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Euskadi quiere volver a las listas de espera previas de la pandemia con menos inversión porcentual que en 2020

El Departamento de Salud ha presentado este martes en el Parlamento Vasco el proyecto de presupuestos de 2024, 4.896 millones de euros. Es la cartera de más peso económico de todo el Gobierno, como es costumbre. Supone casi un tercio del techo de gasto, 15.025 millones. Sagardui ha fijado como objetivo “seguir reduciendo las listas de espera” y “volver a los datos previos a la pandemia”, es decir, cumplir con los “decretos de garantía” que ya fijan unos máximos para la atención de las diferentes patologías y que se traducen, por ejemplo, en un tope de seis meses para una operación ordinaria. Sin embargo, este curso el gasto sanitario representa el 32,6% del total autonómico cuando las últimas cuentas previas a la llegada de la COVID-19, las de 2020, esa referencia a la que se quiere volver, ofrecieron un 33,5%.

El dinero para el área que dirige Gotzone Sagardui sube un 5,3% con respecto a 2023, 246 millones. Es menos que la subida general del resto de departamentos, del 5,4%, y menos también que el 5,9% de crecimiento de 2022 a 2023 en el ámbito sanitario. La consejera ha preferido ofrecer los datos absolutos, no los porcentajes, y ha reseñado que “en cuatro años” se ha subido de los 3.964 millones de 2020 a los 4.896 de 2024. “[El dinero para Sanidad] Vuelve a incrementarse de forma importante”, ha garantizado la titular de Salud, que ha destacado que 203 de los 246 millones de subida van para Osakidetza, es decir, que “la mayor parte del incremento se concentra en la atención a la ciudadanía”. Ha usado también el dato de que el gasto por persona pasa de unos 2.100 a unos 2.200 euros anuales y ha afirmado que hay un “salto cualitativo”. Otro dato: el coste diario de levantar la persiana en Osakidetza es de 10,78 millones. “A todos nos gustaría tener más. Pero hay que actuar con responsabilidad. El dinero no es nuestro, es de la ciudadanía”, ha apuntado.

También ha dejado la frase “ni rastro de privatizaciones”, ya que el incremento de los conciertos es proporcionalmente inferior al del conjunto de las partidas, aunque ha admitido que el coste del transporte sanitario externalizado sube un 18% por tener que dar más servicios, por la subida de la gasolina y por la posible mejora de los convenios (no concretada de momento y con huelgas recientes). Eso sí, ha defendido un modelo de “colaboración público-privada”. Ha explicado, igualmente, que existe “una apuesta por las infraestructuras sanitarias”. Ha enumerado una larga lista de proyectos tales como la protonterapia de Donostia -con una donación privada de Amancio Ortega-, la ampliación del hospital de Usansolo y también de zonas de Basurto o Txagorritxu, así como las reformas en Arrasate-Mondragón o el Bidasoa. Son 137 millones para inversiones, “76 millones en obras, 34 en instalaciones, 18 en equipamientos y 9 en informática”, ha detallado.

Preguntada por la oposición acerca de la plantilla de Osakidetza, la cifrado en 31.011 plazas estructurales, “la mayor plantilla que nunca ha tenido”. “El año pasado se hizo la ampliación más grande, de 2.467 plazas, 358 de ellas en Primaria”, ha explicado igualmente. No ha mostrado reparos en seguir contratando, pero ha avisado de que “en muchas ocasiones es una cuestión de falta de profesionales” en el mercado. El capítulo de personal supone el 65% del total del gasto. Sagardui ha indicado, igualmente, que se persigue el objetivo de reducir la interinidad por debajo del 8% que requiere la legislación europea y ha defendido las sucesivas convocatorias de estabilización. “Las OPE han supuesto un reto enorme, se lo puedo asegurar. Es difícil encontrar una OPE de las característica de complejidad técnica, jurídica y administrativa con este volumen. Son más de 100.000 opositores. Pero es algo que tenemos que hacer”, ha explicado.