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Zarzuela Media

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Cuando una agencia de publicidad realiza un trabajo es normal que lo pague el cliente que lo ha encargado. El asunto que vamos a tratar es más que curioso ya que, el trabajo realizado para el cliente, lo paga solidariamente a escote todo el público al que va dirigida la campaña publicitaria. Es el caso de la “agencia de publicidad” Zarzuela Media encargada de fabricar propaganda pura y dura de esa que raramente hemos visto en nuestro entorno. Bueno, en realdad, si nos dedicamos a bucear algo en la historia, sí que la hemos podido ver en “Marca España” y nos podemos topar con algo parecido, pero en blanco y negro: La del franquista Noticiario Cinematográfico Español, más conocido como NO-DO (acrónimo de Noticiarios y Documentales).

Según un estudio realizado por el Instituto de Investigación, Marketing y Opinión Pública (IMOP), que reproduce el Blog especializado Sopa de Hormigas, sobre la notoriedad de las marcas en publicidad, Coca-Cola encabeza la primera posición del ranking con un 13,3%. Pero ¿Por qué Coca-Cola, siendo ya una marca reconocida mundialmente, ¿sigue haciendo publicidad? ¿Realmente lo necesita? Seguramente los menos entendidos en el tema pensemos que no pero, cuando vamos a un bar a tomar algo no pedimos una cola, sino una Coca-Cola. Entonces, ¿Por qué seguir anunciándose? ¿Qué gana con ello? Posiblemente, ganar no gane mucho (Coca-Cola es un producto altamente consumido e implantado en la sociedad), pero anunciándose evita que pueda perder, perder y mucho. 

Pero para entender mejor esto debemos plantearnos la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si Coca-Cola dejara de invertir dinero y esfuerzos en comunicación? Es aquí cuando entra en juego la competencia. Y es que toda marca, por más consolidada que esté en el mercado y en la sociedad, necesita seguir haciendo publicidad, necesita seguir comunicando lo que es. De no ser así, perdería terreno con respecto a la competencia. En el caso de Coca-Cola, tal vez esa pérdida de terreno con respecto a la competencia no se produciría de manera inmediata, pero a medio-largo plazo sí se vería enormemente afectada. Con el tiempo iría perdiendo presencia y atractivo, lo que supondría una pérdida de clientela. Todo ello a la par que la competencia ocuparía su lugar, aprovechándose de la situación. Es por ello por lo que, aunque parezca que ya no queda nada nuevo por decir, las marcas tienen que mantenerse siempre dentro del proceso de comunicación con su público para mantener vivos los vínculos que los atan. Necesitan seguir hablando y contando historias ya que es la forma de decir a su clientela “No me olvides. Esto soy y aquí estoy”. 

La actual monarquía española, heredera directa de un régimen dictatorial, se comporta exactamente igual que una marca comercial. Para ello tiene a su servicio una especie de empresa de publicidad, Zarzuela Media que, dotada de dinero público sin justificar, es la encargada de transmitir (aunque sea de forma intermitente en el tiempo) eso de “No nos olvides. Aquí seguimos”. Lógicamente, toman por competencia a la mayoría social, hoy, técnicamente republicana.

Y lo saben de sobra porque, pese a que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), aun desastrosamente al mando de José Félix Tezanos, dice que ya no piden valoración sobre la jefatura del Estado, es decir, que ya no preguntan por la monarquía. De nuevo miente. Y de nuevo es exactamente eso: De nuevo ya que, en realidad, lo siguen haciendo aunque no publiquen esos resultados. Cuando les interesaba, hacían auténtica propaganda con todo ello: ¿Recuerdan aquello de “nuestra Monarquía es la Institución mejor valorada por los españoles”? Eran otros tiempos. Ahora sabemos que la nota de la Monarquía española ronda una puntuación de 3 sobre 10. Un suspenso como una catedral. A eso ha contribuido especialmente uno que, fíjense bien, fue principal protagonista de la constante y machacona campaña publicitaria a la que fue sometida la Ciudadanía y cuyo principal objetivo era el de disfrazar a ese heredero de un dictador como un demócrata de los de toda la vida. Hasta se le mostraba como “ejemplar” pese a que todo el mundo sabía que no era más que un vividor y un comisionista. Pero, parcialmente, lo lograron durante muchos años con la connivencia de una Prensa sumisa y partícipe en un descarado pacto de silencio. La misma Prensa que contribuyó a un vergonzoso lavado de imagen de Juan Carlos Borbón es la que, llegado el momento en el que no pudo contener ni tapar nada más, hizo saltar todo por los aires. En realidad, tampoco nos enteramos de nada que no supiésemos. Ni la potente maquinaria propagandística de Zarzuela Media fue capaz de neutralizar los numerosos escándalos protagonizados por “Campechano”, tanto en su descontrolada vida privada, como en su corrupta actividad comercial. Así, optaron por hacer algo que tienen muy bien estudiado: El estruendoso silencio.

Y eso que se conoce como “publicidad silente” se puso en funcionamiento desde que, una vez fugado, Zarzuela Media dejo de mencionar sistemáticamente a Juan Carlos debido a esa curiosa teoría de que si no nombras a alguien no existe. Así lo hicieron y pasaron directamente a desarrollar una campaña sobre la ejemplaridad de su hijo Felipe que, perfectamente, la podrían haber bautizado “De El Campechano a El Preparao y tiro porque me toca”. Eso sí, también debían desterrar todo lo relacionado con sus hermanas, excuñados y sobrinos. O sea, debían esconder más mierda como los sonados escándalos de corrupción del ex matrimonio Urdangarin-Borbón y, al tiempo, tapar todos los desmanes de los hijos del ex matrimonio Marichalar-Borbón. Una misión realmente difícil debido a las sonadas y ampliamente documentadas andanzas de Froilán y Vickyfé. Nunca han publicitado nada sobre su mayoría de edad o sobre si han jurado bandera o la Constitución pese a ser más que cercanos aspirantes al trono español. En resumen, más “publicidad silente”, es decir, si no los nombro, no existen.

Ahora toca poner la maquinaria de la propaganda a echar humo con bombardeos diarios de propaganda referida a Leonor. Mucho me temo que, si Zarzuela Media comenzó su andadura publicitaria con “el Juancarlismo”, pasando por “el Felipismo”, ha llegado la hora de ir incrustando “el Leonorismo” como la chispa de la vida… Como la nueva Coca-Cola de los españoles, muy españoles y mucho españoles. Y acabarán colocándole un mote (como a todos los Borbones). Provisionalmente voy a asignarle uno para cuando metan a la niña aspirante en la ecuación de la nueva fórmula publicitaria, que pasará de la antigua “De El Campechano a El Preparao y tiro porque me toca”, a una nueva que pudiera ser “De El Preparao a La Cadeta y tiro porque nos vuelve a tocar”.

Y la campaña de propaganda ya ha empezado en fase heavy con la sobreactuación de Leonor en su fugaz paso por la Academia Militar de Zaragoza. Todo medido (hasta la luz de las fotos), el casting, el decorado, el attrezzo, el vestuario, el maquillaje o el moño. Una campaña publicitaria agresiva en toda regla, un exagerado bombardeo propagandístico por el que hemos podido ver a esa niña a todas horas en la Televisión pública (y otras afines), así como en Medios escritos y digitales de “La Caverna”, y en el que se nos ha relatado el sacrificado día a día de la que llaman futura reina resaltando la igualdad, el compañerismo y la simpatía de Leonor.

¿Igualdad es ir a pasar todos los findes a casa de tus papis en un Super Puma? ¿A todas sus compañeras y compañeros les han puesto un helicóptero para irse a sus casas el fin de semana a razón de 10.000 euros el viaje de ida y vuelta? ¿Compañerismo es dormir por separado, disponer de una tutora personal y disponer de una dieta alimenticia personalizada marcada por su madre desde Zarzuela? ¿Acaso les han hecho comer sopa de cardos a todos sus compañeros? Pues vaya “Mili” la de la niña… Supongo que no le habrán dejado un FUSA HK (para entendernos, un CETME del siglo XXI) de verdad ya que conocemos los serios problemas que tienen en esa familia con las armas de fuego. Pero de lo que sí se han preocupado es de colgar centenares de fotografías de la “cadeta” Borbón-Ortíz en todo tipo de pose y circunstancia.

El jaleo es para qué puede valer esa ingente inversión pública en toda esa formación que recibe esa niña (en la que, al parecer, no se incluye la caligrafía) si lo más probable es que nunca sea reina. ¿Cuántas niñas y niños de la edad de Leonor son monárquicos? ¿Toca ahora una campaña de cercanía a futuros votantes diseñada por Zarzuela Media? ¿Lo van a hacer en Tik-Tok, Instagram, Snapchat, o Twitch? También resulta curioso que, sabiendo que viven en un Estado constitucionalmente aconfesional, publican en sus redes sociales docenas de fotografías de la “cadeta” Borbón-Ortíz en una ofrenda floral a la virgen de El Pilar. Como todos sabemos, los templos de la Iglesia católica española rebosan de jóvenes de la edad de la citada. Vamos… que ya no entra ni uno más, ¿A que sí? Definitivamente, viven en Mátrix o en cualquier otra realidad paralela.

En fin… Se les nota mucho… Demasiado. Es del todo descarado, lo saben y lo hacen a conciencia. Lo más curioso es que desde Zarzuela Media siguen viendo a la Opinión pública y a la Ciudadanía española del siglo XXI como clientes de su particular negocio… Algo así como a clientes-súbditos llenos de orgullo y satisfacción.

No le demos más vueltas: es el hereditario y aún vigente negocio de los Borbones y, como tal, se dotan de herramientas de publicidad comercial al uso que, además, al pagarlas el vulgo, les salen baidefeis, como todo.

 

Cuando una agencia de publicidad realiza un trabajo es normal que lo pague el cliente que lo ha encargado. El asunto que vamos a tratar es más que curioso ya que, el trabajo realizado para el cliente, lo paga solidariamente a escote todo el público al que va dirigida la campaña publicitaria. Es el caso de la “agencia de publicidad” Zarzuela Media encargada de fabricar propaganda pura y dura de esa que raramente hemos visto en nuestro entorno. Bueno, en realdad, si nos dedicamos a bucear algo en la historia, sí que la hemos podido ver en “Marca España” y nos podemos topar con algo parecido, pero en blanco y negro: La del franquista Noticiario Cinematográfico Español, más conocido como NO-DO (acrónimo de Noticiarios y Documentales).

Según un estudio realizado por el Instituto de Investigación, Marketing y Opinión Pública (IMOP), que reproduce el Blog especializado Sopa de Hormigas, sobre la notoriedad de las marcas en publicidad, Coca-Cola encabeza la primera posición del ranking con un 13,3%. Pero ¿Por qué Coca-Cola, siendo ya una marca reconocida mundialmente, ¿sigue haciendo publicidad? ¿Realmente lo necesita? Seguramente los menos entendidos en el tema pensemos que no pero, cuando vamos a un bar a tomar algo no pedimos una cola, sino una Coca-Cola. Entonces, ¿Por qué seguir anunciándose? ¿Qué gana con ello? Posiblemente, ganar no gane mucho (Coca-Cola es un producto altamente consumido e implantado en la sociedad), pero anunciándose evita que pueda perder, perder y mucho.