Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Olatz Vázquez, valiente y serena ante la muerte
Con 27 años, una gran sensibilidad por la fotografía y muchas ganas de vivir. Así fallecía, hace ahora una semana, la periodista y fotógrafa Olatz Vázquez, tras un año de lucha contra un cáncer gástrico diagnosticado con retraso “por la pandemia”. Ese argumento al que ahora todo acompaña. Y una de las razones por las que miles de personas, más de 67.000 en Instagram, seguían con el corazón encogido su lucha contra la enfermedad. También lo hacían por esa capacidad que tenía ella de relatarla tan sencilla, valiente y serena. Entonces se entiende la explosión de tristeza, rabia y agradecimiento que estalló en las redes al poco de conocer su marcha. Olatz puso luz sobre la muerte y mostró un camino: el de vivirla con fortaleza. Poco o nada sabemos de la muerte, poco o nada hablamos de ella y poco o nada la tenemos en cuenta. Y sin embargo, qué presente está y cuánto necesitamos que nos la recuerden.
Olatz había conseguido reunir a miles de seguidores en las redes sociales, más de 53.000 en Twitter, pendientes de sus avances y, sobre todo, de su manera serena de afrontar la enfermedad. El que se expuso a esas imágenes y mensajes no pudo dejar de seguirla. Hizo que muchos sintieran, sintiéramos, como nuestra aquella enfermedad y ahora también esta despedida.
Cómo hubiera cambiado todo si no se hubiera retrasado el diagnóstico. En dos ocasiones le retrasaron las pruebas al considerar que por su edad sus síntomas no entrañaba riesgos. Competía con las urgencias sanitarias generadas por la COVID-19. De ahí, también el grito de rabia tras su marcha. Y un petición clara en todos sus seguidores: hay que cuidar, blindar y priorizar al máximo la sanidad pública, así como la calidad de todos sus profesionales. Hay mucho en juego.
Y, claro está, muchos también han expresado estos días su agradecimiento por el testimonio de vida ante una posible muerte. Algo que le ayudó a afinar su mirada hasta exponer sus fotografías en el Festival Internacional de Fotografía de Belgrado y en la Leica Gallery de Madrid.
Dos año hace estos días también de la muerte del músico Iñigo Muguruza, enfermo de ELA durante años. Si la COVID-19 se ha llevado la vida de 84.000 personas, la muerte por suicidio en 2019 en el Estado se incrementó un 30% entre los más jóvenes con 309 personas al año entre los 15 y 29 años.
La muerte está ahí. Necesitamos más que nunca hablar de ella, empatizar con las personas a las que les ronda y tienta, y prepararnos para cuando seamos nosotros parte de esos porcentajes, de esas cifras.
Canta ahora Fermín Muguruza a su hermano en “Bizitza zein laburra den”, qué corta es la vida: “Tu ejemplo es sendero, una estrella brillante. Tu ejemplo es camino”. Y bien podemos decir lo mismo de Olatz, sumándonos a todas las personas que empatizaron con su lucha y se contagiaron con su mirada: Olatz, tu ejemplo es camino.
Tristeza, rabia y agradecimiento. Por una sanidad pública de calidad y por una visibilidad mayor de la muerte de esta manera: valiente, serena, sensible. Porque… “bizitza zein laburra den”.
Con 27 años, una gran sensibilidad por la fotografía y muchas ganas de vivir. Así fallecía, hace ahora una semana, la periodista y fotógrafa Olatz Vázquez, tras un año de lucha contra un cáncer gástrico diagnosticado con retraso “por la pandemia”. Ese argumento al que ahora todo acompaña. Y una de las razones por las que miles de personas, más de 67.000 en Instagram, seguían con el corazón encogido su lucha contra la enfermedad. También lo hacían por esa capacidad que tenía ella de relatarla tan sencilla, valiente y serena. Entonces se entiende la explosión de tristeza, rabia y agradecimiento que estalló en las redes al poco de conocer su marcha. Olatz puso luz sobre la muerte y mostró un camino: el de vivirla con fortaleza. Poco o nada sabemos de la muerte, poco o nada hablamos de ella y poco o nada la tenemos en cuenta. Y sin embargo, qué presente está y cuánto necesitamos que nos la recuerden.
Olatz había conseguido reunir a miles de seguidores en las redes sociales, más de 53.000 en Twitter, pendientes de sus avances y, sobre todo, de su manera serena de afrontar la enfermedad. El que se expuso a esas imágenes y mensajes no pudo dejar de seguirla. Hizo que muchos sintieran, sintiéramos, como nuestra aquella enfermedad y ahora también esta despedida.