El grupo ecologista Gaden ha denunciado que el proyecto de parques fotovoltáicos de Solaria en Álava y la línea de alta tensión que llevará la energía que se genere hasta Bizkaia, carece de un estudio de la fauna de la zona y del impacto que tendrá sobre ella esta infraestructura y, pese a ello, el Gobierno vasco ha sacado el Estudio de Impacto Ambiental a información pública y se encuentra en periodo de alegaciones. Por ello, los ecologistas exigen al Ejecutivo la inmediata paralización del proceso administrativo de alegaciones. “Es inadmisible que el Gobierno vasco haya permitido que este Estudio de Impacto Ambiental salga a exposición pública sin el estudio faunístico”, señalan desde esta organización, ya que consideran que la falta de un estudio “adecuado y completo, impide una evaluación precisa de los impactos potenciales del proyecto sobre la biodiversidad”.
Desde Gaden, Grupo Alavés de Defensa y Estudio de la Naturaleza, recuerdan que se trata de un proyecto que incluye una nueva línea de alta tensión de más de 100 km de longitud que atravesará el Territorio Histórico de Álava de Norte a Sur, para adentrarse después en Bizkaia. “Una zona actualmente libre de infraestructuras de este tipo. Esta ausencia de infraestructuras proporciona actualmente un hábitat sin perturbaciones para numerosas especies de aves, algunas de las cuales están amenazadas y son especialmente vulnerables a las colisiones y electrocuciones que pueden resultar de la instalación de nuevas líneas eléctricas”, señalan. Por ese motivo, exigen al Gobierno vasco la “paralización inmediata del proceso administrativo actual y la reanudación del mismo únicamente después de la realización y publicación de los estudios faunísticos completos que permitan evaluar de manera precisa los impactos ambientales del proyecto”. “Sólo así se podrá asegurar que la planificación y ejecución del proyecto se realicen de manera responsable y en armonía con la conservación de la biodiversidad y el respeto al medio ambiente”, señalan en las alegaciones que se han presentado al proyecto.
En el informe elaborado por Gaden y que se adjunta en las alegaciones al proyecto de Ekologistak Martxan y las asociaciones de Zigoitia Bai, Zuia bidean y Urkabuztaiz babestuz, se señala que tanto la legislación como las directrices tanto a nivel autonómico como nacional y europeo “subrayan la necesidad de realizar estudios de impacto ambiental detallados y exhaustivos”. Algo que también se recoge en el Plan Territorial Sectorial (PTS) de Energías Renovables vasco -que todavía está pendiente de aprobación- y que señala la “obligatoriedad de incluir estudios de avifauna que abarcan un ciclo biológico completo”. “Ignorar estos requisitos supone una violación de las normativas vigentes y una negligencia grave en la protección de la biodiversidad”, recuerdan.
Según denuncian, la Evaluación de Impacto Ambienta de Solaria en relación al Estudio Faunístico señala que se han firmado los correspondientes contratos para “iniciar el estudio faunístico de ciclo anual completo con el objetivo de evaluar los potenciales impactos sobre esta variable ambiental. El trabajo contratado engloba la realización de los trabajos de campo necesarios para evaluar el impacto de las diferentes infraestructuras del proyecto sobre las comunidades faunísticas, prestando especial atención, dentro del ciclo anual, a las etapas fenológicas más importantes para cada comunidad, como invernada, migración y reproducción. Se prestará especial atención, por ser el grupo faunístico potencialmente más afectado por este tipo de infraestructuras, a la avifauna. Como fase previa del trabajo de campo, se ha realizado un análisis detallado de la potencial afección del proyecto, reflejada en el presente documento y que constituye la base a contrastar con los trabajos de campo específicos que se realizarán durante el ciclo anual”. Algo que para los grupos ecologistas supone que “no se aportan los datos necesarios para evaluar correctamente el impacto ambiental del proyecto sobre la fauna, especialmente la avifauna, ya que se limitan a la realización de un inventario faunístico basado en la bibliografía. Por lo tanto, no es posible presentar alegaciones fundamentadas a algo que no existe”, señalan.
En concreto, consideran que el Estudio de Impacto Ambiental debe incluir el impacto sobre las áreas prioritarias de reproducción, dispersión y concentración de especies amenazadas, el impacto sobre el alimoche, el milano real, el aguilucho cenizo, además del impacto sobre quirópteros y polinizadores.
Los proyectos de Solaria que están sometidos ahora a alegaciones son tres nuevas instalaciones que sumarán 373 hectáreas y 310.000 placas fotovoltaicas. Cada instalación -Solaria Zierbena Solar 2, 3, y 4- tendrá una potencia de 49,8 MW con 103.432 placas solares y ocupará unas 100 hectáreas distribuidas en los municipios alaveses de Vitoria, Ribera Baja, Zigoitia, e Iruña de Oca. Estas plantas precisarán de una línea de alta tensión para llevar la energía desde los parques fotovoltaicos proyectados en Álava hasta la subestación eléctrica de Zierbana en Bizkaia. Esta lìnea eléctrica proyectada tiene una longitud total de 100,572 kilómetros, de los cuales 75,4 km se encuentran en Álava y el resto en Bizkaia. La infraestructura contará con 224 apoyos terrestres distribuidos a lo largo de su recorrido.
Segñun denuncian, Álava cuenta con algo más de 469 kilómetros de tendidos eléctricos de estas características. “La adición de la nueva línea proyectada incrementaría esta cifra a 544,4 km, lo que supone un aumento aproximado del 14%. Cabe destacar que esta nueva línea se instalará en una zona donde hasta la fecha no existen infraestructuras de este tipo, lo que podría tener implicaciones significativas tanto para el entorno natural como para la biodiversidad local”. “La instalación de nuevos tendidos eléctricos puede incrementar los riesgos de colisión y electrocución para la avifauna, especialmente en áreas que previamente no contaban con estas infraestructuras”, insisten.
Además, recuerdan que Euskadi es la segunda comunidad autónoma con la mayor tasa de ingreso por colisión con tendidos eléctricos, con 3,59 registros de colisiones por año por cada 100 kilómetros cuadrados, solo por debajo de Baleares. Durante el año pasado se ingresaron en los Centros de Recuperación de Fauna Silvestre (CRF) de Euskadi, presumiblemente como consecuencia de colisiones con tendidos eléctricos, 2.861 aves, 561 en Álava, 1.535 en Bizkaia y 765 en Gipuzkoa. Y recuerdan que estos datos muestran solo la mortalidad e aves recogidas en los centros de recuperación de fauna silvestre, porque hay muchos cuerpos que no se recuperan. Una situación que empeorará con el incremento del tendido eléctrico.
Además, critican que se propongan como soluciones para proteger a las aves la instalación de salvapájaaros en los cables, que consideran que, a pesar de su efectividad, “no pueden prevenir todas las colisiones. En áreas donde las líneas eléctricas aún no existen, la construcción de nuevas infraestructuras en zonas sensibles presenta un riesgo significativo para las aves. Estudios adicionales han identificado áreas de alta vulnerabilidad donde las aves están en mayor riesgo de colisión debido a la presencia de aerogeneradores y líneas eléctricas”. Además, señalan que parte de estas líneas están proyectadas en las áreas prioritarias de reproducción, alimentación, dispersión y concentración de las especies amenazadas y las zonas de protección de aves, por lo que “aunque dispongan de dispositivos salvapajaros que, por otra parte, les exige la legislación, es una irresponsabilidad”.