La violencia machista es una de las mayores lacras de nuestra sociedad. Gracias al trabajo y la denuncia de muchos colectivos se ha conseguido que esta lacra salga del ámbito privado. Sin embargo, desde la asociación de pensionistas y jubilados, Duintasuna denuncian que hay un colectivo de mujeres que siguen sufriendo esta violencia de una manera “casi oculta” y es el de las mujeres mayores. Según un estudio del Gobierno vasco en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa de 13.000 personas de más de 60 años que sufren maltrato 9.400 son mujeres.
Durante la concentración celebrada en San Sebastián, el portavoz de la asociación, Miguel Picaza, apunta que en general en nuestra sociedad hay una cultura de “en cuanto eres mayor eres una persona a la que no se le tiene en cuenta y se le atiende de modo caritativo, pero no con respeto de tú a tú”. A su juicio, este es el mayor problema de las personas mayores que a veces por sus deficiencias o incapacidades “parece que no hay que tenerles en cuenta”. En el caso de las mujeres, cuando llevan a una edad avanzada y muchas veces con diferentes grados de dependencia, sufren abusos provenientes, en el 75% de los casos, de los hombres de su familia.
Así, denuncian que muchas de ellas sufren “abusos económicos, maltrato físico, psicológico o sexual de manos de sus maridos, parejas, hijos, cuidadoras o de las instituciones cuando tienen que acudir a centros de asistencia”. Desde Duintasuna creen que las mujeres son el colectivo que “más dificultades tiene para defenderse”, ya que “la desconfianza a ser creídas, el miedo a denunciar, la situación económica y la vergüenza acrecientan la sumisión y el silencio”. En este sentido, han advertido que hay que sacar a la luz este “drama oculto”, admitir lo que está pasando y denunciarlo.
Pensiones de miseria
Además, han querido denunciar la situación de “precariedad, pobreza y abandono” a que son sometidas gran cantidad de mujeres mayores como consecuencia de las pensiones de miseria con las que cuentan para subsistir. Así, apuntan que más de un tercio de las víctimas tiene una pensión entre 300 y 600 euros, lo que unido a la escasez de servicios, recursos y prestaciones, les colocan en una “verdadera situación de pobreza”.
Picaza ha recordado que una vez al mes se concentran para reivindicar problemas referentes a los pensionistas y jubilados. Asimismo, piden que se les atienda en cuestiones como la dependencia de mayores, los recortes en las pensiones, y cosas más específicas como la cuestión por la que se han concentrado este mes “en torno al maltrato o la falta de consideración de las mujeres mayores pensionistas y jubiladas que están pasando situaciones muy delicadas”.