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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Ardanza, demócrata antes que nacionalista

Bilbao —
9 de abril de 2024 21:46 h

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El candidato del PNV en estas elecciones tenía marcado en rojo en su calendario el miércoles 21 de febrero. Hasta entonces había disfrutado de un mes muy cálido en Euskadi, pero al día siguiente llegó el invierno de golpe. Llevaba 89 días ya como candidato 'in pectore', tras la traumática salida de Iñigo Urkullu de la liza electoral por orden de Sabin Etxea. En el PNV siempre manda el partido. 

Justo antes de que las temperaturas se desplomaran y la lluvia hiciera reverdecer las montañas que rodean la Reserva de Urdaibai, Andoni Ortuzar, presidente del PNV, y el candidato peneuvista a lehendakari, Imanol Pradales, tenían una cita con la historia en el municipio de Kanala. Justo en el corazón de la reserva de la Biosfera, motivo de desencuentro y polémica en esta campaña por el proyecto de pinacoteca Guggenheim 2. Iban a despedirse del presidente vasco más longevo en el cargo: los 14 años que estuvo José Antonio Ardanza (1985-1999) como inquilino de Ajuria Enea.

“Las personas pasan, las instituciones permanecen. La persona, Carlos Garaikoetxea, que en ese momento [1984, en plena crisis interna que acabó en escisión en 1986] es el lehendakari, pasará; pero la institución, el partido no pasa, y el PNV nunca será de quien no es PNV”. La confesión de Ardanza a la periodista y escritora María Antonia Iglesias está recogida en su libro ‘Memoria de Euskadi’, concebido por la autora como una terapia transversal donde todos los que habían sido algo en Euskadi se conjuraban con la verdad y lo contaban “todo”.

Ardanza ya estaba muy débil, la enfermedad caminaba implacable, pero su mente analítica parecía intacta. Pradales, alumno aventajado del lehendakari Urkullu en su etapa de maisu (profesor), en la ikastola Asti Leku de Portugalete (Bizkaia), escuchaba en silencio con atención. “Imanol”, dijo Ardanza, “como lehendakari tienes que rodearte del mejor equipo”. Y el candidato asintió. Pero el consejo más importante lo dejó para el final: “Recuerda siempre una cosa, Euskadi es muy plural y diversa, gobierna para todos y para todas. No lo olvides. Para todos y para todas”.

Era su forma de entender su ‘Pasión por Euskadi’, el libro de memorias que escribió con la inestimable colaboración del periodista y jefe de Comunicación en su etapa de presidente, Bingen Zupiria [ahora portavoz del Gobierno vasco con Urkullu], y publicado en “los albores de una nueva época”, en 2011, año en el que ETA dejó de asesinar, secuestrar y extorsionar.

Péndulo patriótico

En realidad, Ardanza había predicado con el ejemplo. Se había rodeado de los mejores. Entre ellos, una mente clarividente como la de Txelu Zubizarreta, asesor, confesor y confidente. Y le tomó la delantera al guardián del partido de la época. Mucho antes de que Xabier Arzalluz admitiera la pluralidad de la sociedad vasca en su famoso discurso del teatro Arriaga ante la asamblea de su formación el 9 de enero de 1988, tres días antes de que se firmara el Pacto de Ajuria Enea, epítome de la unidad de los demócratas contra ETA y su concepción totalitaria de Euskadi. Mucho antes de todo eso, el lehendakari Ardanza ya lo tenía claro. “Antes de ser nacionalista soy demócrata. Siempre defendí la idea de que, en aras de Euskadi hay que morir, pero no matar”, le confesó a la periodista Iglesias. En el vaivén de las dos almas del PNV, Ardanza inclinó siempre el péndulo patriótico hacia el reconocimiento del diferente como un activo y no como una condena.

Y con el diálogo como herramienta, la tolerancia y unos “valores humanistas” que ha glosado el aún lehendakari en su declaración institucional de este martes, Ardanza hizo patria. Gobernó con los socialistas vascos, con Ramón Jáuregui como alter ego en esos ejecutivos de coalición, ensayando una forma de hacer país entre diferentes que Urkullu ha mantenido en sus 12 años al frente. En la misma trinchera, contra los embates del terrorismo de ETA. No se puede olvidar que en 1987 ETA comete dos de sus atentados más sangrientos: el de Hipercor en Barcelona (21 asesinatos) y el de la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza (11 personas, seis de ellas menores de edad). Y también hay que recordar los estertores de la guerra sucia de los GAL, planeada desde instancias gubernamentales del Ejecutivo de Felipe González, con un total de 27 asesinados entre 1983 y 1987.

“Puta frustración”

Las cosas del comer frente a la incertidumbre del cambio, los dos modelos que están en los discursos de los candidatos del PNV y de EH Bildu en esta contienda electoral. Entonces, en 1987, tras la escisión se impusieron las cosas del comer (aunque la victoria en escaños fue del PSE de Txiki Benegas): había que dar respuesta a un paro del 26%, las empresas se caían a pedazos y las nuevas generaciones -con el 70% de la juventud de menos de 30 años sin haber accedido aún a su primer empleo- cantaban aquella canción de Eskorbuto 'Cerebros destruidos', toda una declaración de intenciones. Corría 1986 en la Margen Izquierda de la Ría, de donde es natural Pradales: 

“Nuestras vidas se consumen / el cerebro se destruye / nuestros cuerpos caen rendidos / como una maldición. / El pasado ha pasado / y por él nada hay que hacer / el presente es un fracaso / el futuro no se ve. / La mentira es la que manda / la que causa sensación / la verdad es aburrida / puta frustración”.  

Las cosas se hacen con la realidad que pisas, no con la que sueñas, ha reconocido Ardanza en alguna ocasión. Eso le llevó a aceptar a regañadientes ser lehendakari en un momento de convulsión interna total en el PNV. Pero fueron también sus firmes convicciones las que le llevaron a escribir una carta de su puño y letra a Arzalluz la noche del 3 de febrero de 1991, el mismo día que había jurado su cargo por tercera vez en la que le anunciaba: “No volveré a ser lehendakari en la próxima legislatura (…) El próximo gobierno se formará en 1995, a 20 años de la muerte del dictador. Creo que es una buena fecha para apostar por nueva gente”. Pero la Ejecutiva, desde la sede bilbaína en Sabin Etxea, le presentó por cuarta vez. El partido siempre gana.

Cosas de la vida, Urkullu tenía fuerza para haber sido el cabeza de cartel del PNV en estas elecciones, pero el partido (de nuevo el partido) tenía otras intenciones. Paradojas de la vida, Urkullu no podrá volver a pronunciar el juramento de lehendakari que inició José Antonio Aguirre ante el árbol del Gernika, pero lo ha leído en dos ocasiones (ambas en euskera) este martes en su declaración institucional sobre Ardanza entre las 9:44 y las 9:55 en la Lehendakaritza, en presencia de su gobierno. ¿Justicia poética?

La campaña electoral va de sobresalto en sobresalto en esta primera semana en Euskadi. La victoria del Athletic en la final de la Copa del Rey, ahora la muerte del lehendakari Ardanza, la capilla ardiente en Ajuria Enea y posterior funeral esta tarde de miércoles en su Elorrio natal, la Gabarra que paralizará la vida en Bizkaia y sacará a un millón de personas a las calles… 

De nuevo llanto y alegría se dan la mano.