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34 años no es nada……

Roberto Seijo

Secretario general del Sindicato Independiente de la Ertzaintza —

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La canción de Gardel decía que 20 años no es nada, sin embargo en la Ertzaintza tras 34 años, hemos visto que pueden pasar muchas cosas.

Desde un inicio de mistificación, hasta convertirse en una especie de enfermedad de las incurables, todo el mundo sabe que la tiene y nadie va al médico para que le confirme el diagnóstico, por lo tanto será difícil buscar medidas paliativas.

Siempre hemos andado a pie cambiado, desde la primera vez que una televisión vino a grabarnos en la Academia y nos mandaron desfilar, ya se veía que no éramos gente de conformar, eso aquí es lo normal y por eso fuimos la primera Policía en contar con Sindicatos (legalizados) en el Estado.

Siempre ha existido una deriva, pero la actividad de ETA tapaba muchas de las carencias que había y además impedía que se pudieran denunciar por el temor a que ello supusiera dar posibilidades para ser mejores objetivos. El 20 de octubre de 2011, ETA, pone fin a su actividad.

En el Departamento de Interior pareció que no pasaba nada, pero se celebran unas elecciones al Parlamento Vasco y el Partido Nacionalista Vasco, accede de nuevo al Gobierno y recupera a una figura que si algo ha hecho, es no pasar desapercibido en la historia de la Ertzaintza. Nombra como Director a Gervasio Gabirondo.

Desde antes del inicio de su mandato, deja claro en varias entrevistas y a todo aquel que lo quiera escuchar, que su enemigo principal eran las organizaciones sindicales y en concreto una por encima de todas: ErNE.

En todo el periodo que va desde diciembre de 2012 hasta el día de hoy, esa ha sido una máxima y para conseguir su objetivo no ha guardado ni una sola de sus armas.

Esa sin razón ha llevado a una situación que como Secretario General del Sindicato Independiente de la Policía Vasca ErNE, debemos de denunciar. Emilio Duró dice: “un tonto motivado es muy peligroso, porque puede hundir una empresa”, (si atendemos como “tonto” a la 5ª acepción de la RAE: Que carece de sentido). Pues bien a nuestro juicio nos encontramos en esta situación.

Trataré de exponer, para no ser farragoso, una serie de acontecimientos que vienen salpicando toda ésta legislatura.

Durante todo el año 2013, el Departamento de Interior, que se paso a denominar de Seguridad, decide cambiar el Plan Director hacia un nuevo modelo policial, modelo policial unipersonal e impuesto.

Mucho que decir y que criticar, ya que no ha dado ninguna posibilidad de contribuir a enriquecerlo y entre otros factores como representantes de los trabajadores y trabajadoras del colectivo a evitar que se cometieran vulneraciones de las condiciones de trabajo.

A partir de ese momento un auténtico rosario de vulneraciones tanto del Acuerdo Regulador de las Condiciones de Trabajo (en adelante Convenio) en vigor (prorrogado desde el 2014) como de la eficacia y eficiencia de la Ertzaintza.

Se modifica el sistema de investigación de la Ertzaintza, anulando todo lo realizado en los últimos 30 años, se lleva por delante todo, lo bueno y lo malo. Trasladando labores de especialistas, a áreas sin formación, cargando a éstas últimas la responsabilidad de sus acciones. Modifica sus horarios y calendarios sin tener en cuenta el Convenio. Ha cambiado hasta en más de 20 ocasiones la Relación de Puestos de Trabajo para acomodarlo a sus necesidades. Siendo en la actualidad un sinsentido la investigación, cosechando quejas de todos los ámbitos incluída la Judicatura.

La plantilla de la Ertzaintza, ha decrecido, bajando de los/as 8.000 agentes a los 7.700 actuales, ese número que no parece quizás muy significativo es importante, y me explicaré. Lo relatado en el párrafo anterior sobre la relación de puestos de trabajo, hace que hayan aparecido hasta un total de 378 puestos de trabajo nuevos, los cuales se han de restar de las previsiones de otras áreas de trabajo, si sumamos ambas cantidades vemos que se ha restado un 10 % de la plantilla, se han mantenido estructuras con dotación, aunque su trabajo haya cambiado y ha provocado que se produzcan huecos y sea visible (casi un 50% en Gipuzkoa y en menor medida en Bizkaia y Araba) en el área de investigación.

La Ertzaintza de cercanía se está convirtiendo en una Ertzaintza desaparecida. Ni las unificaciones de facto de centros de trabajo, ni la movilidad de los y las trabajadores y trabajadoras, ni la estadística manipulada, hace posible que se nos vea en la calle.

El enchufismo enfermizo dentro de la Ertzaintza, se ha perpetuado, la herramienta de la libre designación en el colectivo ha servido para pagar estómagos agradecidos, “patear las calles” sigue siendo trabajo para “parias”. En ningún caso los valores de “igualdad” “mérito” y “capacidad” han sido una máxima para poder optar a plazas de poder, muy al contrario solo ha servido para relegar a puestos insignificantes si esas capacidades no van unidas a la obediencia servil.

La imposición de calendarios ha hecho posible que, en el Servicio de Vigilancia y Rescate, no se cuenta con éste servicio durante el periodo de tiempo que va entre las 22 horas y las 07 horas. Parece ser más rentable carecer de la posibilidad de salvar una vida, al coste económico que supone mantenerlo.

Las Unidades de traslado de presos se desmantelaron para trasferir esta labor a la Unidad de Apoyo a Brigada Móvil, siendo la realidad que la mitad de los traslados lo realiza los agentes a los que se les ha quitado tal labor, con el agravante de que no existen Agentes del mismo sexo vulnerándose todo derecho a la intimidad y a la seguridad de terceros.

Sin embargo es curioso, que toda la estructura de burocracia e imagen sigue con un número de Agentes adscritos que haría sonrojarse a mucha gente y por supuesto con todos los puestos cubiertos.

Los riesgos psicosociales han aumentado en Unidades donde antes no los había, y como digo por los múltiples cambio sin sentido que se están produciendo.

Se ha vuelto a buscar un sistema de trabajo orientado hacia la estadística donde lo más importante en la labor diaria de un Agente es ajustarse a la estadística. Es más importante informar al ordenador que un Agente está en el punto de un conflicto, que abordar el conflicto y después comunicarlo.

Por último y no menos importante, es la pérdida de confianza del Agente de la Ertzaintza en los valores que representa y que hace que toda su actuación se base en el principio de Agente de la Autoridad encargado de velar por la libertad y seguridad de toda la Ciudadanía. Y sobre la obsesión contra ésta organización sindical solo decirle que es un eterno aprendiz de otros que ya lo intentaron.

Que duda cabe, que una persona sola no puede ser sola responsable y capaz de hacer esto sola, debe de contar con el beneplácito de sus superiores, Vice Consejeros y Consejera, así como una corte de zalameros que apoyen a ello, pero no por eso vamos a dejar de pedir que abran los ojos a la realidad tozuda y cesen de manera inmediata (si bien tarde) del Director de la Ertzaintza Gervasio Gabirondo.

Soy Secretario General del Sindicato Independiente de la Policía Vasca, pero por encima de todo soy Agente de escala básica de la Ertzaintza desde hace casi 30 años y nunca he visto tanta incompetencia y falta de sensibilidad en la dirección de la misma.

La canción de Gardel decía que 20 años no es nada, sin embargo en la Ertzaintza tras 34 años, hemos visto que pueden pasar muchas cosas.

Desde un inicio de mistificación, hasta convertirse en una especie de enfermedad de las incurables, todo el mundo sabe que la tiene y nadie va al médico para que le confirme el diagnóstico, por lo tanto será difícil buscar medidas paliativas.