Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Pacto de acuerdo
Estos días estivales en los que habitualmente la vida adquiere un ritmo más sosegado observamos la velocidad frenética que alcanza la política vasca.
En 2016 entre elecciones y conformación del Parlamento transcurrió un mes, en 2020 y con la COVID-19 despertando de su corto letargo el Parlamento acelera todos los plazos para poder tener lehendakari coincidiendo con el inicio escolar, un comienzo, el de las clases, por cierto, del que nadie habla, ni siquiera en campaña.
Elegido el 3 de agosto como fecha para la celebración del primer pleno de esta XII legislatura, PNV y PSE-EE aceleran sus negociaciones para cerrar un acuerdo de gobierno lo antes posible, no sin escenificar lo que podrían llamarse tensiones lógicas de una negociación.
Durante 15 días hemos soportado una campaña en la que tanto jeltzales como socialistas hacían bandera de la estabilidad política en Euskadi mientras no ocultaban el deseo de repetir un gobierno de coalición que alejase a la ciudadanía de la “inestabilidad” de quienes “no tienen experiencia en gestionar Euskadi”.
Y con este zumbido aún pegado en los oídos de la ciudadanía, extraña escuchar a Ortuzar dudar de las intenciones de Mendia en relación a querer repetir como socia de gobierno.
Y es que sería inocente pensar que ahora el PSE-EE se lo vaya a poner fácil al PNV cuando con un acuerdo de gobernabilidad seguramente el PSE-EE lograría cumplir más programa que con cualquier acuerdo de gobierno, aunque le llamen progresista o excluyan el autogobierno.
Y en esa reivindicación que hacen los socialistas vascos de la izquierda vasca, anuncian consulta a los militantes para la aprobación o no en su caso del acuerdo que se pudiera cerrar. Toda una escenificación que encierra contentar a la vez a un electorado más pragmático y a una militancia más idealista.
Un acuerdo de gobernabilidad supondría negociaciones casi diarias con un gobierno monocolor del PNV para obtener compromisos que permitieran desarrollar políticas más progresistas a cambio de la ansiada estabilidad
Sería normal pensar que los socialistas quieran más visibilidad y que esta vez sea la propia Idoia Mendia quien entrase a formar parte del ejecutivo vasco, aunque realmente no les ha ido mal pasar inadvertidos en el último gobierno. En diferentes encuestas una parte importante del electorado socialista decía desconocer que el PSE-EE fuera socio del PNV en el Gobierno Vasco y además censuraba la gestión de la crisis de Zaldibar cuyo máximo responsable, el consejero Arriola, preside el partido socialista en Euskadi.
Y entre escenificación y escenificación de querer cada cual guardar su parcela, hay equipos técnicos cerrando un posible acuerdo. Un acuerdo que al 99,9% será de gobierno porque da más réditos al partido aunque deje de lado el programa, programa.
Porque el partido socialista a la hora de elaborar su mensaje electoral en forma de compromiso con la ciudadanía debería ser consciente en que entrando en gobierno deja de lado políticas de protección social, políticas que blinden derechos sociales como la sanidad y la educación pública, ámbitos en los cuales los socialistas han estado haciendo trágala los últimos cuatro años.
No estaría mal que los de Idoia Mendia, junto con la reforma del estatuto dejaran fuera del pacto de gobierno otros desacuerdos como la financiación de la educación pública o la segregación escolar, aspectos que apoyan discursivamente pero que luego se diluyen en la disciplina de voto. O la defensa de unas pensiones públicas en contra de cualquier propuesta privatizadora o la revisión de puestos de trabajo de Osakidetza junto con el incremento de la plantilla estructural de nuestro servicio vasco de salud… y así una gran parte del programa socialista que dejará de ser un contrato con la ciudadanía para ser fagotizado por el del socio mayoritario.
Un acuerdo de gobernabilidad supondría negociaciones casi diarias con un gobierno monocolor del PNV para obtener compromisos que permitieran desarrollar políticas más progresistas a cambio de la ansiada estabilidad.
Sin embargo en poco más de un mes se llevará a cabo el pacto de acuerdo sellado en campaña y tendremos de nuevo un gobierno de coalición, donde la estabilidad se dará de nuevo a base de autocomplacencia en una legislatura en la que además al gobierno le darán los números para hacer lo que quiera el PNV.
Sobre este blog
Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
0