Al igual que muchos jóvenes de su generación, y en muchos casos siguiendo los pasos de sus progenitores o familiares cercanos, el joven bajo navarro Jean Etchart Chabagno, nacido en la localidad de Aldude en 1882, inició a finales de 1900 su propio periplo vital en tierras estadounidenses. Allí se unió a su hermano mayor Mitchel, quién había emigrado a California previamente. Su padre, Ferdinand Etchart Iriquy (Aldude, 1826-1905) había llegado a California en 1848 desde Argentina con el reclamo del descubrimiento de oro en ese mismo año. Ferdinand se encuentra entre los primeros vascos que llegaron a Estados Unidos (EEUU) en época contemporánea y que propiciaron con sus logros una emigración en cadena, particularmente sujeta a la expansión de la industria ovina por el Oeste Americano, y que se mantuvo activa durante más de 100 años atrayendo a miles de vascos y navarros de ambas vertientes de los Pirineos, muchos de los cuales regresarían tras años de duro trabajo y sacrificios, mientras que otros permanecerían en el país, conformando una diáspora que nunca ha olvidado sus raíces (1).
Jean (conocido también como John), su hermano Mitchel y su primo Martin Chabagno se trasladaron a Elko, Nevada, e iniciaron en 1901 una exitosa operación ovejera de la mano de un cuarto socio, un banquero local, y que se basaba en la trashumancia y en la abundante disponibilidad de tierras de pastos libres de cargas. Tras el accidente laboral que sufrió John en 1909, la sociedad fue disuelta a partes iguales. John recibió 20.000 dólares, lo que en aquel entonces era una pequeña fortuna, si se tiene en cuenta que su primer sueldo como ovejero había sido, ocho años antes, de 20 dólares al mes. John bien podría haber optado por volver definitivamente a su pueblo natal, pero solo lo hizo por un periodo corto de tiempo, regresando a EEUU en 1910. Se estableció en Saco, a 80 kilómetros al oeste de Glasgow, la capital del Condado de Valley en Montana fundada en 1887 (2). El condado con una superficie de 13.000 km2, ricos pastos, y una población que no superaba las 140.000 personas en 1910, era el lugar idóneo para establecer el tipo de negocio ganadero que John tenía en mente. Tras comprar tierras y un primer rebaño de ovejas, volvió a Aldude en 1912 dónde contrajo matrimonio con su amor de juventud Catherine Urquilux Mococain, nacida en 1888 en Aldude. Hicieron de Valley su primer y último hogar y nunca volvieron a Aldude.
John continuó expandiendo su rancho con la adquisición de nuevas tierras y ganado. Hacia 1920, el Rancho Etchart era considerado uno de los más importantes de Valley. En el crecieron los cinco hijos del matrimonio: Ferne (1915-1984), Jean “Gene” (1916-2018), Mitchel “Mitch” (1921-2019), Mark (1924-1992) y Leonard (1928-2015). Siendo el euskera el idioma materno y el único que se hablaba en el hogar, los dos mayores llegaron al colegio sin saber una palabra de inglés. Tras ser abroncados por la maestra del colegio, la madre decidió enseñar a sus hijos inglés, olvidándose poco a poco del euskera. En una entrevista realizada a Gene, en 2017 en Billings, en el Condado de Yellowstone, por Joseba Etxarri, director de Euskalkultura, y uno de los autores del blog Pedro J. Oiarzabal, el centenario Gene recordaba solo algunas palabras y frases sueltas en euskera que aprendió en su infancia. En el momento de la repentina muerte de John el 17 de abril de 1943, el Rancho Etchart tenía una extensión aproximada de 250.000 acres y contaba con unas 40.000 a 50.000 ovejas y un buen número de cabezas de ganado vacuno Hereford. John se había convertido en uno de los rancheros más influyentes del Oeste Americano. Catherine falleció en 1978, a la edad de 90 años, en Billings.
Desde niños los hermanos Gene, Mitch y Mark cultivaron una verdadera pasión por la aviación, popularizada por los espectáculos circenses y altamente temerarios de los acrobáticos aviadores de los locos años 20. A pesar de las reticencias iniciales de sus padres —el hermano menor de Catherine, Jean Baptiste Urquilux, había fallecido en un accidente aéreo en Santa Mónica, California, en 1919-, Gene abrió el camino a sus hermanos en el mundo de la aviación que desarrollarían profesionalmente a lo largo de sus vidas, y con especial hincapié en lo que acontece a Gene y a Mitch, al servicio de las fuerzas aéreas norteamericanas durante la Segunda Guerra Mundial (SGM).
Después de graduarse en la escuela secundaria, Gene Etchart recibió sus primeras clases de vuelo con permiso de su padre, convirtiéndose en piloto privado en 1938. Gene obtuvo su primer avión, un “Aeronca”, a los 20 años, lo cual fue de gran utilidad para localizar el ganado extraviado, abastecer y visitar los dispersos campamentos de ovejas de su padre y controlar la población de coyotes. En 1940 se había convertido en el piloto comercial e instructor más joven de Montana, participando en la caza de coyotes desde el aire, una actividad peligrosa a una altura de entre 50 y 100 pies. En ese momento, Gene comenzó a volar como instructor para el Programa de Entrenamiento de Pilotos Civiles (CPTP en su acrónimo en inglés). El CPTP fue diseñado para aumentar el programa de formación de los soldados debido a la falta de pilotos militares capacitados en ese momento. Antes del estallido de la guerra, Gene poseía y operaba tres escuelas de vuelo CPTP en Montana. Gene inspiró a muchos jóvenes a volar, entre ellos a su hermano Mitch, al que enseñó a pilotar en 1940. En julio de 1941, Mitch se había convertido en un instructor de vuelo certificado, consiguiendo su licencia comercial a la edad de 19 años. Trabajó como instructor de CPTP para una empresa de vuelo en Belgrado, Montana hasta el ataque por sorpresa a Pearl Harbor.
Cuando EEUU entró en guerra, Gene, junto a sus hermanos Mitch y Ferne marcharon a Oxnard, California. Allí Ferne Etchart trabajó en la propia base de la Fuerza Aérea, mientras que Gene se alistó en el Cuerpo Aéreo del Ejército en diciembre de 1942. Gene continuó entrenando pilotos para el Ejército en la Academia de Vuelo de Mira Loma hasta 1943, cuando tuvo que regresar a casa para hacerse cargo del rancho debido a la muerte de su padre. Gene se licenció con el rango de teniente.
Mitch Etchart pasó a instruir a los cadetes de aviación que realizaban el entrenamiento básico en los biplanos “Stearman” y posteriormente en una segunda fase de su formación en el más complejo “Vultee” BT-13 en Lancaster, California. En julio de 1943, Mitch fue comisionado como segundo teniente, supervisor de vuelo y piloto de control en el Cuerpo Aéreo del Ejército en Oxnard. En junio de 1944 comenzó su formación como piloto de caza volando en los P-39 y P-40 y recibió formación como artillero en los AT-6 “Texan”. Poco antes de que acabase la guerra hizo la transición al caza P-51, pero no llegó a volar en operaciones de combate. EEUU había detonado la primera bomba atómica y el fin de la guerra fue inminente. Regresó al rancho familiar en septiembre de 1945 y permaneció en la Reserva de la Fuerza Aérea, Escuadrón de Caza 9418º de la base de Glasgow, Montana, durante 20 años hasta su retiro como teniente coronel (3).
En ausencia de Gene, Mark Etchart se hizo cargo de la escuela de vuelo de su hermano de Miles City, Montana, hasta su regreso en 1943. Mark se convirtió en piloto en 1942 y eventualmente consiguió la licencia de piloto comercial y la calificación de instructor. A pesar de su devoción por los aviones, Mark no fue reclutado por la Fuerza Aérea si no por la Armada al final de la guerra, licenciándose en 1946. Al igual que lo hiciese su padre John, y sus hermanos Gene y Mitch, Mark también se involucró en la política agrícola y ganadera y en temas de gestión de aguas y tierras públicas, tanto a nivel del Condado de Valley, del estado como a nivel nacional. Aunque el padre de Mark intentó sin éxito conseguir un escaño en la legislatura estatal, sería Mark quien conseguiría ser senador estatal por el Condado de Valley durante cinco mandatos, entre 1975 y 1985. Anteriormente, había sido miembro de la Cámara de Representantes de Montana desde 1961 a 1969. También llegó a ser presidente de la Asociación de Pilotos de Montana. Mark falleció en 1992 y el Rancho Etchart fue vendido en 1993.
Gene, Mitch y Mark continuaron haciendo realidad su sueño de volar durante el resto de sus vidas, tanto por placer como por negocios, siendo una actividad bastante útil para la gestión de sus extensos ranchos. Gene mantuvo su estado de vuelo hasta 2010, con casi 95 años, siendo pionero en utilizar el avión en el trabajo de los ranchos. Mantuvo activa su licencia de vuelo durante 72 años, siendo una de las más antiguas del país. Mitch dejó de volar en 2009 a la edad de 88 años. Tenía más de 10.000 horas de vuelo y era un instructor de vuelo certificado con más de 69 años de experiencia. En 2001, la Asociación de Pilotos de Montana otorgó a Mitch el Premio al Piloto Senior del Año y fue inscrito en el Muro de Honor en el Museo Nacional del Aire y el Espacio del Smithsonian. En 2004, Mitch recibió el Premio Wright Brothers “Master Pilot”. Gene falleció el 3 de mayo de 2018 a los 101 años en Billings. Probablemente era el veterano de la Segunda Guerra Mundial de origen vasco de más edad. Mitch falleció el 13 de agosto de 2019 en Glasgow, dos días después de su 98 cumpleaños.
- (1) Laxalt Urza, Monique. “Catherine Etchart. A Montana love story”. Montana, The Magazine of Western History, (1981): 2-17.
- (2) Saitua, Iker. “John Etchart: A Basque leading stockman in the American West”. Euskonews, No. 742 (Septiembre 2019) Euskonews, No. 742
- (3) Tabernilla, Guillermo y González, Ander. (2018). Combatientes vascos en la Segunda Guerra Mundial. Madrid: Desperta Ferro.
Al igual que muchos jóvenes de su generación, y en muchos casos siguiendo los pasos de sus progenitores o familiares cercanos, el joven bajo navarro Jean Etchart Chabagno, nacido en la localidad de Aldude en 1882, inició a finales de 1900 su propio periplo vital en tierras estadounidenses. Allí se unió a su hermano mayor Mitchel, quién había emigrado a California previamente. Su padre, Ferdinand Etchart Iriquy (Aldude, 1826-1905) había llegado a California en 1848 desde Argentina con el reclamo del descubrimiento de oro en ese mismo año. Ferdinand se encuentra entre los primeros vascos que llegaron a Estados Unidos (EEUU) en época contemporánea y que propiciaron con sus logros una emigración en cadena, particularmente sujeta a la expansión de la industria ovina por el Oeste Americano, y que se mantuvo activa durante más de 100 años atrayendo a miles de vascos y navarros de ambas vertientes de los Pirineos, muchos de los cuales regresarían tras años de duro trabajo y sacrificios, mientras que otros permanecerían en el país, conformando una diáspora que nunca ha olvidado sus raíces (1).
Jean (conocido también como John), su hermano Mitchel y su primo Martin Chabagno se trasladaron a Elko, Nevada, e iniciaron en 1901 una exitosa operación ovejera de la mano de un cuarto socio, un banquero local, y que se basaba en la trashumancia y en la abundante disponibilidad de tierras de pastos libres de cargas. Tras el accidente laboral que sufrió John en 1909, la sociedad fue disuelta a partes iguales. John recibió 20.000 dólares, lo que en aquel entonces era una pequeña fortuna, si se tiene en cuenta que su primer sueldo como ovejero había sido, ocho años antes, de 20 dólares al mes. John bien podría haber optado por volver definitivamente a su pueblo natal, pero solo lo hizo por un periodo corto de tiempo, regresando a EEUU en 1910. Se estableció en Saco, a 80 kilómetros al oeste de Glasgow, la capital del Condado de Valley en Montana fundada en 1887 (2). El condado con una superficie de 13.000 km2, ricos pastos, y una población que no superaba las 140.000 personas en 1910, era el lugar idóneo para establecer el tipo de negocio ganadero que John tenía en mente. Tras comprar tierras y un primer rebaño de ovejas, volvió a Aldude en 1912 dónde contrajo matrimonio con su amor de juventud Catherine Urquilux Mococain, nacida en 1888 en Aldude. Hicieron de Valley su primer y último hogar y nunca volvieron a Aldude.