Soy Dani Álvarez, presento y dirijo cada mañana Boulevard en Radio Euskadi entre las 6 y las 10 de la mañana. A los 12 años escuché por primera vez a Iron Maiden y me dije “esto es lo mío”. Desde los 22 busco y cuento noticias, y a todas horas escucho Metal. He entrevistado a más lehendakaris (5) que veces he visto a Metallica o he ido a Wacken (4). Decir más sería reiterativo.
Avenged sevenfold reclaman ante Metallica el trono del Heavy Metal
Han pasado trece años desde que una insultantemente joven banda californiana publicara aquel misil titulado “Waken the fallen” desafiando al, por aquel entonces, preponderante Nu-Metal. La perspectiva del tiempo permite decir, aunque en Europa nadie se enteró de aquello, que Avenged Sevenfold contribuyeron entonces a sentar las bases del Heavy Metal contemporáneo. Las influencias estaban claras, y además no las escondían: en las venas llevan Pantera, Metallica y Iron Maiden, como sus antecesores tenían a Black Sabbath o Led Zeppelin. A menudo se confunde mostrar influencias con copiar. Acusar a Avenged Sevenfold de ser la fotocopia de alguien me parece de una ceguera total.
Estos cinco chavales de Orange county atesoran ya todos aquellos ingredientes que hacen que una banda adquiera un tamaño colosal: un recorrido de siete discos, varias canciones con la consideración de clásicos, una legión incontable de fans y un directo potente, visual y descarado. Por tener, tienen hasta esa desgracia que hace a un grupo escribir su propia leyenda negra, el triste fallecimiento de su batería The Rev.
Así las cosas, A7X son una fuerza desatada dentro del Metal aunque, insisto, los metalheads europeos de más de cuarente años aún no se hayan enterado. De manera que ha llegado el momento de que hagan el disco que les da la gana. Eso es, exactamente, lo que se han propuesto con The stage. Sólo se me ocurre el calificativo experimental para definirlo porque es abierto, intenso, variado pero, por encima de todo, es un disco con una calidad enorme. Si alguien quisiera hacer un disco de puro Metal en 2016 y no supiera cómo encontrar el sonido adecuado, le recomendaría que suene como este trabajo. Lo comprendí la primera vez que les vi en directo: si alguien va a dejar huella en las nuevas generaciones de metalheads, son ellos.
Me sigue asombrando la capacidad vocal de M. Shadows. A pesar de ser un joven de 35 años tiene un abanico de registros realmente espectacular, y no sólo no flaquea en ningún momento si no que capta tu atención de manera constante. Mención especial para la batería también: tras la muerte de The Rev los californianos tiraron de Mark Portnoy para acabar reclutando a Brooks Wackerman, ex componente de Bad religion, que hace un trabajo realmente sensacional, contribuyendo a darle más musculatura aún al quinteto. El resto descansa sobre la guitarra de Zacky Vengeance (gran solo en “Fermi paradox”) y unas composiciones brillantes. Sólo dos de las once canciones bajan de los cinco minutos, y en ellas aparecen secciones de viento, cuerda o coros épicos cuando lo consideran necesario, pero sin llegar a ser empalagosos. Hay pasajes que os recordarán a sus memorables “A little piece of heaven” o incluso a “So far away”.
Ha llegado el momento. Era cuestión de tiempo. Avenged sevenfold miran cara a cara a Metallica para sustituirles en el trono. La transición ha empezado. Han adelantado la salida del disco un mes para evitar coincidir con ellos y disparar las expectativas. Escuchad “God Damn” o la tremenda “Simulation”, y pensad si no son las canciones que deben suceder a los grandes himnos de Metallica. Las comparaciones son inevitables, incluso en la duración: A7X han hecho 74 minutos, mientras que los de San Francisco prometen 88. Los dos discos anteriores barrieron en las listas de ventas, y este no será menos. Han crecido, y con The stage ensanchan los límites de un Heavy Metal que, no sólo tiene relevo, sino que ya está en condiciones de superar a los maestros.
Han pasado trece años desde que una insultantemente joven banda californiana publicara aquel misil titulado “Waken the fallen” desafiando al, por aquel entonces, preponderante Nu-Metal. La perspectiva del tiempo permite decir, aunque en Europa nadie se enteró de aquello, que Avenged Sevenfold contribuyeron entonces a sentar las bases del Heavy Metal contemporáneo. Las influencias estaban claras, y además no las escondían: en las venas llevan Pantera, Metallica y Iron Maiden, como sus antecesores tenían a Black Sabbath o Led Zeppelin. A menudo se confunde mostrar influencias con copiar. Acusar a Avenged Sevenfold de ser la fotocopia de alguien me parece de una ceguera total.
Estos cinco chavales de Orange county atesoran ya todos aquellos ingredientes que hacen que una banda adquiera un tamaño colosal: un recorrido de siete discos, varias canciones con la consideración de clásicos, una legión incontable de fans y un directo potente, visual y descarado. Por tener, tienen hasta esa desgracia que hace a un grupo escribir su propia leyenda negra, el triste fallecimiento de su batería The Rev.