El Valle Salado de Añana se convierte de esta forma en el único paisaje europeo en la lista de los patrimonios agrícolas más importantes y suma un nuevo reconocimiento al Premio Europa Nostra que obtuvo en abril de 2015.
España presentó su candidatura a Patrimonio Agrícola en el 40º Período de Sesiones de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) celebrado el pasado mes de julio en Roma. La delegación española estaba encabezada por el subsecretario del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Jaime Haddad.
Hace unos días el evaluador de la FAO, Mauro Agnoletti, profesor de la Universidad de Florencia, realizó una visita al Valle Salado para conocer de cerca y en primera persona las características que hacen tan singular a este paisaje salino. Agnoletti manifestó que después de visitar 75 países en el mundo donde se produce sal no había visto algo similar. “El Valle Salado es único y extraordinario”, sentenció.
El Valle Salado de Añana, situado en la localidad de Salinas de Añana (Álava), es un paisaje salino en el que se lleva produciendo sal de forma natural y mediante técnicas tradicionales desde hace más de 6.500 años. En mayo de 2015 su proyecto de recuperación fue reconocido con el Premio Europa Nostra de Patrimonio Cultural.
“El Valle Salado por su historia, por su singularidad paisajística y arquitectónica, y por la forma en la que los salineros han conseguido mantener vivo hasta nuestros días un sistema natural y tradicional de producción de sal merecía ser reconocido Patrimonio Agrícola Mundial”, ha subrayado del delegado del Gobierno en el País Vasco, Javier De Andrés.
Se da la circunstancia de que el Valle Salado es un proyecto de recuperación que el actual delegado del Gobierno en el País Vasco conoce de primera mano. Durante su etapa como diputado general de Álava, entre julio de 2011 y junio de 2015, fue además presidente de la Fundación Valle Salado de Añana.
En mayo de 2013, la Fundación Valle Salado de Añana fue invitada por la FAO a presentar el proyecto de recuperación de las salinas dentro del IV Foro Internacional de Sistemas Importantes de Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) celebrado Japón.
En aquella ocasión, Javier De Andrés presentó ante representes de todo el mundo “un proyecto que fue considerado un paisaje único porque combina producción sostenible en un sistema vivo, en evolución, y en estrecha relación con el territorio y con sus ciudadanos”.
En el encuentro tuvo ocasión de conversar con el director general de la FAO, José Graziano da Silva, quien le transmitió su deseo de que algún día el Valle Salado fuera incluido entre los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial. Cuatro años más tarde ese deseo se ha convertido en realidad.