Los ingresos que aportan los inmigrantes a las arcas públicas son superiores a las prestaciones sociales que reciben, incluso en pleno periodo de recesión y frente a la extendida creencia de que es al contrario. El Observatorio Vasco de la Inmigración-Ikuspegi ha analizado el impacto económico de la inmigración en Euskadi en los años 2008 y en 2012. Es decir, justo al comienzo de la crisis y en plena recesión económica. Y en los dos años, los ingresos son superiores al gasto que se realiza en este colectivo. El saldo para el año 2008 se situó en algo más de 71 millones de euros y en 38 millones para 2012. En ambos casos el saldo es positivo, pero también hay que subrayar que se detecta el impacto de la crisis, ya que este saldo ha disminuido en torno a 33 millones de euros.
Si se analiza los datos de 2012, puede observarse que la cuantía se sitúa en 631 millones y que, por lo tanto, aun siendo un periodo de recesión económica, los ingresos aportados por la población de nacionalidad extranjera en la comunidad autónoma aumentan en 188 millones. En este caso, siguen siendo las cotizaciones sociales el ingreso más relevante –277 millones–, pero el ingreso en IRPF se incrementa sensiblemente y se sitúa en 201 millones. A más distancia se sitúan otros apartados como el IVA, los impuestos especiales o los ingresos a través de vivienda pública.
“Si bien en una primera lectura la evolución ascendente de los ingresos puede sorprender, la evolución es coherente y puede explicarse por medio de varios factores”, resalta Ikuspegi. En primer lugar, el aumento de la población de nacionalidad extranjera en el periodo que transcurre de 2008 a 2012. De igual forma, se puede destacar que en este periodo “se ha dado un importante aumento de la regularidad para la población extranjera, que deviene lógicamente en una mayor posibilidad de tener un contrato de trabajo y, por lo tanto, pagar tanto cotizaciones sociales como IRPF”.
Menor peso de la economía sumergida
En este sentido, Ikuspegi apunta que un modelo socioeconómico como el vasco, en el que la economía sumergida tiene un menor peso que en otras comunidades autónomas hace que los ingresos procedentes del IRPF sean mayores.
Además, el Observatorio incide en que la apuesta –y el gasto– en el País Vasco por una política de garantía de ingresos con “una cobertura alta y amplia” hace que el consumo entre las personas más vulnerables no disminuya tanto como en otros lugares y que este sostenimiento del consumo redunde en impuestos como el del IVA o los especiales, que de hecho, aumentan en el periodo de recesión económica.
El gasto en población extranjera para el año 2008 era de casi 372 millones de euros, lo que suponía un 5% del gasto total, una cifra muy parecida a su peso demográfico en Euskadi –5,4%–. Por partidas, el mayor gasto para la población de nacionalidad extranjera es el de educación, que se situaba en casi 131 millones de euros. En términos relativos, en cambio, era el correspondiente a prestaciones y servicios sociales, ya que este gasto suponía un 7% del total, frente al 6,3% de educación. En 2012 el gasto aumenta y se sitúa en 593 millones, que suponen un 7,4% del gasto total de ese año –el porcentaje de población extranjera es de un 6,9%–. La partida más relevante en este año en términos absolutos es la referida a prestaciones económicas y servicios sociales, que se sitúa en 236 millones, casi un 40% del gasto total de la población extranjera y un 11,2% dentro del gasto en este ámbito.