Han concluido sin acuerdo las conversaciones entre Elkarrekin (Podemos, Ezker Anitza - IU, Equo Berdeak) y Sumar Mugimendua, pretendiendo consensuar una candidatura conjunta al Parlamento Vasco. Ese vano intento de lograr una confluencia de debilidades llegaba envuelto en circunstancias desfavorables. El pulso entre Podemos y Sumar para dirimir el liderazgo de la izquierda, que se dice transformadora, no tiene ni épica ni encanto. Ha sido un proceso largo, opaco, aburrido, cansino e inútil.
Alargar la negociación daba oportunidades a Sumar y debilitaba a Podemos. Su dirección soportaba una agobiante espera, desfalleciendo la credibilidad de la militancia. Temiendo cargar con la responsabilidad de la ruptura, se caía en el error. Al eternizarse las conversaciones, acabó habiendo más candidatas a lehendakari que previsión de escaños. Tal desconcierto reduce el espacio político y electoral de la izquierda federalista, favoreciendo a EH Bildu y PSOE.
La posibilidad de un acuerdo entre Podemos y Sumar era tan remota, que este artículo empezó a escribirse al comenzar los encuentros con la hipótesis del fracaso. Para verificar la certeza de ese fatal pronóstico y concluir el artículo faltaba conocer los pormenores del desenlace.
Podemos, trampolín para hacer carrera política en Sumar
Las negociaciones a la izquierda de la izquierda han durado el tiempo preciso para que Sumar encontrase una mujer dispuesta a competir con Miren Gorrotxategi, candidata de Podemos. Buscando por todos los rincones, dieron con ella precisamente en Podemos, cantera de donde procede el conjunto de las figuras visibles de Sumar. Alba García participó en sucesivas convocatorias de primarias de Podemos Euskadi. Era tercera en la lista de Elkarrekin al Ayuntamiento de Bilbao, sin lograr ser elegida. Es sabido que al hacerse público su fichaje tenía un contrato laboral con Podemos.
Esa operación era un órdago de Sumar que la dirección de Podemos encajó sin zanjar la partida, limitándose a interpretar lo ocurrido como una “deslealtad”. El rocambolesco asunto no acabaría ahí. El 24 de enero El Correo desveló que Alba García no tenía previsto dejar Podemos; días antes de cambiar de bando político quería ser delegada sindical de ELA. Este hecho conlleva un dilema añadido, dado que Sumar mantiene un trato preferencial con CCOO.
El aguante de la dirección de Podemos contrasta con la belicosa actitud de Sumar. Al rechazar el grupo parlamentario de Podemos la reforma del subsidio de desempleo, que reduce las cotizaciones de mayores de 52 años en situación de paro, Sumar sacó un comunicado donde se decía: “Podemos se une al PP y Vox para desestabilizar al gobierno. Es incomprensible que todas las fuerzas progresistas de la cámara hayan votado a favor y que solo Podemos haya votado en contra. ¿Por qué han decidido abandonar el bloque progresista para unirse al de la derecha y la ultraderecha?”.
Pese a que esa agresividad justificaba liquidar las conversaciones, la dirección de Podemos hizo una oferta: “... Existe una opción de respuesta, igualmente coral y participativa: el refrendo popular. La búsqueda de un instrumento que permita la participación de todas las personas que forman parte del espacio político, de las distintas organizaciones, en la elección de la mejor candidata”. Es obvio que se estaba planteando realizar unas primarias conjuntas que Sumar no podía aceptar por carecer de militancia.
Cronología de los últimos acontecimientos
9 de enero: Alianza Verde lanza una propuesta sintetizada así por Europa Press: “Plantea que los morados, con Miren Gorrotxategi, lidere la candidatura y reprocha la lentitud de la negociación de Sumar”.
16 de enero: JC Monedero repasa en Radio Euskadi las intenciones de Sumar: “cree que puede imponer sus modos, maneras y sus decisiones”, “te llevan a callejones sin salida”, “todo lo que hace Sumar es humillar a Podemos”. “Las bases de Podemos, por muchas razones, están muy enfadadas, no van a tolerar que se sacrifique a Miren (Gorrotxategi)”.
17 de enero: Podemos celebra en Bilbao un acto para exponer a la militancia las conclusiones de un documento debatido a nivel interno, sin comentar nada sobre las conversaciones con Sumar. El mismo día, con motivo del 10º aniversario de la creación de Podemos, el politólogo Javier Aroca declara en ETB: “Hay gente que si no vota a Podemos, no vota”.
21 de enero: la Vanguardia: “La dirección estatal de Podemos, partiendo de que la decisión final la tomarán sus militantes vascos, considera que ”lo más razonable“ sería presentarse a las elecciones autonómicas de este año, aún pendientes de convocar por el lehendakari, Íñigo Urkullu, en coalición con Alianza Verde, el partido ecologista liderado por Juantxo López de Uralde, pero sin Sumar”. Es decir, se recomienda asumir la propuesta de Alianza Verde.
24 de enero: elDiario.es Euskadi publica este titular: “Una corriente interna avisa ya de que plantará cara a Pilar Garrido en las primarias de Podemos en Euskadi”. La entradilla añade:“Etorkizun Morea ('futuro morado') presentará una lista alternativa a la dirección con la defensa de que Podemos inicie un camino en solitario, es decir, sin Sumar, pero también al margen de la coalición Elkarrekin”. Esta noticia muestra una situación confusa y contradictoria: a) el prolongado silencio provoca recelos en la militancia, enraizando en corriente opositora, b) Etorkizun Morea rechaza la confluencia con Sumar, pero hace pública su existencia en el momento que más favorece a Sumar.
Ni propuestas ni reflexiones logran que la dirección de Podemos reaccione. Se obstina en seguir, ignorando las advertencias de la imposibilidad de llegar a entenderse con Sumar. Con el agravante de que durante ese viaje a ninguna parte la comunicación con la militancia es nula.
Recuperando el tiempo perdido
25 de enero: en la presentación de Miren Gorrotxategi como candidata a lehendakari comienza a perfilarse el desenlace. Escoltada por la dirección del partido, Europa Press recoge sus declaraciones en un expresivo titular: “Gorrotxategi dice a Sumar que ”nada va a ser posible con quien quiera dividir a la izquierda en Euskadi“. La postura definitiva de Sumar parece también cercana, declarando que, tras dos meses sin acuerdo, las negociaciones deberían concluir con el mes de enero.
29 de enero: Pilar Garrido, Coordinadora de Podemos Euskadi, pronuncia en Radio Euskadi las frases más coherentes de todo el proceso: “...La gente está cansada de oírnos hablar de cosas que no interesan (…). ”Por lo que toca a Podemos Euskadi, estamos en primarias. Tendremos ratificada a nuestra candidata que es Miren Gorrotxategi, y nos ponemos en marcha. Podemos Euskadi se pone a hacer campaña con sus candidatos, y empieza a hablar de política. Lo que tenga que venir, será“.
30 de enero: elDiario.es Euskadi resume lo poco que ha trascendido de las negociaciones. Este artículo recuerda, por ejemplo, el argumento utilizado para justificar ir a las elecciones como Sumar: “Remarcan que se pasó de 70.000 votos obtenidos por Elkarrekin en las elecciones forales a 125.000 en las generales”. Más correcto que utilizar de forma interesada el voto dual habría sido indicar que en las generales del 2023 Sumar perdió en Bizkaia 39.478 votos respecto al resultado de Podemos – IU del 2019. De paso cabe recordar que el año 2019 la candidatura Más País – Equo sumó 8.542 votos (1,3%).
Los sondeos electorales llegan antes de conocer la fecha de acudir a las urnas. La encuesta publicada el 2 de febrero por EITB atribuye 2 escaños a Podemos y 1 a Sumar. Dos días después El Correo adjudica 3 escaños a Sumar y ninguno a Podemos. Este segundo sondeo, antítesis del de EITB, aporta un dato significativo: “Los dos candidatos a llegar a Ajuria Enea que más suenan a los vascos son Gorrotxategi y Andueza. La candidata de Elkarrekin Podemos llega al 67%. Pero con un matiz bastante destacable. Y es que de ellos, solo un 37% sabe que está en Podemos, un 15% la sitúa incluso en el PNV”. Ese dato debería llevar a olvidar la marca Elkarrekin, recuperando el nombre original: Podemos Euskadi. Sería oportuno y razonable trasladar la consulta a las bases.
En el supuesto, ya descartado, de formar candidaturas conjuntas de Podemos con Sumar, según ambos sondeos podrían conseguir 5 o 6 escaños. Mas la unidad por la unidad no es un valor absoluto. En esos datos caben diversas interpretaciones: la rentabilidad de la unidad para cada partido depende del reparto de los puestos de salida. Siendo además probable que, caso de llegar a un acuerdo de confluencia, conforme ocurrió en Galicia, la gente inscrita en Podemos Euskadi lo rechazase, prefiriendo ir a las elecciones en solitario.
La partida termina en tablas
Las negociaciones acaban como transcurrieron, sin pena ni gloria, sin acta de ruptura, dejando de reunirse. El proceso ha resultado tan esperpéntico, que el 3 de febrero la Agencia EFE anuncia por error que Podemos y Sumar han alcanzado un acuerdo. Horas después Pilar Garrido declaraba en RNE que Podemos había sido excluido de la última fase de la negociación y que se había enterado por la prensa del compromiso para formar las listas de Sumar.
Podemos y Sumar van a competir en Euskadi. Sus dos candidatas rivalizarán en Bizkaia para lograr el escaño que fije el liderazgo de la izquierda federalista y al mismo tiempo confirme su división. Visto con enfoque de futuro, resulta menos negativo distanciarse ahora que embarcarse en una falsa unidad que zozobre después en el Parlamento Vasco. No obstante, el principal reto entre Sumar y Podemos llegará el 9 de junio con las elecciones europeas.
Al hacer balance de los resultados Sumar logra una candidata precedente de Podemos y consigue desintegrar la coalición Elkarrekin. No cabían sorpresas: Equo Berdeak ya dependía de Sumar y Ezker Anitza acata la disciplina de Izquierda Unida. De todas formas, el principal activo electoral de Sumar Mugimendua será Yolanda Díaz. Los logros de Podemos son simbólicos: ha resistido la opa hostil de Sumar y es de suponer que se presentará a las elecciones autonómicas con Alianza Verde.
Tras las elecciones, Podemos tendrá que recuperar la confianza del sector que considera errónea la estrategia electoral de la dirección. Toca también aclarar lo publicado el 2 de febrero en Hórdago - El Salto sobre Pilar Garrido: “A pesar de su posición como coordinadora general en Podemos Euskadi, había perdido capacidad de incidencia, pues el partido está liderado por Miren Gorrotxategi, como portavoz en el Parlamento Vasco, y David Soto, en tareas de Secretario de Organización. La negativa de ambos a incluir a Garrido en puestos de salida en las primarias de Podemos para las próximas elecciones autonómicas habría precipitado sus recientes desaires en los medios, poniendo en riesgo la ya de por sí compleja negociación”.
La improbabilidad de confluencia electoral entre Podemos y Sumar presentada como hipótesis de este artículo se apoya en estos argumentos: Sumar es un proyecto diseñado para ocupar el espacio político de Podemos. Careciendo de estructura orgánica y de implantación territorial, su avance está supeditado al retroceso de Podemos. Proclamarse fuerza hegemónica de la izquierda alternativa implica basar cualquier acuerdo en sus siglas y en su liderazgo.
Con esas premisas, si la dirección de Podemos hubiese antepuesto la defensa de su identidad, su propio nombre, en vez de Elkarrekin, los encuentros habrían concluido en la primera sesión. Podemos Euskadi tiene ahora ocasión de volver a sus orígenes, en vez de atrincherarse en una marca electoral sin arraigo social. En Galicia lo tienen claro, según su candidata, Isabel Faraldo: “Van a ser unas elecciones muy identitarias para la gente de Podemos”.