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“Me gusta el trabajo de camarera de piso y me veo en él en el futuro”

Leticia, 24 años

Camerún —

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Soy de Camerún, de la ciudad de Douala. Cuando tenía 15 años vine a Lleida, donde mi padre trabajaba en una fábrica. Mientras viví con él empecé a aprender castellano, poco a poco viendo películas, novelas y noticias por televisión. Me acordé de que en la escuela, en Camerún, podías elegir estudiar alemán o español y yo, ajena a lo que iba a ser mi vida, escogí alemán porque el español me parecía entonces muy difícil. Mi padre se trasladó a Francia a trabajar y pidió a mi tía que me cuidara.  Al de poco, mi tía se trasladó y nos vinimos a Bilbao. Viví tres años con ella, justo hasta que cumplí los 18, cuando decidió que tenía que dejar su casa. No tenía otros familiares a los que recurrir. Había perdido contacto con mi padre en Francia y solo pude contar con la ayuda de algunas amigas. Fue el novio de una de ellas, que había estado en mi misma situación cuando llegó a España, el que me aconsejó que fuera a un centro de acogida como en su momento hizo él. Me dio el teléfono de Lagun Artean, llamé y me citaron. Gracias a ellos pude estar una semana en el centro de día pero, como no tenía adónde ir si salía del centro, le expliqué la situación al responsable y pude quedarme once meses en un piso de la Diputación. Ahora vivo en Erandio, en una habitación de alquiler.

En Lagun Artean me han ayudado mucho para salir adelante, tanto en el tema de estudios como en el de buscar trabajo. Me siento a gusto cuando estoy con ellos y les agradezco lo mucho que han hecho por mí; porque estaba sola, no tenía a nadie y han sido como mi familia. Me han tratado bien, he cometido errores, como todo el mundo, y me han corregido. Sigo manteniendo contacto con la asociación y a las amigas que he visto que han necesitado ayuda les he recomendado que acudan a ella.

Estudiar más

Había hecho la ESO pero quería estudiar más. Empecé acudiendo al centro de día de Lagun Artean, donde hacíamos muchas actividades educativas. Le expliqué al responsable que tenía interés en hacer una Formación Profesional y me ayudó a apuntarme en  la Escuela de Hostelería de Leioa para cursar un grado medio, en la especialidad de camarera de restauración. Tenía los papeles en regla y puede matricularme con normalidad. El día que salieron las listas de admitidos en la Escuela fue una gran alegría, porque además de estar en las listas de admitidas me enteré de que podía entrar en el piso.

Al acabar el grado medio de Hostelería hice las prácticas en el Palacio Euskalduna. Me llamaban para trabajar de vez en cuando, cuando tenían cócteles para empresas y congresos. Después he realizado un curso de camarera de piso y pronto haré el periodo de prácticas si antes no me llaman para trabajar en un hotel de lujo donde me han propuesto hacer unas pruebas. A ver si me contratan. Creo que estoy preparada.

Verme bien

Me gusta el empleo de camarera de piso. De momento haré las prácticas y ya se verá dónde acabaré trabajando. Como también hablo francés, tendré más oportunidades. En Lagun Artean me enseñaron también a hacer búsquedas de empleo y lo que tengo claro es que iré donde sea necesario y me esforzaré para buscarme la vida, tener un trabajo y una familia y verme bien.

Soy de Camerún, de la ciudad de Douala. Cuando tenía 15 años vine a Lleida, donde mi padre trabajaba en una fábrica. Mientras viví con él empecé a aprender castellano, poco a poco viendo películas, novelas y noticias por televisión. Me acordé de que en la escuela, en Camerún, podías elegir estudiar alemán o español y yo, ajena a lo que iba a ser mi vida, escogí alemán porque el español me parecía entonces muy difícil. Mi padre se trasladó a Francia a trabajar y pidió a mi tía que me cuidara.  Al de poco, mi tía se trasladó y nos vinimos a Bilbao. Viví tres años con ella, justo hasta que cumplí los 18, cuando decidió que tenía que dejar su casa. No tenía otros familiares a los que recurrir. Había perdido contacto con mi padre en Francia y solo pude contar con la ayuda de algunas amigas. Fue el novio de una de ellas, que había estado en mi misma situación cuando llegó a España, el que me aconsejó que fuera a un centro de acogida como en su momento hizo él. Me dio el teléfono de Lagun Artean, llamé y me citaron. Gracias a ellos pude estar una semana en el centro de día pero, como no tenía adónde ir si salía del centro, le expliqué la situación al responsable y pude quedarme once meses en un piso de la Diputación. Ahora vivo en Erandio, en una habitación de alquiler.

En Lagun Artean me han ayudado mucho para salir adelante, tanto en el tema de estudios como en el de buscar trabajo. Me siento a gusto cuando estoy con ellos y les agradezco lo mucho que han hecho por mí; porque estaba sola, no tenía a nadie y han sido como mi familia. Me han tratado bien, he cometido errores, como todo el mundo, y me han corregido. Sigo manteniendo contacto con la asociación y a las amigas que he visto que han necesitado ayuda les he recomendado que acudan a ella.