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Qué está pasando en Petronor
En Petronor se está aplicando un ERTE desde el 3 de mayo. El comité de empresa ha convocado diversas movilizaciones contra esta medida y ante la falta de respeto por parte de la dirección de los acuerdos alcanzados en 2020 que suponen la contratación de 75 personas.
El sector de oil&gas está en un proceso de reconversión y hay mucha incertidumbre sobre su futuro. La emergencia climática y los cambios legislativos que está produciendo impactan plenamente en nuestra actividad principal que, por definición, es generadora de emisiones.
En este contexto, y para la adaptación del sector a las futuras necesidades, desde la Unión Europea se van a proporcionar generosas ayudas a los grandes grupos empresariales. En nuestro sector esas ayudas se van a destinar principalmente a la transición del negocio hacia la economía del hidrógeno y de los combustibles sintéticos.
Esta transición no está definida aún, pues no hay certeza de que el proceso sea rentable a nivel industrial. Sin embargo, las ayudas sí son concretas y gran parte de ellas a fondo perdido. El problema es que, como estamos viendo, dichas subvenciones no van a asegurar que esa transición sea socialmente justa.
¿Por qué decimos esto? Porque Petronor lleva desde 2018 incumpliendo de manera sistemática todos los acuerdos alcanzados con la parte social. Admiten que se realizaron 67.089 horas extraordinarias en 2019, pero cuando se comprometen a contratar personas para paliar esta situación, su respuesta es un ERTE.
No se puede confiar en una dirección que manda a trabajadores al paro cuando hay carga de trabajo suficiente, al punto de no poder cumplir las entregas programadas en fecha. Está ocurriendo en varios departamentos. También es incoherente que haya personas afectadas por el ERTE al 100% que arrastran necesidades de formación reconocidas por la dirección desde hace años. No satisfacerlas supone mantener ese círculo vicioso que conduce a la espiral de horas extraordinarias obligatorias.
Cuando exigimos que se cumplan los acuerdos y que se retire el ERTE, sólo estamos pidiendo una transición socialmente justa. Sólo estamos poniendo en valor nuestra dimensión humana
Es evidente que Petronor se está adaptando al mercado en términos de precarización de su plantilla. Cuando te mandan al paro mientras se acumula el trabajo en tu mesa, a sabiendas de que al volver tendrás que sacarlo igual, o cuando no sabes a qué hora vas a salir del turno porque no hay relevo disponible, significa pérdida de derechos laborales.
Paradójicamente ese proceso es compatible con recibir ayudas europeas; esas ayudas que se supone que tienen que servir para la ciudadanía se destinan a beneficios privados sin ningún tipo de contrato social.
Los trabajadores y las trabajadoras de Petronor queremos ser parte del cambio a formas de energía más limpias, pero esa transición ha de ser socialmente justa. Para ello es necesario asegurar la calidad del empleo y eso incluye a las empresas contratistas, cuyos trabajadores llevan sufriendo desde hace mucho tiempo un proceso de degradación de condiciones laborales. También será necesario hacer un reparto equitativo del trabajo, reubicando a los trabajadores en otros puestos creados en el marco de esa transición. La automatización y deslocalización de los procesos productivos provocan que cada vez el factor humano sea menos necesario, pero las personas tenemos derecho a vivir dignamente. La economía debe estar al servicio de la vida, y no al revés.
Así que vamos a reclamar a las empresas y a los estados que pongan esas vidas en el centro y no solamente los beneficios. Ésta, y no otra, es la razón de fondo de la lucha del conjunto de trabajadores de Petronor. Cuando exigimos que se cumplan los acuerdos y que se retire el ERTE, sólo estamos pidiendo una transición socialmente justa. Sólo estamos poniendo en valor nuestra dimensión humana.
En Petronor se está aplicando un ERTE desde el 3 de mayo. El comité de empresa ha convocado diversas movilizaciones contra esta medida y ante la falta de respeto por parte de la dirección de los acuerdos alcanzados en 2020 que suponen la contratación de 75 personas.
El sector de oil&gas está en un proceso de reconversión y hay mucha incertidumbre sobre su futuro. La emergencia climática y los cambios legislativos que está produciendo impactan plenamente en nuestra actividad principal que, por definición, es generadora de emisiones.