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Maialen Ferreira

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“El 31 de agosto de 1813 prácticamente la totalidad de la ciudad de Donostia queda convertida en escombros”, sentencia el cronista e historiador Javier Sada en el documental 'DSS 1813-2013' que relata, de la mano de historiadores e investigadores, el incendio que arrasó con la ciudad. Aquel día, hace 210 años, las fuerzas aliadas bajo las órdenes de Arthur Wellesley, duque de Wellington, capturaron la ciudad desde su guarnición francesa bajo el mando de Louis Emmanuel Rey. “Tras perder la batalla de Vitoria el 21 de junio de 1813 los franceses huyen y se unen a los franceses que había en Donostia y es a partir de esta masiva presencia de franceses en la ciudad cuando Wellington ve la necesidad de poner bloqueo a la ciudad y conquistarla. Los soldados entran con una visión clara de robo, de saqueo porque era su premio por haberse jugado la vida en la muralla”, continúa Sada.

Según recoge el también historiador Félix Luengo, el descontrol de las tropas es “absoluto” y sus mandos no consiguen evitar el asedio. “Al ingresar a la ciudad, las victoriosas tropas británicas y portuguesas descubrieron rápidamente abundantes provisiones de coñac y vino en las tiendas y casas, y muchos de ellos pronto se convirtieron en parte de una turba rebelde y desenfrenada. Borrachos y enfurecidos por las grandes pérdidas que sufrieron, las tropas se volvieron locas, saqueando y quemando la ciudad y matando a un número desconocido de habitantes según algunas fuentes, pero pueden ascender a 1,000. Algunos oficiales británicos intentaron detener el saqueo pero fueron ignorados o amenazados por los soldados ebrios, o hicieron la vista gorda o se sumaron a la difícil situación”, recoge el libro 'Cuando los soldados renuncian: estudios sobre la desintegración militar' escrito por Bruce Allen Watson y que incluye un apartado sobre el asedio de Donostia.

Sada reconoce en el documental que la mayor parte de los muertos en el suceso fueron militares, cerca de 2.500 aliados y 500 franceses concretamente. “En lo que respecta a la población civil no se conoce un número determinado”, confirma. Mientras que Luengo considera que los donostiarras asesinados fueron cerca 30. “Los habitantes de San Sebastián pasaron aquella noche con miedo, con violaciones gran parte de las mujeres y fue realmente una situación dantesca”, añade en la película el historiador Luis Castells.

Con motivo del bicentenario del suceso, el arquitecto nacido en Bélgica, pero afincado en Donostia Jose Javier Pi Chevrot ha desarrollado durante más de dos décadas una investigación sobre la ciudad antes del asedio. La investigación se ha traducido en un libro titulado 'La ciudad de Donostia-San Sebastián antes de 1813: reivindicación de su presencia' y contiene, además, fotografías realizadas en 3D con las que los lectores pueden recorrer las calles de la Donostia que desapareció tras las llamas.

“No pretendemos haber alcanzado la verdad exacta de lo que fue la ciudad, sino una realidad plausible, coherente con la historia de la arquitectura. Hay elementos de la ciudad que han sobrevivido y su reproducción es inmediata, otros han sido transformados y se pueden recomponer con mayor o menor precisión, pero la mayoría han desaparecido y si han dejado huellas ha sido en restos arqueológicos, cuadros, grabados o cartografías antiguas. La solución adoptada en la reconstitución de estos últimos no deja de ser hipotética, pero está justificada a partir de la documentación histórica aportada y con elementos arquitectónicos de características geográficas o históricas análogas”, sostiene el arquitecto.

elDiario.es/Euskadi ha realizado en esta fotogalería una recopilación de las imágenes creadas para ilustrar el Donostia de 1813 antes de que desapareciera casi por completo.

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