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Se duplican desde 2020 las horas extra en la Ertzaintza, que tiene casi 700 agentes menos que los comprometidos

Una patrulla de la Ertzaintza, en la oficina de denuncias del centro de Vitoria

Iker Rioja Andueza

Vitoria —
3 de enero de 2025 20:28 h

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La Ertzaintza ha tenido que duplicar en cuatro años la inversión en horas extraordinarias. Hasta comienzos de diciembre de 2024 había abonado a la plantilla 7,5 millones de euros por gratificaciones en sus diferentes modalidades, también nocturnas o de festivos. Fueron 3,6 millones en 2020, 4,7 en 2021, 5,7 en 2022 y 6,6 en 2023. Medido en tiempo, las horas de refuerzo —a falta del cierre del año— habían sido 364.328,78 frente a 179.305,01 del año de referencia. En 2021, 2022 y 2023 no se había sobrepasado la barrera de las 300.000.

La otra cara de la moneda es que la plantilla actual de la Policía vasca es de exactamente 7.332 efectivos, un 8,35% menos que los 8.000 agentes acordados entre los Gobiernos central y vasco hace ya más de dos décadas, en 2004, y que apenas se han cumplido en un momento muy concreto en 2011. Como contexto, eran alrededor de 7.700 al inicio de 2024, según otros datos oficiales, y la media en las últimos años ha sido de unos 7.500 merced a las sucesivas promociones de Arkaute que han ido compensando las jubilaciones.

Los datos sobre las gratificaciones figuran en documentación remitida al Parlamento Vasco por parte del consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, a instancias de la representante del PP Ainhoa Domaica. El informe muestra que se han disparado las cuatro categorías de compensaciones económicas, las ordinarias, las nocturnas, las festivas y las nocturnas de festivo, tanto en tiempo como en dinero. Siempre comparando los datos de 2020 con los de 2024, las primeras han pasado —en números redondos— de 1,4 a 2,7 millones, las segundas de 0,5 a 1,1, las terceras de 1,2 a 2,6 y las cuartas de 0,4 a 0,9.

Sergio Gómez de Segura, secretario general del principal sindicato de la Ertzaintza, Erne, tiene claro que la explicación del incremento de las horas extraordinarias tiene relación directa con la escasez de personal. “Evidentemente somos un servicio público y habrá días en que tengamos que quedarnos más. Pero esto es ya algo estructural. Es un menoscabo a los descansos de la gente. Habrá personas a las que les vendrá bien el dinero, pero hay que completar la plantilla ya”, demanda.

El dirigente de Erne agrega una reflexión: “Al Departamento [de Seguridad] le sale mucho más barato tener 700 menos en plantilla y pagar las extra. En números, si multiplicamos el 10T de 40.000 euros por los 700 que nos faltan, más o menos nos saldrían 28 millones de ahorro. Aunque se gasten algo más de 8 millones en horas en 2024, ya que falta el final del año y la cifra final subirá, la realidad es que hay un ahorro de 20 millones que no se reinvierte en la Ertzaintza. Al menos, si no es en sueldos, esto se debería repercutir en materiales y mejoras”. Para Gómez de Segura, la Ertzaintza busca “mano de obra barata”, más en comparación con los cuerpos locales que operan en Euskadi.

Fuentes de Euspel agregan que en estos datos no se tienen en cuenta las prolongaciones de jornada que se compensan con descanso y que después repercuten en “más falta de personal cuando esas horas generadas se disfrutan”. Y remarcan que hay ya agentes con 1.100 horas extraordinarias cuando la jornada ordinaria no supera las 1.600. Entienden igualmente que hay “llamamientos masivos” abusivos a “no voluntarios” sin que se respeten el tope de jornadas consecutivas o las horas de descanso entre turnos. Hay un “incumplimiento del decreto de condiciones de trabajo” y no hay “ningún tipo de repercusión” hacia los incumplidores.

El problema de la plantilla de la Ertzaintza tiene largo recorrido. Con las jubilaciones en oleada de los integrantes de las primeras promociones, ha sido imposible disponer de los 8.000 efectivos comprometidos. Fue el anterior titular de Seguridad, Josu Erkoreka, el que dio el dato de que la plantilla media desde 2004 había rondado siempre los 7.500. Apenas hubo un momento hace ya tres lustros en que se alcanzaron —e incluso superaron ligeramente— los 8.000. Era la etapa del socialista Rodolfo Ares. El consejero Zupiria ha comprometido que esta legislatura, que acabará en 2028, sí se volverá a recuperar esa cifra que para algunos sindicatos ya es incluso insuficiente ante los datos de criminalidad que manejan. De momento, ya es público que la próxima convocatoria de Arkaute tendrá 525 plazas.

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