Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.
El 15M de los toreros empieza en San Sebastián
Este jueves vuelven las corridas de toros a San Sebastián. Después de semanas de controversia, el retorno de los toreros a la plaza donostiarra ha adquirido categoría de asunto de Estado. El evento será emitido por TVE en directo y está anunciada la presencia del rey Juan Carlos I, gran aficionado a los toros y a pedir perdón por tirotear elefantes en su tiempo de ocio. A la tarde tan solo le falta un obispo.
El regreso de las corridas ha llegado con los taurinos, y los toreros en especial, muy molestos porque haya quien les afee que torturen animales y los abrasen a banderillas, y les claven la pica con saña, para terminar atravesándolos con una espada, dejándolos tendidos sobre un charco de sangre. Y no, no es una pelea de igual a igual entre el hombre y el toro. Los ánimos se han encendido a cuenta de la grave cogida de Francisco Rivera: entre el torero y el toro, algunos han elegido el bando del toro. No es mi caso. Y, de todas formas, mejor ninguno de los dos y aprovechemos la tarde en algo menos macabro, como echar la siesta o hacer el amor (si se puede hacer las dos cosas la misma tarde es el plan perfecto).
Pero el caso es que la corrida donostiarra –una victoria taurina después de muchas derrotas– llega en plena pesadumbre de los toreros por el rechazo creciente, que incluso ha desembarcado en algunas instituciones. Los toreros llaman a la movilización ciudadana. “Si es necesario ir a dormir a la Puerta del Sol para defender lo nuestro, estaré el primero”, dice el matador Sebastián Castella, emulando al 15M y dando a entender que quizás sea más sencillo llenar las plazas de los pueblos que las de toros. No nos representan y olé.
Castella escribía este miércoles en El Confidencial: “Nosotros somos más. Y podemos gritar más fuerte. Diría que es la hora de indignarse, pero no quiero usar palabras manipuladas de antemano”. Castella, como otros, defiende que detrás del rechazo de los toros hay una conspiración política que, bajo un supuesto espíritu animalista, quiere fulminar una de las esencias artísticas de España.
Sin embargo, no hay una adscripción ideológica determinada que establezca que hay que sentir durante una corrida de toros. El problema para los taurinos no es esa presunta confabulación –la asistencia a las movilizaciones antitaurinas sigue siendo reducida–, sino algo mucho más letal: el progresivo e irremediable declive de la afición a los toros en España. Las corridas de toros aburren cada vez a más gente y cada vez más gente aborrece las corridas de toros.
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Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.