Es muy difícil engañar a todo el mundo todo el rato

“Lo único demostrado es que no hay pruebas de filtraciones”. Con esta críptica sentencia María Jesús Múgica, directora de Osakidetza, quiso dar carpetazo a un asunto gravísimo, la exposición a la luz pública de un hecho conocido en los centros de Osakidetza desde tiempo inmemorial: las oposiciones a especialidades médicas hospitalarias, en su mayoría o quizá en su totalidad, están amañadas.

Están negando por activa y por pasiva algo que muchos sabemos que es verdad en plena era de la información, en un momento de la historia en que es suficiente que un eslabón de protección de la cadena de mentiras tenga un móvil en el bolsillo y ganas de hablar para desmontar el castillo de naipes. Además, sabemos que en los expedientes abiertos sí hay testimonios afirmando que existen las filtraciones. Señor Darpón, señora Múgica, señor Urkullu: están intentando vallar una zona demasiado extensa de campo. Da la sensación de que esta actitud equipara a la derecha vasca con otras derechas del Estado y parece querer minar varios de los valores que tanto han atraído el voto nacionalista y no nacionalista hacia el PNV: honradez, eficacia en la gestión, defensa del estado del bienestar.

Es muy difícil engañar a todo el mundo todo el rato pero, venga, hagamos el ejercicio de pensar que esto acabará saliendo como ustedes desean y nos quedamos como estábamos y aquí no ha pasado nada. ¿Son conscientes, señores y señoras que tanto niegan la evidencia, de la consecuencia inmediata que esto podría traer? Cualquier persona implicada en un proceso de selección de personal relacionado con el Gobierno vasco podría montar tramas de colocación de amigos y conocidos con el convencimiento de que tanto sus superiores como su correspondiente consejería le ahorrarán esos abogados que necesitaría para defenderse en caso de que algún resentido intentara denunciarle.

Da escalofríos el mero hecho de imaginar una situación así, por ejemplo, entre los funcionarios armados encargados de repartir la única violencia supuestamente legítima en un Estado de derecho. No hay una salida en limpio a todo esto, señor Soto, señora Múgica, señor Darpón, señor Erkoreka, señor Urkullu y ¿señor Lezertua? Sólo hay alguna salida más digna que las demás. Elijan cuanto antes o fuerzas ajenas decidirán por ustedes.

*Roberto Sánchez es médico anestesista de Osakidetza y denunciante de las irregularidades en la OPE

“Lo único demostrado es que no hay pruebas de filtraciones”. Con esta críptica sentencia María Jesús Múgica, directora de Osakidetza, quiso dar carpetazo a un asunto gravísimo, la exposición a la luz pública de un hecho conocido en los centros de Osakidetza desde tiempo inmemorial: las oposiciones a especialidades médicas hospitalarias, en su mayoría o quizá en su totalidad, están amañadas.

Están negando por activa y por pasiva algo que muchos sabemos que es verdad en plena era de la información, en un momento de la historia en que es suficiente que un eslabón de protección de la cadena de mentiras tenga un móvil en el bolsillo y ganas de hablar para desmontar el castillo de naipes. Además, sabemos que en los expedientes abiertos sí hay testimonios afirmando que existen las filtraciones. Señor Darpón, señora Múgica, señor Urkullu: están intentando vallar una zona demasiado extensa de campo. Da la sensación de que esta actitud equipara a la derecha vasca con otras derechas del Estado y parece querer minar varios de los valores que tanto han atraído el voto nacionalista y no nacionalista hacia el PNV: honradez, eficacia en la gestión, defensa del estado del bienestar.