Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.
Agentes de la OTAN, antipatriotas y de la ETA
Si denuncias que Putin es un gobernante autoritario que persigue a sus opositores y legisla contra los homosexuales, eres un agente de la OTAN; si afirmas que en el golpe de Kiev hay elementos ultras y que Estados Unidos ha prendido una mecha que no sabe cómo apagar, eres un agente de Moscú. Si sostienes las dos ideas anteriores, eres un agente doble.
Si denuncias que en España se tortura y que las autoridades evitan investigarlas e indultan a muchos de los verdugos, te llaman simpatizante de ETA; si censuras el terrorismo de ETA y crees que los terroristas tienen que pedir perdón por sus crímenes, te acusan de vivir en el pasado y no ayudar con el nuevo tiempo. Si crees en todo lo anterior, te cuelgan la etiqueta de equidistante.
Si cuestionas las retrógradas leyes sobre el aborto de buena parte de la izquierda latinoamericana, eres un tiquismiquis contrarrevolucionario; y si denuncias el embargo a Cuba o los falsos positivos en Colombia, eres un estalinista. Si dices del tirón todo lo anterior, te preguntan: ¿y tú de quién eres? ¿del Frente Judaico Popular o del Frente Popular de Judea?
Si alertas de que el PP es un partido carcomido por la corrupción, estás haciéndole el juego a los socialistas. Si consideras que el PSOE en Andalucía actúa solo cuando los medios levantan sus alfombras, eres aficionado a las gaviotas. En general, si denuncias la corrupción de un partido, obedeces a los intereses de otro partido. Y si no obedeces a un partido, todavía es peor: eres un antisistema.
Si te repugna que la Guardia Civil disparara pelotas de goma y botes de humo a las personas que se ahogaban junto a las costas españolas, eres un antipatriota español. Si repruebas los recortes de CIU en Cataluña con la inestimable ayuda de ERC, eres un antipatriota catalán. Como regla básica, si criticas a un gobierno, eres un antipatriota.
Y así todo.
O casi todo. Porque, por ejemplo, si consideras que Yolanda Barcina tiene que ser desalojada del Gobierno de Navarra, estás siguiendo la 'hoja de ruta' de Bildu, pero si afirmas que Yolanda Barcina está libre de toda sospecha, entonces eres, simplemente, Yolanda Barcina saliendo a hombros de torear en Ferraz.
Si denuncias que Putin es un gobernante autoritario que persigue a sus opositores y legisla contra los homosexuales, eres un agente de la OTAN; si afirmas que en el golpe de Kiev hay elementos ultras y que Estados Unidos ha prendido una mecha que no sabe cómo apagar, eres un agente de Moscú. Si sostienes las dos ideas anteriores, eres un agente doble.
Si denuncias que en España se tortura y que las autoridades evitan investigarlas e indultan a muchos de los verdugos, te llaman simpatizante de ETA; si censuras el terrorismo de ETA y crees que los terroristas tienen que pedir perdón por sus crímenes, te acusan de vivir en el pasado y no ayudar con el nuevo tiempo. Si crees en todo lo anterior, te cuelgan la etiqueta de equidistante.