Arana, el barrio de Vitoria que verbaliza su rechazo a un centro de refugiados en su patio trasero
El barrio de Arana, de orígenes obreros como tantos en Vitoria y que llenó sus casas de ladrillo visto con mano de obra procedente del resto de España, debate ahora sobre su patio trasero, sobre el parque de Arana. Allí se yergue abandonada desde hace más de una década la vieja Clínica Arana, residencia de mayores en sus últimos años. El Estado planea gastar 15 millones de euros para rehabilitarlo y abrir un centro de 350 plazas para refugiados. A nivel político y social el proyecto ha suscitado controversia y este lunes por la tarde-noche, el delegado del Gobierno de España en Euskadi, el socialista Denis Itxaso, se ha reunido con un centenar de vecinos en el modesto salón de actos del centro cívico del barrio. “Que quede bien claro que nosotros no nos oponemos a que venga la gente. Nos oponemos a que vengan aquí”, ha sintetizado una mujer ante el asentimiento de otros de los presentes. “No hay que hacerlos en lugares aislados para que no nos molesten”, ha respondido Itxaso, que ha repetido como idea-fuerza que esta iniciativa representa una “oportunidad”.
El alto cargo del Estado ha querido acotar qué es y qué no es el plan para la Clínica Arana. Ha afirmado que es un espacio para refugiados y demandantes de asilo, no para “menores no acompañados” o “migrantes como los que llegan a Canarias”. “La gran mayoría son familias ucranianas”, ha afirmado Itxaso, que ha añadido que será un recurso “con personal suficiente” y “con sistemas de seguridad y vigilancia”. Ha añadido que el plan había sido comunicado con mucha antelación al Ayuntamiento de Vitoria y al Gobierno vasco, aunque estas instituciones lo niegan y lo critican, y que en otros puntos de España hay instalaciones similares que funcionan de manera satisfactoria, “imbricadas” en las zonas en las que se ubican.
Tras una alocución en la que no ha leído un texto preparado, Itxaso ha abierto un turno de preguntas en el que han querido intervenir decenas de personas. El primero ha sido Guillermo Perea, de la entidad Babestu Araba. Ha asegurado que su asociación plantea para la Clínica Arana un “centro de 50 plazas para personas con Alzheimer” que sería más barato porque “con tres millones se podría poner en marcha”. Otros vecinos han querido justificar su rechazo al centro de refugiados porque elimina la opción de “reabrir” el centro residencial para otros fines. “Todos ustedes viven en una burbuja opaca. Esto no es ninguna oportunidad. Precisamente están cerrando la oportunidad a Vitoria y a la provincia de Álava para recuperar un centro que necesita con emergencia para la asistencia sociosanitaria. Esto me parece vergonzoso”, ha solemnizado una vecina muy aplaudida.
Itxaso ha repetido que el Estado, que es el titular del complejo, nunca ha recibido una petición expresa ni de Osakidetza ni de la Diputación para utilizar nuevamente el complejo para fines sanitarios o sociales. Solamente en 2018 hubo un interés “puntual” para acoger migrantes en tránsito. “Eso no se ha producido”, ha repetido Itxaso, que ha emplazado a los vecinos a dirigirse a otros cargos institucionales para que se sienten con ellos a discutir sobre esa materia. Entre los asistentes que no querían coger el micrófono para hablar en público se escuchaban frases como “si hay otros sitios, ¿por qué tiene que ser aquí?” o “¿no hay otro barrio?”. “¿Por qué primero los ucranianos y no los 5.000 de aquí que se están muriendo?”, preguntaba en voz alta, visiblemente enojado, un hombre mayor. Como ‘alternativas’, una mujer ha planteado destinar las viviendas de la casa-cuartel de la Guardia Civil para refugiados. También se dicho lo mismo con la parte vacía de la base de la Policía Nacional en Betoño, no lejos de Arana. El comentario ha suscitado el apoyo de un sector muy importante de los oyentes. Incluso aplausos.
Un portavoz de la Asociación de Vecinos de Arana, de nombre Peio, ha avisado que “el barrio de Arana se va a ampliar en un 10%” con los usuarios del centro. Y ha añadido que es ya “un barrio un poco desfavorecido” al que llegarán “personas que en principio no van a ser económicamente muy potentes”. Ha lamentado también -y aquí ha arrancado un “lo siento” de Itxaso- que la información a los vecinos no haya llegado antes. Este hombre, a la entrada, ha colocado carteles de otra charla alternativa en el mismo lugar que ha organizado para escuchar a entidades que trabajan con migrantes y el ejemplo de una instalación ya operativa en Madrid, en concreto en Vallecas. La ha convocado para el 23 de febrero. Otra joven ha manifestado su queja por el hecho de que el acto fuese “informativo” y no “participativo”, lo que ha impedido lograr un “consenso vecinal”. Otro se ha atrevido a proponer que los presentes pasaran a la acción y votasen. Finalmente, un vitoriano llamado Íñigo ha apostillado que proyectos como éste se hacen para que “los partidos se lleven su parte” debido a la “corrupción” que aprecia en las instituciones.
Una asistente ha citado los argumentos del PNV para oponerse a esta nueva vida para la Clínica Arana. “El modelo vasco no hace macrocentros”, ha afirmado. Itxaso ha replicado que no existe tal modelo ya que la competencia de acogida es exclusiva del Estado y todas las plazas las concierta el Gobierno central. Sí ha admitido que cuando se inició la invasión de Ucrania el Ejecutivo de Iñigo Urkullu reforzó el dispositivo estatal de Hilanderas, en la frontera de Irún-Hendaya, con otro recurso. “Eran 150 literas en un pabellón sin licencia de actividad”, ha ironizado. El padre de un estudiante de la ikastola de Aranzabela ha puesto sobre la mesa también que la red pública ya tiene problemas de segregación frente a la concertada y ha pedido que los menores que puedan llegar -sin cuestionar su derecho a la escolarización, ha repetido- no agraven este problema.
La reunión ha durado casi dos horas y no ha habido ninguna voz que defendiese nítidamente el plan. Entre el público había también representantes de todos los partidos con representación en Vitoria, PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos-IU-Equo, PP y desde luego del PSE-EE, que ha arropado con numerosos cargos a Itxaso. Los socialistas, que llegaron a traer a Pedro Sánchez de campaña a Arana, tienen en este barrio uno de sus feudos históricos. “Se vota dentro de poco, ¿eh?”, ha avisado anónimamente un hombre entre el público.
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