La comisión de control de la Policía vasca revisa también el papel de la Ertzaintza en la protesta de agentes en el Parlamento

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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El jefe operativo de Asuntos Internos de la Ertzaintza, el 'número dos' de la unidad disciplinaria interna de la Policía vasca, ha terminado ya un informe de “conclusiones” sobre la actuación del propio cuerpo en manifestación que supuso la gran puesta de largo del movimiento “asindical” denominado 'Ertzainas en lucha'. En concreto, se ha analizado la respuesta a la protesta frente al Parlamento, en la que no se hizo ademán de cargar a pesar de que se cortaron todas las líneas del tranvía, además de registrarse gestos de apoyo de los uniformados a sus colegas manifestantes. Ahora, se decidirá caso a caso qué se hace con los siete agentes expedientados, cuya identidad o cargo nunca ha trascendido, y el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha acordado también remitir el documento a la Comisión de Control y Transparencia, con capacidad para emitir recomendaciones sobre las actuaciones policiales.

En este sentido, ya el pasado 9 de octubre la Comisión de Control y Transparencia acordó “aceptar el encargo” de Erkoreka para revisar la investigación interna y analizar también la respuesta de la Ertzaintza a la protesta de 'Ertzainas en lucha' en el Parlamento. A este organismo independiente se les han remitido las tomas de declaraciones, la revisión de grabaciones y ahora demanda también un “dossier de prensa con noticias, vídeos y demás información” que también se realizó sobre los hechos, que tuvieron lugar el 1 de junio. Este organismo, a cuyo frente está el expresidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) Juan Luis Ibarra, ya ha revisado en su corta trayectoria otros operativos policiales de la Ertzaintza como la detención con fuerza de una persona en Bilbao que motivó un dictamen con pautas para garantizar de un modo más efectivo los derechos de la ciudadanía y puede intervenir igualmente con cuerpos de Policía de ámbito local.

Ahora tratará de dilucidar si la actuación se ajustó al código deontológico, que está regulado por ley en Euskadi y que se inspira en las recomendaciones para el conjunto de Europa. Fuentes internas explican que los expedientes que ya se han ido conociendo constataban que sí que había habido incumplimientos al aplaudir la manifestación, por ejemplo, aunque recalcan que las medidas disciplinarias que se plantean son de carácter “leve”. Oficialmente, no hay de momento ningún balance general de las actuaciones llevadas a cabo.

¿Qué ocurrió en el Parlamento? Se concentraron entre 700 y 1.400 agentes, una cantidad equivalente al 9%-18% de la plantilla total. No se respetó la autorización gubernamental ya que se superó la linea de seguridad fijada y, como consecuencia de ello, hubo que cortar el transporte público de la capital vasca. Sin embargo, la Ertzaintza en servicio desplegada en la zona no actuó en ningún momento ni reconvino a los organizadores para que retrasaran la línea, como es habitual en otro tipo de movilizaciones. Instantes antes, durante una protesta de trabajadoras de la limpieza de Osakidetza, se desplegó la Brigada Móvil (antidisturbios); pero con 'Ertzainas en lucha' se cambió por una línea de agentes de Seguridad Ciudadana acompañados de un comisario (galones plateados) y de un intendente (el más alto cargo del cuerpo, con galones dorados). Las furgonetas de Brigada Móvil estaban alejadas de la protesta y las unidades de la Policía vasca que se acercaban a ella la alentaban con el claxon o haciendo gestos de victoria. Algunos uniformados desplegados tomaron fotografías de sus compañeros de enfrente. Fuentes policiales sobre el terreno aseguraron entonces que por el volumen de la concentración no era prudente intervenir. Los convocantes, por el contrario, aplaudieron el acompañamiento realizado. Se da la circunstancia de que, en 2018, sí se dio la orden de cargar contra una protesta de los sindicatos y que al menos Erne, el mayoritario, fue multado en aplicación de la conocida como 'ley mordaza'.

Los hechos del Parlamento llegaron en el momento de mayor efervescencia de ese movimiento, que se había dado a conocer unos días atrás en Bilbao con una manifestación pero que se presentó en sociedad con la concentración frente a la Cámara, que celebraba un pleno ordinario, el primero tras las elecciones municipales y forales. Eran también las semanas previas al Tour de Francia y se quiso aprovechar el escaparate de la salida vasca de la carrera, que requirió un gran despliegue de seguridad, para tener un altavoz a las reclamaciones laborales y corporativas de la plantilla, que lleva más de una década sin convenio actualizado.

En la actualidad, al movimiento se le ha unido uno de los cuatro sindicatos del cuerpo, Euspel, mientras que los otros tres, Erne, Esan y Sipe, actúan de modo unitario. La conflictividad no ha desaparecido pero las movilizaciones ya no alcanzan el eco que tuvieron aquellos primeros pasos de una ola entonces desconocida. Precisamente este lunes las centrales Erne, Esan y Euspel han seguido con su ronda de reuniones políticas con un encuentro de mucho calado en Sabin Etxea con Andoni Ortuzar, presidente del PNV.