Un retrato de Unamuno con espray, nuevo grafiti en la puerta de la casa del filósofo en Bilbao
- El pasado octubre vecinos de la zona denunciaron el abandono del inmueble, en el que una pequeña placa situada en la parte de arriba del portal es la única señal de que no se trata de una casa común, sino de un lugar histórico para la ciudad
Este lunes, la puerta de la casa en la que nació Miguel de Unamuno, allá por el año 1864, ha amanecido con un graffiti de su propia cara. La casa, que se encuentra en la calle Ronda, conocida por ser “la calle en la que nunca da el sol”, según sus vecinos, pasa desapercibida entre las muchas casas repletas de pintadas que forman parte del Casco Viejo bilbaíno. El pasado octubre, coincidiendo con el 155 aniversario del escritor, vecinos de la zona denunciaron el abandono del inmueble, en el que una pequeña placa situada en la parte de arriba del portal es la única señal de que esa no se trata de una casa común, sino de un lugar histórico para la ciudad. Ahora, al pasar por su lado, gracias al dibujo en el que la cara de Unamuno se reconoce perfectamente, queda evidente quién vivió allí.
Al tratarse de una propiedad privada, desde el Ayuntamiento aseguraban que no podían hacerse cargo de la limpieza del portal. Vecinas del bloque, entre ellas Maribel, llevan tiempo quejándose de esta situación y lo achacan a “la chavalería, que no es consciente de que se trata de un lugar histórico que deben cuidar entre todos”. Maribel confiesa que “están hartas”, de tener que estar limpiando la puerta cada poco tiempo.
“Ahora pase quien pase sabrá que aquí nació Unamuno”
Los vecinos -y algún que otro turista- se han quedado asombrados esta mañana al ver el llamativo graffiti, que tapa gran parte de las pintadas que ensuciaban la puerta, aunque detallan que no conocen a su autor. “Ahora pase quien pase sabrá que aquí nació Unamuno, que pocos se fijaban en la plaquita en la que lo pone”, ha asegurado uno de los vecinos de la calle Ronda.
“Pensaba que iba a ser una pintada sin más, pero está bien, ahora le da un toque. Sí que es una aproximación a la cara de Unamuno, ahora te fijas más en la puerta, me gusta”, ha indicado Ainara, que vive en un barrio cercano, pero suele pasar mucho por el Casco Viejo.
Al tratarse de una propiedad privada son los vecinos los que contratan un servicio de limpieza cada vez que quieren borrar las pintadas que se realizan, pero en esta ocasión, “no les molesta”. “No creo que lo vayamos a borrar, al menos a mí no me molesta”, ha señalado otra vecina, que no ha querido decir su nombre, pero no se sabrá hasta dentro de unos meses, cuando planean hacer una reforma de la fachada del edificio, que se encuentra entre dos negocios: una frutería y una tienda de ropa. Es entonces cuando decidirán qué imagen quieren darle y cómo quieren recordar la que fuera la casa de uno de los escritores más reconocidos de este país.
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