Ermua rinde tributo también a la labor policial contra ETA en el marco de los actos por Miguel Ángel Blanco
Ermua, localidad vizcaína de 15.000 habitantes pegada a Gipuzkoa y a las montañas de Zaldibar que se vinieron abajo en 2020, se ha engalanado en puertas del vigésimo quinto aniversario de sus hechos más luctuosos, el secuestro y posterior asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco. Este viernes, con el actual alcalde Txitxo Abascal como anfitrión, socialista como lo era Carlos Totorika en 1997, se ha presentado una exposición en homenaje a la labor de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y de la Ertzaintza contra ETA. Un viaje del ministro Fernando Grande-Marlaska a Marruecos ha impedido su presencia en el Izarra Center de Ermua, una suerte de rascacielos a las afueras que en sus diferentes plantas acoge este julio también otras muestras sobre la incidencia del terrorismo organizadas por el Memorial de Vitoria o por el Instituto de la Memoria autonómico, Gogora.
El acto ha concitado una gran afluencia de uniformados de gala verdes, azules y rojos -con ropajes de verano, eso sí- y una imagen de unidad subrayada por muchos de los presentes. El alcalde Abascal -que ha insistido en que está tratando de organizar todos los actos “con la mejor de las intenciones” después de la polémica por un supuesto veto a la hermana de Blanco en el gran acto de Estado previsto para el domingo también en Ermua- ha considerado imprescindible incorporar el recuerdo a los policías en un momento tan simbólico de memoria hacia lo que representó ETA como son estos días. “No fuisteis víctimas de segunda”, les ha dicho a los presentes, cuyo trabajo ha considerado “poco reconocido” en el pasado. Ha enfatizado que la Guardia Civil tuvo que vivir recluida casi en “cárceles”, por las casas-cuartel, y que ertzainas y policías nacionales tuvieron que “esconder” su profesión en los vecindarios por la amenaza terrorista.
El secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, ha puesto las cifras al “relato macabro” de ETA. 210 agentes de las Guardia Civil, 150 de la Policía Nacional -y cuerpos previos-, 15 ertzainas y otros 26 agentes de otros cuerpos fueron asesinados, a los que se suman 19 familiares y 700 heridos. según sus datos. Además, ha considerado que los uniformados sufrieron “desprecio” porque “no pocos han edulcorado” la violencia hacia ellos “como si formara parte de la dinámica social”. “Siempre estuvisteis a la vanguardia”, les ha felicitado Pérez, que ha estado acompañado de Eulalia González Peña, subdirectora general del gabinete técnico de la Policía Nacional, y del general Antonio Campos Vivancos, máxima autoridad de la Guardia Civil en Euskadi.
El 'número dos' del Departamento de Seguridad vasco, Rodrigo Gartzia, también ha tomado la palabra para destacar que la Ertzaintza tiene como “prioridad” el esclarecimiento de todos los crímenes terroristas sin resolver. Ha puesto ejemplos recientes de casos investigados y ha sentenciado: “La Justicia es el primer paso en el largo caminode reparación de las víctimas”. Con Gartzia ha acudido el jefe de la Policía vasca, Josu Bujanda, y también han recordado a los agentes asesinados con una txapela rojo por cada uno de ellos.
La exposición sobre la labor policial está la planta undécima del Izarra Center. La Ertzaintza, que ya presentó su parte la semana pasada, muestra allí todos los tomos del atestado de la investigación iniciada tras el secuestro de Blanco. Ocupan varios metros. Además hay reproducciones de documentos como los registros de las llamadas de ciudadanos que querían informar al 088 -entonces el 112 no era el número de emergencias- de algún dato o pista. La lista es infinita y hasta desde Jaén llamaban a la Ertzaintza. En la parte de la Policía Nacional hay un informe de las balas que acabaron con la vida del edil del PP que prueba que eran de un arma ya utilizaba en un atentado anterior, de ese mismo 1997, contra el funcionario de prisiones Juan José Baeza. Todos los cuerpos aportan fotografías, elementos incautados a ETA y equipos antiterroristas. Uno de los uniformes policiales exhibidos lleva el escudo español preconstitucional y en la ficha de víctima de Melitón Manzanas no hay ninguna contextualización de su posición en la dictadura.
En otras plantas se pueden consultar también vídeos de jóvenes contando lo que conocen sobre el pasado terrorista y sobre los hechos de 1997 e, igualmente, una colección de fotografías de la familia Blanco. Eran de origen de gallego y como miles de españoles se instalaron en localidades vascas. El alcalde de Ermua ha apelado precisamente a la “pluralidad” de identidades que ha forjado Euskadi y que es un tesoro a preservar. Abascal, en todo caso, ha querido sumar a Sotero Mazo, la otra víctima de ETA del municipio al recuerdo colectivo y ha destacado que 1997 y Ermua fueron el momento y el lugar que hicieron brotar la movilización social contra el terrorismo. “A partir de entonces, se multiplicó exponencialmente”, ha destacado.
Los actos en memoria de Blanco continuarán en los próximos días. Su partido, el PP, ha organizado unas jornadas desde este viernes y el sábado tendrá lugar el acto anual, con presencia del líder actual, Alberto Núñez Feijóo, y del presidente en 1997, José María Aznar. El domingo se ha convocado en Ermua un gran acto institucional presidido por el jefe del Estado, el rey Felipe VI, y con presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del lehendakari, Iñigo Urkullu, entre otras autoridades. El alcalde y organizador ha recalcado que se ha debido a un “malentendido” que se haya interpretado que se vetaba la presencia del PP o de la familia de Blanco. Por otro lado, algunas organizaciones de víctimas -pero no todas- y Vox han denunciado que Sánchez esté presente a pesar de sus pactos con EH Bildu.
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