Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Ya que se va, llévese su modelo
Jose Luis Bilbao se va. Se va y deja un panorama desolador en Bizkaia. Una situación económica y social con más de 95.000 parados, cada vez más familias sin poder cubrir las necesidades más elementales y con una deuda que rompe todos los récords en Bizkaia. Jose Luis Bilbao se va pero deja un modelo de gestión totalmente agotado que no es capaz de ofrecer soluciones ante la situación que vivimos. Un modelo que el PNV ha forjado durante más de 30 años y hoy sigue aumentando la brecha social, entre una minoría cada vez más rica y la gran mayoría de la sociedad que cuenta con cada vez menos recursos.
Bilbao ha hecho suyas las políticas que Rajoy impulsa en Madrid. No solo ha aplicado el mismo manual de recortes y medidas de austeridad, sino que a las medidas antisociales del estado ha añadido las suyas propias. Podemos referirnos, por ejemplo, a la restricción de las ayudas y las prestaciones para personas dependientes que rigen en Bizkaia, a diferencia de Araba y Gipuzkoa.
Cabe mencionar que por más que Jose Luis Bilbao repita que durante sus mandatos se han sostenido el gasto social y que la Diputación destina la mitad de su presupuesto a ello, la realidad demuestra que el pasado año de por cada 10 euros gastados, la Diputación invirtió tan solo 3,7 euros en política social. Las inversiones de la Diputación han tenido otras prioridades (por delante de las personas) durante los años de gobierno de Bilbao. El gasto descontrolado en infraestructuras, con enormes sobrecostes y un escaso beneficio social, han endeudado las arcas públicas a niveles hasta ahora desconocidos.
El agujero que suponen las infraestructuras deficitarias como Supersur y BEC han elevado la deuda pública a más de 2.200 millones de euros. La gestión irresponsable en este tipo de obras ha supuesto pérdidas millonarias como la que acarreó el rescate de los túneles de Artxanda y la situación puede empeorar de forma notable con la que será la autopista más cara de Europa: la Gerediaga-Elorrio. Esta carretera se financiará por medio del “peaje en sombra” y aumentará en más de 1.500 millones más la deuda foral.
Estas obras financiadas con grandes sumas de dinero público se adjudican siempre a las mismas empresas, las que obtienen licitaciones tanto para construir una carretera, como para gestionar una residencia de mayores o para ofrecer un servicio en Bizkaibus. Da igual, todo se queda en los mismos bolsillos. Mientras Bilbao y su gobierno recalcan la importancia de estas obras porque crean empleo, hemos podido comprobar que en varias ocasiones se han llevado a cabo en condiciones de esclavitud y sin ningún tipo de control, como ha sido el caso de la construcción de San Mames o las obras del Puerto de Bilbao.
La creación de empleo sigue siendo uno de los principales retos de Bizkaia en el último año de mandato de Bilbao. El diputado general asegura que el empleo es prioritario para su gobierno, pero lo cierto es que no cuenta con un plan estratégico para impulsar la creación de puestos de trabajo. Ante la situación excepcional de desindustrialización y destrucción de empleo, Bilbao continúa repartiendo las mismas recetas fallidas: subvenciones para trabajos temporales y precarios, sin mecanismos para el seguimiento de los mismos ni valorar su efectividad. La falta de visión estratégica de Bilbao está siendo de tal magnitud que ni siquiera ha sido capaz de reunir a los agentes económicos y sociales para analizar la situación.
Tampoco nos olvidamos de aquellas promesas electorales del señor Bilbao anunciando la creación de 1.000 puestos de trabajo a los habitantes de Enkarterri, en relación Habidyte. Esas fotos con un defraudador como Jabyer Fernández. Esos abrazos y cócteles anunciando el pelotazo de Puerta de Bilbao. Impulsar los servicios públicos no ha sido parte de lo objetivos de Bilbao en ninguna de sus legislaturas. Más bien al contrario, el debilitamiento de lo público a favor de la privatización ha sido una de sus constantes, hasta tal punto que ha formado una administración paralela por medio de las sociedades forales mercantiles. Estas sociedades gestionan lo público desde lo privado. Lo hacen sin las garantías de control que se exigen a las instituciones y han sido gestionadas por altos cargos nombrados a dedo por el PNV y remunerados con sueldos astronómicos. Resulta muy llamativo que casi la mitad de la deuda de la Diputación corresponda a estas sociedades como Interbiak, Azpiegitura o Garbiker, etc. Estas sociedades gestionan un tercio del presupuesto de la Diputación.
Pero quizá el caso de privatización más grave del que Bilbao es responsable directo sea el de la BBK, la caja de ahorros pública en la que las instituciones del territorio contaban con una amplia representación y, por tanto, con capacidad para influir en la misma para que cumpliera una función social en el territorio. Sin embargo, el PNV el PSE y el PP han dejado fuera de la caja a las instituciones para dársela a 15 patronos ligados a esos mismos partidos. Se ha despojado a Bizkaia de una herramienta financiera pública fundamental.
A nadie se le escapa que si aspiramos a una sociedad cohesionada, necesitamos unos servicios públicos de calidad y que la riqueza debe ser redistribuida. Precisamente por eso es imprescindible contar con una fiscalidad justa y progresiva. No ha sido esa la elección de Bilbao en sus años de mandato. Precisamente, cuando “la vaca daba leche” el diputado general y su departamento de Hacienda decidieron bajar la presión fiscal. Bajó el impuesto de sociedades y eliminó el Impuesto de Patrimonio. Este Impuesto se recuperó recientemente y Bizkaia fue el último territorio en hacerlo. El pasado año anunció el pacto fiscal con el PSE y el PP. Un pacto para superar la trinchera entre diferentes, según Bilbao. Pero lo cierto es que la política fiscal de la Diputación sigue profundizado la trinchera entre aquellos que más tienen en Bizkaia y el resto de los y las vizcaínas. Y es que con los datos en la mano, podemos decir que en Bizkaia no paga más quien más tiene. Bizkaia también ha sido siempre la última en aplicar medidas nuevas para luchar contra el fraude fiscal, en unirse a la colaboración entre administraciones, y en dar cuenta de los datos de fraude fiscal en determinados ámbitos opacos, como las sociedades de promoción de empresas.
La opacidad ha sido uno de los atributos que ha caracterizado a los gobiernos de Bilbao. Así lo corroboró el propio diputado general en su despedida, al reconocer que tenía conocimiento defraudadores que él conoce personalmente pero que pueden estar tranquilos, ya que no los denunciará. Por increíble que parezca, estas palabras las pronunció en un discurso que pretendía ser un ejercicio de transparencia en la que Bilbao aseguró que no se había enriquecido durante sus años de mandato. Paradójicamente, el diputado general ha sido durante estos doce años el político vasco que mayor sueldo ha cobrado por delante del lehendakari y de la presidenta de Nafarroa.
En resumidas cuentas, podemos decir que el legado de Jose Luis Bilbao es un modelo económico y social agotado, que no es capaz de aportar soluciones para la gran mayoría de las y los vizcaínos. Es un modelo que sigue ahondando en la brecha social a favor de una minoría que concentra cada vez mayor riqueza a costa de empeorar las condiciones de un amplio sector de la población.
Bizkaia necesita un cambio, es necesaria una alternativa más humana, más social, más ecológica, más feminista, más participativa y más justa. Sr. Bilbao, ya que se va, háganos el favor de llevarse también su modelo.
Irune Soto Aldalur, Portavoz de EH Bildu en Juntas Generales de Bizkaia.
Jose Luis Bilbao se va. Se va y deja un panorama desolador en Bizkaia. Una situación económica y social con más de 95.000 parados, cada vez más familias sin poder cubrir las necesidades más elementales y con una deuda que rompe todos los récords en Bizkaia. Jose Luis Bilbao se va pero deja un modelo de gestión totalmente agotado que no es capaz de ofrecer soluciones ante la situación que vivimos. Un modelo que el PNV ha forjado durante más de 30 años y hoy sigue aumentando la brecha social, entre una minoría cada vez más rica y la gran mayoría de la sociedad que cuenta con cada vez menos recursos.
Bilbao ha hecho suyas las políticas que Rajoy impulsa en Madrid. No solo ha aplicado el mismo manual de recortes y medidas de austeridad, sino que a las medidas antisociales del estado ha añadido las suyas propias. Podemos referirnos, por ejemplo, a la restricción de las ayudas y las prestaciones para personas dependientes que rigen en Bizkaia, a diferencia de Araba y Gipuzkoa.