El Bilbao Basket ha anunciado su salvación económica pero sin dar ningún detalle de dónde vendrá el dinero ni del acuerdo para la salida del máximo accionista Gorka Arrinda. De hecho, el único dato aportado, en una rueda de prensa multitudinaria con los nuevos rectores, jugadores y todo el cuerpo técnico, fue desmentido horas después: el que fue presentado como patrocinador principal, el Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ), envió un comunicado donde dice que “no ha cerrado acuerdo alguno de patrocinio con el Bilbao Basket que le convierta en sponsor nominal del club” y que “solo se puede hablar de conversaciones entre ambas empresas, pero no de un compromiso definitivo”.
Horas antes, uno de los nuevos gestores del club, el empresario Enrique Guzmán, había admitido que “estábamos muy preocupados” hasta que “no hemos tenido la certeza del Igualatorio como patrocinador”. La falta de confirmación del patrocinador vuelve a crear dudas sobre el futuro de la entidad pese a los mensajes triunfalistas de la comparecencia de Arrinda y Guzmán. Ambos no concretaron el dinero que iba a aportar el IMQ (“están sin cerrar. Habría cifras variables”, dijo enigmáticamente Guzmán) y lo fiaron todo a la próxima Junta de Accionistas que se debe convocar. Tampoco se conoció cómo se compensará la cesión de Arrinda del 45% del accionariado que posee. “El acuerdo lo hemos hecho en una servilleta”, dijo el todavía máximo accionista. Ni tampoco se quiso detallar la deuda que arrastra el club: “creo que ya tuvimos una asamblea donde hablamos de ello”,afirmó Arrinda en alusión a la celebrada en diciembre, donde se anunció la drástica situación económica y se apuntó a que se debían 1,5 millones de euros.
Tampoco se aclaró quien será el nuevo presidente y Guzmán, quien pese a presidir la comparecencia del cambio de dirección varias veces utilizó la coletilla “no soy la persona autorizada”, se remitió a la junta de accionistas. Del futuro papel de Arrinda, quien manifestó que se quedará con una cifra “testimonial” de acciones, Guzmán comentó que será “asesor en el tema deportivo” y “creo que seguirá en el consejo de administración”. Sobre las contrapartidas por sus acciones, ningún dato. Arrinda quería una cantidad de dinero por su venta, lo que ha sido el principal elemento discordante para el traspaso de la gestión.
En el fondo de la delicada situación del club, está que Arrinda ya no congenia con el PNV, que ha buscado empresarios afines para un proyecto que sabe no puede dejarse morir, con más de 9.000 aficionados que acuden de media a ver los partidos. El todavía propietario se mostró diplomático: “La otra parte lo tendrá que decir. Yo al PNV solo tengo agradecimiento y a José Luis Bilbao [diputado general de Bizkaia, institución de la que ha recibido 5,2 millones de euros]. Se ha inyectado mucho dinero público. Desde mi parte solo tengo agradecimiento al trato recibido hasta hoy”.