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Teruel, desiste

Los enemigos de España están donde menos te los esperas. Antes estaban en los escraches, las plazas, en Cataluña, en las manis feminazis o en las sentadas antidesahucios. Tú antes veías a Willy Toledo y decías, tate, enemigo de España. ¿Un tío con coleta? Enemigo de España. No fallaba. Los veías venir. Pero ahora ni siquiera hace falta ser comunista o hablar vascuence: los enemigos de España están por todas partes, camuflados, vestidos como las personas normales. Los enemigos de España están hasta en Teruel.

Teruel es el último en entrar en el Hall of Fame de los enemigos de España. En las redes sociales le han montado incluso un boicot para que no se les compre jamón ni melocotones. Al parecer, el problema está en que la formación política Teruel Existe va a apoyar al Gobierno de Pedro Sánchez -otro enemigo de España según la época del año- a cambio de desbloquear infraestructuras pendientes y medidas contra la despoblación (como paralizar el cierre de taquillas de Renfe en la España vaciada). Teruel Existe ha cometido el pecado político de hacer lo que le pedían sus votantes en vez de hacer lo que le piden los tertulianos de derechas de Madrid que, como todo el mundo sabe, es la única forma de hacer política de bien en España sin que te llamen enemigo de la patria.

Antes de este zarpazo a la esencia de España, en Madrid -y en los satélites de la visión 'madridcéntrica' del resto de España- ya estaban muy preocupados con el fenómeno de Teruel Existe. ¿Y si ahora a cualquiera se le ocurre montar un partido para defender sus intereses regionales al margen de los partidos que nos hemos dado entre todos? Qué horror, dicen. Los intereses generales supeditados a las obsesiones localistas, como si esos intereses generales no hubieran sido para ciertas zonas de España todo menos generales. Abrenuncio, no vale montar un partido para intentar resolver los problemas que otros partidos no han podido resolver.

Quizás nazcan unos cuantos Teruel Existe por media España, temen ahora. La gente tiene unas cosas muy raras. Con lo bien que se gobierna desde Madrid con su dumping fiscal para derruir todo lo que crece a su alrededor, con su esquema de tren de alta velocidad generador de ciudades dormitorio, con su casta política adocenada en los reservados de restaurantes, con sus encarguitos a Villarejo, con sus diputados de provincias que olvidan sus provincias para hacer una carrera política de verdad y dejar de hablar de regadíos y carreteras comarcales.

Lo irónico del boicot a Teruel es que llega después de un porrón de años de boicot a Teruel. Porque lo de los turolenses y otros pueblos de España quejándose de su ostracismo queda muy bonito para los telediarios de los domingos y para que salgan en España Directo explicando su gastronomía local. Ahora bien, lo de hacer política, eso es para los mayores. Teruel, desiste. Aunque yo más bien les diría: Teruel, insiste.

Los enemigos de España están donde menos te los esperas. Antes estaban en los escraches, las plazas, en Cataluña, en las manis feminazis o en las sentadas antidesahucios. Tú antes veías a Willy Toledo y decías, tate, enemigo de España. ¿Un tío con coleta? Enemigo de España. No fallaba. Los veías venir. Pero ahora ni siquiera hace falta ser comunista o hablar vascuence: los enemigos de España están por todas partes, camuflados, vestidos como las personas normales. Los enemigos de España están hasta en Teruel.

Teruel es el último en entrar en el Hall of Fame de los enemigos de España. En las redes sociales le han montado incluso un boicot para que no se les compre jamón ni melocotones. Al parecer, el problema está en que la formación política Teruel Existe va a apoyar al Gobierno de Pedro Sánchez -otro enemigo de España según la época del año- a cambio de desbloquear infraestructuras pendientes y medidas contra la despoblación (como paralizar el cierre de taquillas de Renfe en la España vaciada). Teruel Existe ha cometido el pecado político de hacer lo que le pedían sus votantes en vez de hacer lo que le piden los tertulianos de derechas de Madrid que, como todo el mundo sabe, es la única forma de hacer política de bien en España sin que te llamen enemigo de la patria.