La Ertzaintza recibe (al fin) las nuevas furgonetas antidisturbios tras años de retraso con los contratos de parque móvil

En el Tour de Francia, el gran evento del año en Euskadi y que requerirá un amplísimo despliegue de seguridad, la Ertzaintza podrá lucir al fin sus nuevas furgonetas llamadas a sustituir a las unidades de casi 30 años que han venido prestando servicio en los últimos años en medio de numerosas quejas sindicales y de agentes por problemas de mantenimiento, averías continuadas e incluso falta de ITV. Se trata de vehículos Mercedes-Benz Sprinter 315 CDI con cristales tintados y unas protecciones exteriores en la parte delantera, ya que están destinadas principalmente a la Brigada Móvil (antidisturbios). En la rotulación aparece la página web de la Ertzaintza. La Policía Nacional o los Mossos d'Esquadra emplean modelos similares.

Las nuevas unidades están llegando ya en los últimos días a dependencias policiales, según informan fuentes internas. Se trata de un pedido que estaba prometido para Navidad pero que se ha ido retrasando. Antes, durante la tramitación, ya había quedado descatalogado un modelo de Mercedes-Benz Sprinter que tuvo que ser ajustado por el actual. En principio, se hablaba de 53 nuevos vehículos, 40 de techo alto y 13 de techo más bajo. La empresa suministradora es Technology and Security Developtments y el coste del pedido roza los 4 millones de euros. Los motores de los modelos CDI son diésel.

La incorporación de las nuevas furgonetas supondrá un cambio histórico en la imagen de la Ertzaintza, ya que el actual modelo se empezó a emplear en la década de 1990. Algunas de ellas tienen una matrícula equivalente a VI-T, expedidas hacia 1996. En julio, este periódico publicó un reportaje en el que los informes internos acreditaban reventones de ruedas o que las unidades no podían superar los 55 kilómetros por hora en carretera. Antes también habían presentado puertas rotas, asientos dañados y hasta goteras.

Sin embargo, el Departamento de Seguridad siempre ha tenido enormes dificultades con los contratos de renovación del parque móvil. Ocurrió con la segunda tanda de coches-patrulla Seat Altea XL, que se vieron afectados por el 'dieselgate' de Volkswagen y quedaron sin ser entregados a pesar de estar ya rotulados. Se cambiaron por unos Seat León, pero algunos tuvieron que ser adaptados porque su habitáculo era demasiado pequeño para los agentes más altos, aunque inicialmente se llegó a plantear como alternativa que se hicieran estiramientos cada pocos minutos de uso. También algunos intentos de comprar furgonetas han quedado desiertos. Y, sobre todo, ha habido enormes dificultades en el caso de los helicópteros, hasta el punto de que se suelen alquilar cuando las únicas dos unidades, también de hace tres décadas, entran en mantenimiento. Ha llegado a ocurrir que un antiguo helicóptero amarillo de Osakidetza ha sido arrendado para misiones policiales, para las que se colocaba una pegatina de la Ertzaintza. Ahora el siguiente reto es que Euskadi deje de ser la única comunidad sin medios aéreos contra incendios.