En 1965, un grupo de amigos fundó la sociedad “Durango Merinaldeko Adizkideen Gerediaga Elkartea”, una asociación que, en su primer año de andanzas, organizó en el día de Todos los Santos la bajo los arcos de la iglesia Andra Mari, en Durango (Bizkaia) la “Feria del Libro y Disco Vasco”. Han pasado 54 años y la Azoka se ha convertido en el mayor encuentro literario de Euskadi.
Se necesita tiempo para recorrer los stands que componen la feria. En total son 405 referencias, 273 libros, 91 discos, 16 revistas, 5 audiovisuales y 20 productos variados la componen en un evento que finalizará este domingo. Este año, al igual que en la edición pasada, títulos de tres generaciones distintas se han encontrado. Entre las novedades del recinto, se encuentra el nuevo diseño de stands de madera, que hacen “más acogedor el encuentro”, según los visitantes, y los colores e iconos que están colocados para facilitar el recorrido.
“En el caso de la Feria de Durango, es importante que funcione como referencia y tenga la capacidad de atraer a nuestros creadores. En la feria de este año, como en la del año pasado, van a coincidir tres generaciones de escritores. Son tres generaciones que tienen relación entre ellas, que se conocen, se leen, se critican. Esto es algo nuevo y es importante”, ha señalado en una entrevista con eldiarionorte.es el consejero de Cultura del Gobierno vasco, Bingen Zupiria.
Grandes nombres de la literatura vasca como Bernardo Atxaga, Unai Elorriaga, Kirmen Uribe o Toti Martinez de Lezea se han mezclado con jóvenes promesas, como la bertsolari y escritora berriztarra Miren Amuriza, autora de Basa, su primera incursión literaria para adultos -con la que acaba de ganar el Igartza Saria, un premio para jóvenes escritoras para la escritura de novelas, o Aintzane Usandizaga, que recoge en su primer libro, Kabitu ezina, ocho historias, cuentos que rebuscan en las grietas de una cotidianidad gris y las fisuras de las relaciones humana.
Literatura y feminismo
“Venimos todos los años de egunpasa, no importa que esté un poco lejos. En la cuadrilla nos gusta leer en euskera y la música también. Además nos gusta que cada vez haya más literatura feminista”, ha señalado la gaisteiztarra Aintzane, que ha viajado desde Vitoria para disfrutar la feria con sus amigas.
Y es que, el #MeToo se ha instalado entre los libros de la feria de Durango y parece que llega para quedarse, con historias como la que cuenta la bilbaína Aixa de la Cruz, en Cambiar de idea, que analiza el proceso del feminismo y su propia de toma de conciencia o la obra Errebelde 50 bider , escrita por varias autoras, que retrata a 45 mujeres de cinco diferentes colectivos que rompen estereotipos: amas de casa, raquetistas, campesinas, remeras y sirgueras desde el siglo XVI hasta hoy en día. En cuanto a los ensayos, Varios autores vascos analizan la construcción de nuevas masculinidades en 'Ongiz-on!: Deconstruyendo la masculinidad tradicional y fomentando la participación de los hombres en la construcción de la igualdad y Miren Artetxe coordina un volumen que se plantea darle una vuelta al bertsolarismo teniendo en cuenta todo esto en 'Bertsolaritza feminismotik (bir)pentsatzen'.
“Está muy bien que los jóvenes escriban y lo hagan sobre cosas nuevas y cosas que no se decían antes. Lo importante es que lean, es lo que les digo yo a mis nietos”, ha indicado Fernando, de Bilbao, que se ha acercado este sábado a la feria con su mujer y sus dos nietos.
Una cita imperdible para los euskaldunes, en la que pequeños y mayores disfrutan durante unos días de la cita cultural más importante del año en Euskadi, una vez más, convierte a Durango en el mayor escaparate de la producción de la cultura vasca.