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Desplazados climáticos, a refugio en los mismos países que amenazan sus vidas

La activista hondureña Dalila Argueta tuvo que abandonar Honduras a la fuerza en 2019 por la defensa del río Guapinol, que da nombre a su comunidad, frente a las amenazas de la industria minera con intereses en la zona. Tras una primera parada en Zaragoza, vive en Bizkaia junto a sus hijos desde 2021. “En esta tierra he encontrado refugio aunque compren el mismo mineral que explotan las multinacionales que me mandaron matar”, reconoce impotente.

Desde Zehar-Errefuxiatuekin no ven una excepción en el caso de Argueta sino la estrategia habitual del modelo de desarrollo actual. “Un modelo que expropia, despoja y acumula en pocas manos bienes necesarios para la vida humana y que tienen como consecuencia el desplazamiento; también usado como estrategia al provocarlo de manera sistemática con violencia”, explica Raquel Celis, responsable del estudio “Deshabitadas: una lectura crítica sobre los desplazamientos forzados por el cambio climático”.

El infirme analiza además los desplazamientos provocados en cuatro países por la explotación de sus recursos como son el caso de Colombia con el caso Hidroituango, República Democrática del Congo con el coltán, Senegal con la pesca y Yemen con el agua. En todos ellos además destacan las empresas e instituciones vascas que hay detrás.

En Piedra de Toque reunimos a Raquel Celis y Dalila Argueta para comprender los desafíos que plantea el modelo de desarrollo actual más allá del cambio climático. “El capitalismo verde es una gran falacia porque propone explotar nuevos minerales en los mismos territorios y de las mismas maneras negativas que hasta ahora”, remarca Celis. “Lo realmente eficaz sería que las empresas transnacionales abandonaran de una vez nuestras tierras y se buscaran desde aquí modelos más coherentes con la vida: América Latina no va a sustentar el consumo rampante de Europa por mucha economía verde que se venda”, añade Argueta.

“En esta tierra he encontrado refugio aunque este país compre el mismo mineral que explotan las multinacionales que me mandaron matar”

Zehar busca con este nuevo estudio cambiar el foco de la mirada del cambio climático al eje final del problema que es el modelo de desarrollo. “El cambio climático es el último eslabón de un proceso donde ha habido mucha acumulación de recursos y mucha violencia”, explican. Más de 70 organizaciones ya han respaldado el estudio en el que se exige a los gobiernos occidentales “responsabilidad en las causas que provocan estas expulsiones y habilitar mecanismos seguros para dar protección internacional a los desplazados”. “Necesitamos apostar por un modelo de vida que no desplace: habitar sin desplazar”, remarca Celis.

“El capitalismo verde es una gran falacia porque propone explotar nuevos minerales en los mismos territorios de las mismas maneras negativas que hasta ahora”

Para Argueta es muy impotente “recibir protección del mismo gobierno que impulsa el desplazamiento por sus acuerdos comerciales” en su país origen. “Ver a políticos que impulsan tratados con los estados de América Latina y suman más poder a las empresas que nos desplazan es muy duro”, reconoce. “Los pueblos estamos perdiendo los ríos. No sólo genera un impacto ambiental sino también el desplazamiento de todas las personas que desean vivir del campo”, relata. El pasado 7 de enero asesinaros a dos nuevos defensores de derechos humanos en su comunidad Guapinol ante la presencia de nuevas empresas mineras en la zona. 

Protección internacional para los defensores amenzados

“Estamos en un modelo cada vez más enajenado. Tenemos una política que genera expulsión y que luego violenta a la gente que quiere ponerse a salvo. Hemos integrado la violencia extrema en el tránsito como se ve en la verja de Melilla, en lo más de 130 centros de internamiento, las trabas impuestas a los barcos de rescate humanitario del Mediterráneo. Y los que consiguen llegar lo hacen en unas condiciones de vulnerabilidad indignas”, denuncia Celis consciente de que a la vez hay mecanismos de protección internacional disponibles como los aplicados con las personas procedentes de la guerra en Ucrania.  

Escucha ahora el podcast y descubre cómo sumarse al cambio, así como las razones para la esperanza que arroja Dalila Argueta y Raquel Celis. También puedes escucharlo en Piedra de Toque, Spotify, iVoox, iTunes y Google Podcast

 

 

La activista hondureña Dalila Argueta tuvo que abandonar Honduras a la fuerza en 2019 por la defensa del río Guapinol, que da nombre a su comunidad, frente a las amenazas de la industria minera con intereses en la zona. Tras una primera parada en Zaragoza, vive en Bizkaia junto a sus hijos desde 2021. “En esta tierra he encontrado refugio aunque compren el mismo mineral que explotan las multinacionales que me mandaron matar”, reconoce impotente.

Desde Zehar-Errefuxiatuekin no ven una excepción en el caso de Argueta sino la estrategia habitual del modelo de desarrollo actual. “Un modelo que expropia, despoja y acumula en pocas manos bienes necesarios para la vida humana y que tienen como consecuencia el desplazamiento; también usado como estrategia al provocarlo de manera sistemática con violencia”, explica Raquel Celis, responsable del estudio “Deshabitadas: una lectura crítica sobre los desplazamientos forzados por el cambio climático”.