La familia recupera 88 años después los restos de un diputado republicano alavés asesinado al comienzo de la Guerra Civil

La familia de Modesto Manuel Azcona Garaicoechea, diputado republicano alavés asesinado poco después del alzamiento militar de julio de 1936, ha recuperado este sábado sus restos. Detenido y fusilado junto con otros diputados leales a la República, los restos acabaron en el cementerio de Bayas, pedanía de la localidad burgalesa de Miranda de Ebro, donde reposaron sin identificar durante más de ocho décadas. Unas pruebas de ADN llevadas a cabo recientemente con muestras aportadas por sus descendientes han permitido confirmar que eran los del diputado, natural de Navarra, y este sábado se ha celebrado un acto de recuerdo en Vitoria en el que se ha hecho entrega de ellos a sus descendientes.

Afiliado a Acción Republicana, Azcona, quien fuera diputado provincial por la circunscripción de Amurrio, acabó integrado en Unión Republicana. Fiel a la República, cruzaba con frecuencia la plaza en la que este sábado se le ha rendido homenaje, para acudir a trabajar al palacio de la Provincia, sede de la Diputación. Miembro de la Comisión Gestora de Álava, fue detenido transcurrido poco tiempo desde el alzamiento militar del 18 de julio de 1936 en el norte de África. Poco antes, agentes de paisano habían ido preguntando por él a la dueña de la pensión en la que se hospedaba en Vitoria. “Han dado un golpe de Estado en África, pero aquí no he hecho nada malo. ¿Qué me van a hacer?”, llegó a decir Azcona al ser advertido, según ha recordado este sábado su familia.

“Fue detenido sin causa, solo por sus ideales políticos y por representar a una institución leal a la legalidad de la República”, ha subrayado en el acto Ramiro González, diputado general de Álava. “Casi la mitad de aquella corporación fueron encarcelados y ejecutados extrajudicialmente. Un acto execrable que ni hemos olvidado ni olvidaremos”, ha recalcado. Entre la nutrida asistencia, se han dejado ver, entre banderas republicanas, cargos políticos, familiares y asociaciones memorialísticas.

“Sé siempre una buena republicana”

La nieta del asesinado, María Jesús Fuertes Azcona, ha hablado de la mochila de “dolor y rabia” que han portado sus familiares durante años. Ha aseverado que no solo su muerte fue dura, sino que ya en prisión tuvo que lidiar con otros agravios, como dormir sobre puro cemento. Su madre, hija de Azcona, nunca olvidó al hombre que, liberado de prisión, le prestó su colchón para que pudiera descansar mejor, ha recordado. La nieta de Azcona también recuerda que, antes de ser detenido, le dejó escondido en la perola un papelito a su esposa en el que se leía lo siguiente: “Sé siempre una buena republicana”. Esta mujer, que al poco sería viuda, trabajaba de maestra en Amurrio y también sufrió la represión de la Guerra Civil, pues fue depurada de su puesto y hubo de exiliarse a Inglaterra.

Azcona iba a ser conducido hasta otra prisión en Pamplona, pero los arrestados fueron desviados a medio camino. Entre ellos, además del propio Azcona, se contaban Teodoro Olarte Aizpuru, que fungía como diputado general de Álava, y otros miembros de la Comisión Gestora, como Casto Guzmán de Castro, Ricardo Ibáñez Hidalgo y Benedicto Luna López. Fueron todos asesinados por sublevados a orillas del río Ebro y después arrastrados por un carro tirado por bueyes. Fue el alcalde pedáneo de Bayas, apellidado Trichuelo, el que exigió que sus restos fueran conducidos hasta el cementerio, donde han reposado durante décadas. Si bien se sabe que estaban allí y pese a que algunos se han identificado ya, la familia de Casto Guzmán de Castro, también presente en el homenaje de este sábado, aún no tiene la confirmación oficial.

Las pesquisas las retomó en 2006 Raquel Romero, de la sociedad científica Aranzadi, a partir de nuevos testimonios y datos que se pudieron recabar y que sirvieron para reabrir el caso. “Sacaros fue como respirar”, ha dicho, con alivio, la nieta de Azcona. Hace apenas unos meses, en febrero de 2024, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos (Gogora) pudo confirmar definitivamente que los restos correspondían a Azcona gracias a las pruebas genéticas que los enfrentaron con las muestras de ADN aportadas por tres de sus nietas.

“Hoy se hace justicia desde el ámbito del reconocimiento y la memoria. Venimos a cerrar una herida profunda y una deuda pendiente”, se ha congratulado María Jesús San José, consejera de Justicia y Derechos Humanos. Ha remarcado que fueron “injustamente detenidos, torturados, encarcelados y asesinados” y que se les negó el derecho a la vida en nombre de una patria. Ha instado a recordar a quienes “soñaron con una sociedad más justa, más igualitaria y diversa”. En esa misma línea, González ha querido incidir en que tanto Azcona como los otros cuatro diputados tan solo defendían sus ideales políticos y representaban a una institución “leal a la legalidad de la República”. Tanto la consejera como el diputado general han reafirmado su compromiso con las labores que permitan que ninguna familia siga sin poder recuperar los restos de algún familiar asesinado durante la Guerra Civil. “Ninguna democracia debería construirse sobre fosas comunes”, defiende la nieta de Azcona, que durante la ofrenda floral se ha abrazado con la nieta de Olarte.

elDiario.es/Euskadi

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