción es que el nuevo equipo sí vino aparentemente con ganas de cambiar cosas y es más fácil dialogar, pero nos da la impresión de que en el fondo todo puede ser lo mismo. Veremos”, comenta.

Arciniega constata que “la ciudadanía no está contenta” con el estado de salud de Osakidetza y asegura que no tiene claro que los mensajes que se lanzan de que la situación va a mejorar sean reales porque “no crecen los recursos”. “Los facultativos son los mismos o menos. Antes tenías un médico para toda la vida. Ahora un día tienes uno, otro día aparece otro y al tercero no hay ninguno. Como dijo Sagardui, es un cambio cultural”, ironiza la responsable del SME.

En cuanto a la situación propia del SME, Arciniega sostiene que es un sindicato “pequeño”, aunque admite que tienen “peso específico” por el colectivo al que representan, compuesto por unas 9.000 personas ahora mismo. Cree que tienen “visibilidad” y que juega a su favor “no tener adscripción política”. “La gente tiene una mala perspectiva de los sindicatos. Y eso tenemos que cambiarlo también”, agrega Arciniega, que asume que la participación puede que no sea tan alta como en otros organismos públicos como la Ertzaintza. En el ciclo anterior se movilizó en torno al 45-50%.

5 - CCOO

Para Iñigo Garduño, de CCOO, el “pecado orginal” de los retrasos en las elecciones es la creación del sistema de OSI (Organizaciones Sanitarias Integradas). “La Administración en ningún momento ha querido negociar por lo que podía suponer de incremento de delegados y delegadas. Y las sentencias tampoco han ayudado, porque hasta que no ha habido un acuerdo no ha habido posibilidad de iniciar el proceso”, explica.

Sobre Osakidetza, asume que “no hace falta conocerla mucho para saber que su situación es mala”. “Las personas usuarias lo sufren en sus carnes todos los días: falta de personal, peor servicio, aumento de los tiempos de espera, ... De cara a la ciudadanía, no se ofrece el servicio de calidad que debería tener. Y lo peor es que no ha habido casi acuerdos en ninguna materia en estos años. Tenemos una Administración que ha sido alumna aventajada en la aplicación de recortes llegados de los presupuestos generales del Estado, por ejemplo con las tasas de reposición. No vamos a llegar a dejar la tasa de temporalidad por debajo del 8%”, apunta Garduño, que pide también la aprobación urgente de un decreto de puestos funcionales.

CCOO encara el proceso electoral subrayando la importancia del “servicio público y de calidad” y de no caer en “corporativismos”. “Son necesarias todas las categorías”, asegura Garduño. Destaca, asimismo, los “hechos” de su participación en las mesas de Osakidetza, por ejemplo para blindar el derecho a la denominada “carrera profesional”. “Movilización y negociación. Trasladar el músculo de la calle a objetivos”, sentencia.

6 - UGT

“Esto no es normal. Y eso que lo hemos intentado y hemos cedido en muchas cuestiones”, opina Arantza Agote, de UGT, sobre los retrasos electorales. UGT no alcanzó el 10% de la representatividad en el último cicl, pero es el sexto y último en acceder a la mesa sectorial de negociación por su peso en el conjunto de España.

Según UGT, Euskadi “ha tenido unos Gobiernos anteriores inoperantes, que no han tomado decisiones”. “Nuestro sistema de salud deja ahora mucho que desear y lo está viendo la ciudadanía. Antes todos nos sentíamos orgullosos y ahora otras comunidades autónomas nos empiezan a adelantar. El gran problema han sido sus gestores, aunque el nuevo Ejecutivo viene con otra actitud”, sostiene Agote. La central defiende también la “gestión pública de todos los servicios de Osakidetza” y cita expresamente los problemas derivados de la externalización de las ambulancias. La compañía Grup La Pau ha sido ya sustituida en Álava y en Bizkaia en los últimos días pero, de momento, se mantiene la apuesta por la gestión privada.

Sostiene UGT que “el sindicalismo corporativo hace daño” y que toca mirar “a todas las categorías en Osakidetza”. Afirma ser independiente de los partidos políticos y sostiene que han reunido a 1.100 personas para completar todas las candidaturas. “Estamos en todos los foros donde podemos aportar soluciones”, garantiza Agote.

7 - ESK

Para Patxi Nicolau, de ESK, la plantilla de Osakidetza “al fin” puede pronunciarse. Él mismo dio la voz de alerta en el Parlamento Vasco hace unos años preguntando a sus señorías si verían normal estar con la misma composición política a perpetuidad. Según ESK, “no ha habido ninguna intención” de la Administración por cumplir con los plazos pero también “los sindicatos ni lo han priorizado ni han querido presionar a Osakidetza”.

¿Qué pasa en Osakidetza? ESK entiende que “la situación de la plantilla es lamentable”. La dirección “muestra una falta de respeto total” y constatan falta de recursos en “todas” las categorías, lo que deriva en más carga laboral y en problemas de conciliación, a juicio de Nicolau. Y “las privatizaciones están a la orden del día”, agrega citando también el problema de las ambulancias.

ESK no alcanzó el mínimo para entrar en la mesa en el anterior ciclo electoral y ahora aspira a ello. Tienen trece propuestas en su programa, según resume Nicolau. Entre ellas plantean más presupuestos para Osakidetza, una “gestión transparente de las listas de contratación”, renovar el convenio, “democratizar” la institución o “eliminar el requisito de nacionalidad” para contratar profesionales optando por la exigencia de “residencia”.

8 - USAE

La candidatura USAE agrupa a Tecnos -antes UTESE- y SAE. Ambas son organizaciones profesionales de técnicos sanitarios. Para Agustín Serna, delegado en Álava de SAE, “no ha habido un excesivo interés” ni de la Administración ni de otros sindicatos para haber acelerado las elecciones y lamenta el “retraso importante” que se ha producido.

“Llevo 35 años trabajando en Osakidetza y en este tiempo no he visto nunca lo que está sufriendo ahora mismo”, afirma Serna, que aprecia una “gestión nefasta” aunque recalca que “los profesionales dan de sí todo y más para paliar esos déficits”. “Hemos tocado fondo. Osakidetza ha tocado fondo. Esperemos que lo que propone el nuevo Gobierno no sea un lavado de cara”, opina USAE.

A nivel interno, esta coalición considera que “no es justo” que UGT esté en la mesa cuando tuvo menos apoyos que ellos en el anterior proceso electoral. Confían en rebasar esa barrera del 10% teniendo en cuenta que hay un 16% de técnicos de todo tipo en la plantilla de Osakidetza. “Somos los grandes olvidados en la Sanidad. Y eso que somos los que más tiempo pasamos al lado del paciente. Se nos podría sacar chispas ahora que hay déficit y problemas de relevo”, concluye Serna.

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