En los comedores de las escuelas públicas vascas hay cinco tipos de menús: el menú basal, el menú sin cerdo, el ovolactovegetariano, el ovolactovegetariano con pescado y los adaptados a dietas con necesidades nutricionales especiales como intolerancias, alergias o dietas para patologías con tratamiento dietético específico. Sin embargo, no existen los menús veganos “ni se prevé” que se establezcan, como aseguran fuentes del Departamento de Educación del Gobierno vasco a este periódico, lo que ha suscitado las críticas de un grupo de familias que han creado la asociación FEUMVE (Familias Unidas por un Menú Vegano Escolar) para exigir que se incluyan los menús veganos en los colegios públicos de Euskadi.
Iñigo es padre de tres menores que estudian en un colegio público de Vitoria y asegura que se sienten “discriminados” tanto por el colegio como por el Gobierno vasco. “Nos sentimos discriminados por el Gobierno vasco y por el colegio también, porque tener un menú ovolactovegetariano para nosotros no es ninguna solución ya que consideramos que están atentado contra la ética y la moral de unas familias intentando imponer su forma de pensar”, señala. Según indica, además de en el comedor, desde el colegio no le dan a los menores opciones veganas en excursiones ni fiestas. “La dirección de nuestro colegio tomó la decisión de discriminarles cuando hay alguna fiesta y hay almuerzo especial, y no les ofrecen nada que no sea de origen animal para ellos. Eso les fastidia bastante porque no entienden, con lo sencillo que es darles algo similar sin animales”, lamenta.
Desde el Departamento de Educación explican que el menú ovolactovegetariano que se ofrece, además de incluir cereales como pasta, arroz y pan, contiene legumbres, patatas, frutas frescas, frutos secos y aceite. Aunque, según aclaran también “permite la inclusión en la dieta, de algunos alimentos de origen animal como los huevos y lácteos como leche y sus derivados”. “Este menú no incluye carne, ni pescado o marisco, ni productos que los contengan. En términos generales, se trata de ofrecer un plato ligero como cremas, ensaladas, arroces, pastas, sopa, verduras, etc. y un plato que represente el principal aporte proteico de la comida como las legumbres, huevos, productos fermentados de cereales y soja, etc. acompañados de un postre que puede ser lácteo o fruta y pan”, reconocen, sin especificar las razones por las que no se opta por incluir un menú vegano.
“Echan balones fuera diciendo que el menú vegano no tiene todos los nutrientes necesarios para una buena alimentación, cosa que es totalmente falsa ya que Osakidetza ha sacado una guía diciendo que una alimentación vegetariana o vegana es apta para cualquier etapa de la vida, por supuesto bien planificada pero como cualquier otra dieta sea vegana o no”, señala Iñigo.
Consideramos que están atentado contra la ética y la moral de unas familias intentando imponer su forma de pensar
La guía de Osakidetza a la que se refiere, es un documento aprobado el marzo de 2022 y realizado por el pediatra del Hospital de Mendaro Pablo Oliver Goicolea, con la colaboración de otros profesionales de la Salud del Hospital de Basurto, la Agencia de Salud Pública de Cataluña e incluso el Departamento de Pediatría del Imperial College NHS Trus Healthcare de Londres. En él se incluyen las pautas a seguir para que los menores desde que nacen puedan, de forma saludable, llevar a cabo una dieta vegana. Entre las recomendaciones que se realizan, el documento alerta de que “la suplementación de la vitamina B12 es obligatoria”. “Es obligada tanto en personas ovolactovegetarianas como en veganas, ya que está demostrado que este tipo de alimentación se asocia a déficit de esta vitamina. En caso de que no tome dicho suplemento (o no lo tome la madre en el caso de lactantes menores de 6 meses), pueden aparecer problemas graves como anemia, hipotonía, letargia, retraso en el desarrollo, etc.”, detalla la guía.
Todos los padres y madres entrevistados para este reportaje lamentan que, como alternativa al comedor, se ven obligados a pedir ayuda externa para dar de comer a sus hijos o reducir su jornada laboral para ser ellos quienes les atiendan a la hora de comer y así evitar “situaciones de discriminación” en los comedores escolares. Leire es madre de tres hijas, Lur, que cursa sexto de primaria, Eder, tercero, e Izar, Infantil. Viven en un pequeño pueblo de Gipuzkoa y, en el colegio público en el que estudian, al igual que en resto de centros públicos en Euskadi, solo tienen la opción del menú ovolacteovegetariano. En su caso, para evitar que las menores fueran al comedor, Leire se cogió una excedencia. “El curso que viene no voy a poder evitarlo y tendrán que ir al comedor. A ver cómo llevan el comer tan diferente a los demás, porque el menú ovolacteovegetariano difiere mucho del basal, aunque podría ser muy similar si el Departamento de Educación se lo permitiera. Las mayores no nacieron veganas pero la pequeña sí. Lur al igual que su hermana pequeña Izar, es vegana, Eder en cambio no lo es”, detalla.
Varias veces repite el primer plato, pocas veces se lo reemplazan por uno vegetal, por lo que come un único plato y se hincha a pan para poder aguantar la jornada
En su caso, escogen el menú ovolacteovegetariano sin pescado. “Es el que más se parece al vegano pero la mayoría de los días Lur no come un menú completo porque se niega a comer huevo o lácteos”, reconoce, aunque admite que en el colegio se esfuerzan para dar una opción vegana a la menor. “Hacen lo máximo que pueden para darle a Lur su menú vegano pero al gestionarlo el Gobierno vasco, les es muy difícil conseguirlo”, explica. “Dos veces a la semana tienen un plato con huevo y desde el colegio se esfuerzan para poder cambiárselo, aunque no siempre consiguen una proteína vegetal. Varias veces repite el primer plato, pocas veces se lo reemplazan por uno vegetal, algo que Educación no permite, y otras se queda solo con el primer plato y se hincha a pan para poder aguantar la jornada hasta que salen a las 16.30. Cada día me cuenta los tejemanejes que ha tenido que hacer con sus compañeros, como cambiarles un postre lácteo por pan o intercambiar el segundo plato no vegano por el primero vegano del compañero”, señala.
A pesar de que Leire considera que el menú ovolacteovegetariano es tan diferente al basal que hace que sus hijas “se sientan diferentes, incluso discriminadas”, reconoce que desde el colegio, a la hora de realizar actividades relacionadas con la comida o con cocinar, los profesores se implican para que su hija no coma nada que proceda de un animal. “La pequeña no lleva almuerzo y hacen almuerzo colectivo en clase. La profesora se encarga de que Izar siempre tenga su almuerzo vegano, si un día hace batido, ella misma compra bebida vegetal y la pequeña tiene su rico batido igual que sus amiguitos. Los días que hay una celebración, como puede ser el día del mercado de invierno, el colegio nos ofrece llevarle desde casa una txistorra vegana para ponerles en su bocadillo. No tenemos ninguna queja del colegio. Porque intentan que las niñas estén lo más integradas posible, pero al ser gestión pública, el menú del comedor es cerrado y tienen poco margen de maniobra”, lamenta.
El veganismo es mucho más que una dieta. Se trata de toda una filosofía en la que el objetivo es la no explotación y la no violencia hacia los animales
Desde la asociación FEUMVE (Familias Unidas por un Menú Vegano Escolar), su presidenta, Noelia Estraviz, explica que “en países como Reino Unido, Portugal, Alemania o Suecia el veganismo está presente en las escuelas” y que “en España hay comunidades como Catalunya y Comunidad Valenciana que también lo tienen protegido”. “Cuando se le deniega a un menor el menú escolar vegano se le deniega su derecho fundamental a la libertad de creencia. El veganismo es una creencia no contraria a la ley. Recordemos que el veganismo es mucho más que una dieta. Se trata de toda una filosofía en la que el objetivo es la no explotación y la no violencia hacia los animales. Es una convicción moral y esto está protegido por la constitución española y por la Carta de Derechos Humanos de la Unión Europea”, asegura Estraviz, que llevó al Parlamento Vasco su petición de incorporar un menú vegano en los colegios vascos.
El Parlamento Vasco a favor, el Departamento de Educación en contra
En la comparecencia, celebrada en mayo de 2022, todos los grupos políticos, incluidos los que componen el Gobierno vasco, PNV y PSE-EE se mostraron a favor de incluir la opción alimentaria que no incluya productos de origen animal. Sin embargo, desde el Departamento de Educación, confirman a este periódico que por el momento “no se prevé” crear un menú vegano. En respuesta a una petición de información realizada por el parlamentario de EH Bildu, Ikoitz Arrese y por la parlamentaria de Elkarrekin Podemos-IU, Isabel González, el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, consideraba que “tal y como se recoge en los requisitos de contratación del servicio de comedor en cuanto a la política nutricional, a la hora de confeccionar los menús ofertados, se valoran las características gastronómicas y culinarias de la zona, las recomendaciones de los expertos, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y las tendencias actuales en la alimentación de los niños y adolescentes”.
“En su ejecución debe tenerse muy presente el enfoque ofrecido por la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (Programa NAOS), con el fin de fomentar una alimentación saludable, el Documento de Consenso sobre la Alimentación en los Centros Educativos (Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud) y el Documento ”Iniciativas para una Alimentación Saludable en Euskadi“ del Departamento de Salud del Gobierno vasco. Se indica, asimismo, que se debe procurar el consumo diario de alimentos de todos los grupos de forma que se asegure un buen aporte diario medio de nutrientes. En la línea de la estrategia NAOS, la Asociación Nacional de Pediatría también traslada su preferencia en la etapa de crecimiento por las opciones de menor riesgo de deficiencias de proteínas, vitaminas, hierro, zinc y calcio, opciones que ofrecen las dietas omnívoras, o al menos, ovolactovegetarianas”, concluye.