En 1934 el dibujante e ilustrador Carlos Sáenz de Tejada y Álvaro de Gortázar, descendiente del fabulista Félix María de Samaniego, fundaron la Sociedad de Amigos de Laguardia, cuyo fin era “impulsar el progreso moral, cultural y material de esta villa, fomentando la beneficencia, la higiene y el embellecimiento de la misma, y conservando sus tradiciones, siendo en todo momento un auxiliar eficaz de los administradores de la villa”. Al año siguiente crearon el Museo de Laguardia con el fin de recoger y conservar todo objeto relacionado con la historia de la villa. En julio de 1936 estallaría la Guerra Civil y ambos, llevados por su espíritu inquieto, comenzaron, con la ayuda de vecinos, conocidos y amigos, a recopilar en el Museo todo tipo de elementos provenientes de la contienda, reuniendo una colección única que se divide en varios apartados: bibliográfico, documental y material.
Los fondos relacionados con el País Vasco mayoritariamente provienen del bando leal a la República y, según las propias fichas de la Sociedad, muchas de sus piezas fueron recogidas en el frente de batalla. Así, por ejemplo, en abril de 1937 Sáenz de Tejada y Gortázar, entre otros, visitaron el frente de Otxandio tras el fin de las operaciones militares y recogieron cartillas de racionamiento, carnets de identidad sindicales y de milicias, objetos de todo tipo, prensa, etc. depositándolos posteriormente en el Museo.
Siguiendo la división anteriormente expuesta, los fondos de tipo bibliográfico serían sobre todo folletos de índole político-militar con destino a las diferentes milicias del Cuerpo de Ejército de Euzkadi publicados en Bilbao. Así nos encontramos, por ejemplo, el folleto anarquista Al servicio de las Milicias Antifascistas de la CNT. Precauciones y Servicio de seguridad en las marchas. Para los milicianos, publicado en 1937 o los Apuntes de fortificaciones de campaña del comandante de infantería González Deleito. Con respecto a la prensa periódica, existe un rico fondo con publicaciones de todo tipo de ambos bandos, consistente en alrededor de 1500 ejemplares de diarios y revistas. Entre ellas destacaría sobremanera los alrededor de 150 ejemplares del periódico El Legionario, posteriormente Il Legionario, publicado por el Corpo Truppe Volontarie italiano como medio de entretenimiento, propaganda y adoctrinamiento de sus soldados y que ofrece información sobre la campaña vizcaína y la caída de Bilbao haciendo hincapié en la actuación de la aviación y tropas italianas a lo largo de mayo y junio de 1937. En este caso, si bien la presencia de tropas italianas en Málaga o Guadalajara es mucho más conocida, una parte de estas se acantonó en Laguardia, entablando relación con la población local y dejando a su marcha en 1939 un conjunto de objetos, recuerdo de su estancia, desde fotos, a cascos o insignias pasando por una colección de postales.
En lo que respecta al fondo documental, este es heterogéneo, desde carnets de diferentes partidos, sindicatos y milicias a partes de unidades militares pasando por octavillas, panfletos o postales. No obstante, el grueso del fondo corresponde a documentación administrativa de las diferentes fuerzas político-sindicales o diferentes batallones de milicias del bando republicano, en muchos casos sin rellenar.
Con respecto al material gráfico, dispone de una serie de fotografías aéreas de los bombardeos y vuelos reconocimiento efectuados por los sublevados durante los combates de Irún y el monte San Marcial del verano de 1936, de gran valor por su singularidad. Asimismo, dispone de una colección de láminas artísticas propagandísticas del bando franquista de Carlos Sáenz de Tejada y una colección de carteles del bando sublevado impresos por la tolosarra Gráficas Laborde y Labayen en excelente estado de conservación.
Finalmente, la colección se completa con una serie de objetos recopilados durante toda la contienda que sería única por su naturaleza, aunando piezas de extrema singularidad y valor, como insignias y medallas, banderas, parches de uniformes militares, pasando por insignias del Auxilio Social o máscaras antigás y piezas de aviones que tuvieron un protagonismo durante aquellos años, como un reposabrazos del avión en que se estrelló el general Mola.
Todos estos fondos están abiertos al préstamo para exposiciones y a los investigadores en general, previa petición a la Sociedad de Amigos de Laguardia, animando sobre todo a estos últimos consultar sus fondos, actualmente en proceso de catalogación y digitalización mediante un convenio de colaboración con la Fundación Sancho el Sabio y la Universidad del País Vasco.
*Germán Ruiz Llano es licenciado en Historia por la Universidad del País Vasco y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid. Sus publicaciones e investigaciones se centran en la época de entreguerras en el País Vasco. Es autor de “Álava una provincia en pie de guerra. Voluntariado y movilización durante la Guerra Civil” y “Militares y Guerra Civil en el País Vasco. Leales, sublevados y geográficos”. Ha inventariado el fondo de la Sociedad de Amigos de Laguardia.*Germán Ruiz Llano
En 1934 el dibujante e ilustrador Carlos Sáenz de Tejada y Álvaro de Gortázar, descendiente del fabulista Félix María de Samaniego, fundaron la Sociedad de Amigos de Laguardia, cuyo fin era “impulsar el progreso moral, cultural y material de esta villa, fomentando la beneficencia, la higiene y el embellecimiento de la misma, y conservando sus tradiciones, siendo en todo momento un auxiliar eficaz de los administradores de la villa”. Al año siguiente crearon el Museo de Laguardia con el fin de recoger y conservar todo objeto relacionado con la historia de la villa. En julio de 1936 estallaría la Guerra Civil y ambos, llevados por su espíritu inquieto, comenzaron, con la ayuda de vecinos, conocidos y amigos, a recopilar en el Museo todo tipo de elementos provenientes de la contienda, reuniendo una colección única que se divide en varios apartados: bibliográfico, documental y material.
Los fondos relacionados con el País Vasco mayoritariamente provienen del bando leal a la República y, según las propias fichas de la Sociedad, muchas de sus piezas fueron recogidas en el frente de batalla. Así, por ejemplo, en abril de 1937 Sáenz de Tejada y Gortázar, entre otros, visitaron el frente de Otxandio tras el fin de las operaciones militares y recogieron cartillas de racionamiento, carnets de identidad sindicales y de milicias, objetos de todo tipo, prensa, etc. depositándolos posteriormente en el Museo.