Las horas bajas que vive la plaza de toros de Vitoria no han pasado desapercibidas a los activistas de AnimaNaturalis. Esta organización, conocida por sus impactantes acciones de protesta, aprovecha la debilidad de sus adversarios del entorno taurino para emprender una ofensiva que no darán por finalizada hasta acabar con las corridas de toros en Vitoria.
Si esta organización, con múltiples frentes abiertos, salta al ruedo en la capital alavesa, lo hace espoleada por las claras posibilidades de triunfar en la plaza. Son conscientes del grueso apoyo social con el que cuentan. “Acudimos a Vitoria para dar respuesta al llamamiento social de muchos animalistas que se han puesto en contacto con nosotros solicitándonos nuestra implicación”, explica Aída Gastón, directora de AnimaNaturalis en España.
También confían en lograr en un futuro próximo la cooperación de los grupos políticos municipales. Esperan que el Ayuntamiento de Vitoria siga la estela del donostiarra y prohíba la celebración de estos espectáculos en recintos municipales. “Esperamos que el resultado de las próximas elecciones municipales dibuje un escenario a nuestro favor con la entrada de más fuerzas de izquierda antituarinas”, revelan.
EH Bildu peleó por sacar adelante esta propuesta en la Nueva Ordenanza de Animales aprobada por el Ayuntamiento de Vitoria el pasado año pero sin éxito. El largo debate e intensas conversaciones mantenidas entonces con concejales y colectivos sociales para consensuar una normativa evidenció entonces la sensibilidad de una parte importante de la ciudadanía de Vitoria hacia la protección de los animales. Pero el respaldo a la prohibición de celebrar festejos taurinos no fue el suficiente al parecer, como para que el resto de los grupos se decidiera por una medida tan polémica. “Estaremos vigilantes al menos para que no se destine ni un euro de las arcas municipales a la financiación este tipo de espectáculos”, ha declarado Iratxe López de Aberásturi, de EH Bildu.
“Hay afición y es más numerosa que nunca”
El pasado verano resurgió el debate alimentado esta vez por los malos resultados en taquilla. La afición quedó reducida a un cuarto de plaza. Según señalan los expertos, el porcentaje de espectadores mínimo que requiere un espectáculo taurino no debiera ser inferior a los dos tercios del aforo para que cuadren las cuentas, así que con esas cifras de asistencia es imposible que las funciones de la plaza de toros de Vitoria sean rentables. El colectivo ecologista Eguzki ya denunció que la Feria Taurina de Vitoria, además de resultar “sanguinaria”, suponía una “ruina” para los ciudadanos y reclamó a las instituciones que “dejen de subvencionar por la puerta de atrás” este tipo de espectáculos. El partido ecologista Equo Euskadi realizó la misma petición.
El pasado año, según los datos recabados por el diarionorte.es, el consistorio no destinó ninguna subvención directa para sufragar las corridas pero los gastos de mantenimiento y limpieza de la plaza generados esos días corren a cargo de las arcas públicas, según ha detallado EH Bildu.
Mientras unos se vuelcan por poner fin a los toros en Vitoria, las peñas se resignan a perder escenarios taurinos como ha ocurrido en Donostia. Para revertir la ausencia de público en los tendidos vitorianos- en dos años la feria taurina de la Blanca ha perdido 13.000 espectadores- se reunirán con el concejal de Planificación Cultural y Fiestas la próxima semana y estudiarán soluciones de urgencia para revitalizar un evento que agoniza.
Estos aficionados se lamentan de la gestión de los empresarios que acumulan, a su juicio, despropósito tras despropósito. “Hay afición y más numerosa que nunca, lo que ocurre es que no acude a la plaza por los precios de las entrada y de los abonos. Con la crisis no se lo pueden permitir. Pero son más los partidarios a los toros en esta ciudad que los contrarios. No hay más que ver, que cuando protestan fuera de la plaza no son más de treinta. Nosotros, lo de dentro, somos muchos más”, ha explicado Luis de Verástegi, de la peña Paco Ojeda.
De momento el Ayuntamiento trabaja en la redacción de un nuevo pliego de condiciones, “más adaptado a la realidad actual”, para la adjudicación de la gestión del recinto.