El Carnaval tradicional de los pueblos vascos viaja en autobús por Vitoria gracias a las fotografías de un conductor

Si un usuario de los autobuses urbanos de Vitoria se monta a lo largo de los próximos meses en uno de los vehículos que cubren la línea 6, que conecta el barrio de Zabalgana con el de Arkaiate, es posible que se monte en uno decorado con una exposición de fotografías sobre los Carnavales tradicionales de los pueblos vascos que ha elaborado uno de sus conductores. Inspirado por los hermanos Caro Baroja, Juan Antonio Cortés de Luis, fotógrafo con unos cuantos años de experiencia y unos cuantos carretes gastados a sus espaldas, propone ahora a los usuarios un viaje a la tradición.

No es la primera exposición que Cortés de Luis organiza para Tuvisa, la empresa municipal de transporte urbano. Ya en 2023, por ejemplo, preparó también lo que denominan un 'museo itinerante' con fotografías de diecisiete países de distintos rincones del mundo. Gracias a 'Súbete al mundo en Tuvisa', los usuarios de la línea 6 de los urbanos de la capital alavesa podían viajar por lugares como Francia, Madagascar, Indonesia, Japón, Cuba y Vietnam.

¿Por qué ahora el Carnaval tradicional? Cortés de Luis no oculta que su inspiración ha venido de los hermanos Caro Baroja, Pío y Julio. Sobrinos del afamado escritor Pío Baroja, estos etnógrafos y documentalistas plantearon al Estado franquista la confección de un estudio sobre los Carnavales y consiguieron permiso. Según cuenta Cortés de Luis, los Carnavales tradicionales vascos habían caído prácticamente en el olvido desde el estallido de la Guerra Civil. Los hermanos tomaron imágenes con una cámara y montaron un cortometraje. “Son las primeras imágenes en color y en vídeo que hay de los Carnavales de Euskal Herria”, explica el conductor de autobús.

La actual exposición, la que ya está en movimiento por el itinerario de la línea 6 y en el autobús número 129, lleva el título de 'Carnaval rural vasco, despertando la primavera entre cencerros, color y fuego'. Las imágenes, de tamaño A3, reflejan desfiles de localidades alavesas como Ilárduya, Egino y Andoin y navarras como Lantz e Ituren y Zubieta. Se da la circunstancia de que al autor de las fotografías en pocas ocasiones le coinciden los turnos y las líneas con el autobús decorado por él. Con las anteriores exposiciones, confiesa, apenas condujo “tres o cuatro veces” el vehículo destacado. “Tiene que coincidir”, apunta.

“En las fotografías expuestas se observan peculiares personajes que despiertan a la primavera de su largo letargo invernal, abriéndose a la luz, al color y a la vida”, explica el Ayuntamiento en una nota de prensa. “De esta manera, Tuvisa vuelve a ser un espacio intercultural compartido entre todas las personas que forman parte de la vida cotidiana de la compañía municipal, tanto entre las personas usuarias como trabajadoras, visibilizando y favoreciendo la inclusividad en el servicio de transporte urbano de la ciudad”, abunda.

Viajes y submarinismo

El conductor, gran aficionado a la fotografía y organizador de varias exposiciones, no recuerda con exactitud cuándo fue la primera ocasión que tomó la cámara entre las manos. Tendría 12 o 13 años. O quizá fue un poco antes, se corrige después de dedicar otro instante a hacer memoria. “Mi padre tenía una cámara muy vieja con la que sacaba fotografías. En un momento me la da y empecé a sacar fotos con ella y también a investigar. A raíz de ese momento, leyendo y practicando, empiezo a darme cuenta de que me gusta y de que es posible plasmar sobre el papel lo que uno ve”, explica.

Cuando tenía casi 18 años, empezó a viajar y siempre llevaba consigo una cámara. Un año después, ya con 19, hizo sus primeros pinitos en el submarinismo y descubrió que podía mezclar dos aficiones. Esta pasión por sumergirse y tomar instantáneas acuáticas ha quedado reflejada en alguna de sus exposiciones. Ha llegado a tener hasta tres muestras desplegadas por la ciudad al mismo tiempo, en una conjugación de sus grandes pasiones. Avanza, además, que dentro de no mucho tiempo estrenará uno con fotografías en blanco y negro. Es consciente, asimismo, de la evolución que ha experimentado la fotografía y el abanico de posibilidades que ello abre. El carrete solo ofrecía 36 oportunidades para hacer las fotografías que se deseaba conseguir, comenta, mientras que ahora, con la fotografía digital, hay infinidad de posibilidades. Y se puede trabajar más allá del momento de la captura del instante.