Anton Arriola (Durango, 1967) es ya el nuevo presidente de Kutxabank. Es el tercero en la historia del banco que nació hace casi 11 años de la fusión de las tres cajas vascas, BBK, Kutxa y Vital, y que aúna también a CajaSur. El consejo de administración de la entidad ha aprobado el nombramiento, que ya contaba con el visto bueno del Banco Central Europeo, con lo que Arriola sustituye en el cargo a Gregorio Villalabeitia y desde este miércoles es el encargado de guiar al banco vasco en un momento incierto para las entidades financieras y en el que Kutxabank, pese a mantener el liderazgo de la banca en Euskadi, está encontrando cada vez mayor competencia.
Para despejar dudas sobre sus intenciones, sus primeras palabras tras tomar posesión del cargo han sido para ratificar su “compromiso” con el arraigo de Kutxabank a Euskadi y con el mantenimiento de su “singularidad” como banco “que dedica la totalidad de su dividendo a financiar las inversiones y la obra social de sus tres accionistas, las fundaciones BBK, Kutxa y Vital”, según ha difundido la entidad financiera en un comunicado. No es casualidad esta referencia. Arriola asume el control de Kutxabank en un momento incierto para el conjunto de la banca, con un sector presionado desde la Administración por impuestos que gravarán sus resultados y con un panorama en el que están al día las fusiones bancarias para crecer y mantenerse en una convulsa situación internacional.
Desde su fundación como banco el 1 de enero de 2012, y con su primer presidente, Mario Fernández, Kutxabank se ha mantenido como una especie de oasis, en solitario, sin fusiones y sin entrar en Bolsa, manteniendo como únicos accionistas a las fundaciones herederas de las cajas. Una ya 'rara avis' en el panorama bancario español que ha defendido después Gregorio Villalabeitia en todo su mandato y que ahora Arriola se compromete a mantener como línea de continuidad en la estrategia del banco, siguiendo la pauta marcada por la BBK, su principal accionista. De hecho, la BBK que preside Xabier Sagredo, para mantener el 57% del capital de Kutxabank está obligada a engordar un fondo de garantía de 235 millones hasta 2024. Ese fondo es el que le permitiría responder si es necesario para respaldar activos fallidos.
Mantenerse fuera del mercado bursátil ha sido una de las líneas rojas marcadas desde el principio la entidad para no disgregar el accionariado y mantener el arraigo en Euskadi, pese a que en los últimos tiempos esta vinculación con la economía vasca ha estado cuestionada socialmente por la salida de Kutxabank de importantes empresas vascas que han acabado en manos de multinacionales. Esta venta de participaciones empresariales, motivada -además de los multimillonarios ingresos que le han supuesto- por la obligación impuesta por el Banco Central Europeo de que los bancos reduzcan a los mínimo sus actividades más allá del negocio estrictamente bancario, le ha supuesto duras críticas desde el ámbito político. La ventas de Euskaltel, sobre todo -ahora en manos de MásMóvil- motivó agrios debates incluso al Parlamento Vasco sobre cuál debe ser el papel del banco en la economía vasca, y se exigió por parte de los grupos de la oposición mayor implicación de Kutxabank en las empresas. Euskaltel no ha sido la única de la que Kutxabank ha salido. Recientemente ha vendido su participación en Ibermática, que es ahora propiedad de Ayesa. Este papel de las empresas vascas será una de las cuestiones de futuro que Arriola deberá clarificar. En estos momentos su presencia más significativa está en Ingteam, Petronor, y CAF.
Arriola ha señalado que asume la presidencia del banco con el objetivo de “proyectar su servicio financiero en una nueva etapa, que con toda seguridad estará marcada por los avances en digitalización y la satisfacción de las demandas de sus clientes, tanto particulares como empresas”. En opinión del ya nuevo presidente de Kutxabank al banco vasco le espera un “brillante futuro”, “por encima de las dificultades que la actual situación geopolítica pueda suponer”. “Confío plenamente en la capacidad y compromiso de todo el equipo de esta gran institución para que hagamos posible ese futuro”, ha añadido.
De entrada, se encuentra con una entidad financiera saneada. Esta misma semana la entidad destacaba que finalizará el año con sus ratings situados “en lo más alto de la banca española”, después de que la tres principales agencias de calificación (Fitch, Moody's y S&P) hayan completado su proceso de revisión anual y hayan reconocido la “buena situación” del banco. En el tercer trimestre del año ha logrado un beneficio neto de 250,5 millones de euros, un 42,1% más que al final de septiembre 2021 y cerca del nivel alcanzado antes de la pandemia.
Banquero metido a novelista, de vuelta a las finanzas
El nuevo presidente de Kutxabank es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Comercial de Deusto y Master in Business Administration (MBA) por la Bocconi de Milán. Habla euskera, castellano, inglés e italiano. Exdirectivo de Goldman Sachs, donde trabajó varios años en la oficina de Londres dedicado al área de fusiones y adquisiciones y después como director general de la entidad para España, no es una persona ajena del todo a la entidad financiera que ahora preside, ya que desde 2019 forma parte del patronato de la Fundación BBK que preside Xabier Sagredo y que es el principal accionista del banco vasco.
Arriola vuelve a la primera línea la banca después de un parón voluntario de varios años en los que ha desarrollado una importante carrera como escritor con varias novelas publicadas como ‘El ruido de entonces’, sobre el asesinato de José María Ryan el ingeniero de Lemoiz asesinado por ETA que fue su vecino, ‘Rjukan’, ‘La travesía del Voga’ o 'El negro y la gata', entre otros. Arriola no es ajeno al mundo político, ya que es hijo de Inmaculada Boneta, una de las primeras mujeres en sentarse en el Parlamento Vasco.