Los forenses apuntan a que el acusado de apuñalar a dos mujeres en Vitoria podría haber utilizado varios cuchillos

Forenses han afirmado que el acusado de matar a puñaladas a su exmujer y a su exsuegra el 20 de abril de 2018 en Vitoria podría haber usado varios cuchillos en la agresión, ya que en el lugar la Ertzaintza encontró cinco armas blancas y el elevado número de heridas, más de 30 en cada uno de los casos, podría apuntar a que las atacó con dos cuchillos, uno en cada mano.

La Audiencia Provincial de Álava ha retomado este lunes el juicio contra el acusado, para el que la Fiscalía pide 50 años de cárcel como autor de dos delitos de asesinato con alevosía con agravantes de parentesco y razones de género, y reclama que se le quite la patria potestad sobre los dos hijos que tuvo con su exmujer y los indemnice a ellos y a los familiares directos de las víctimas con 1.220.000 euros. La acusación particular, por su parte, solicita 55 años de cárcel para el acusado y la Asociación Clara Campoamor, personada como acusación popular, 60 años de prisión, informa Europa Press.

En la jornada de este lunes se han presentado los informes médicos forenses de las autopsias, tanto de MJ, la exmujer del acusado; como de su exsuegra, F; que recibieron 33 y 38 heridas de arma blanca, respectivamente. La médico forense que ha expuesto el informe de MJ, ha detallado que su cuerpo presentaba 33 heridas, algunas de ellas de defensa en brazos y manos, tanto para protegerse de la agresión como para evitarla. Por ello, ha destacado que el ataque no fue por sorpresa, ya que le dio tiempo de darse cuenta del ataque.

Tras destacar la abundante sangre que encontró en la ropa de la víctima y en el suelo del ascensor del edificio, ha detallado que la víctima presentaba heridas en el cuello, tórax y abdomen. La causa inmediata de la muerte fue una de las heridas que llegó a la cavidad torácica, que le produjo una hemorragia aguda interna, un colapso pulmonar, aunque también ha señalado que perdió mucha sangre con las heridas del cuello.

En su declaración el pasado lunes, el acusado confirmó que el día del ataque llevaba consigo un cuchillo que solía utilizar para comer en el trabajo porque “pensaba hacerse daño”. No obstante, en el escenario de los hechos, la Ertzaintza encontró cinco cuchillos y la forense ha señalado que cualquiera de ellos podría haber causado las lesiones. A preguntas de la acusación popular, la forense ha detallado que dos de los cuchillos, por su morfología, son los que más probable hicieron la herida del tórax.

Según ha explicado a preguntas de la Fiscalía, las agresiones comenzaron por el cuello y la cara, heridas que podrían considerarse intimidatorias, con las que el atacante buscaba “invadir el cuerpo de la víctima”; posteriormente heridas de defensa y las del tórax, que provocó que posiblemente perdiera la consciencia. También ha subrayado que los hematomas de las rodillas apuntan a que la víctima calló al suelo. Respecto a la autopsia de F, exsuegra del acusado, la médico forense ha recordado que fue trasladada al Hospital de Txagorritxu, de la capital alavesa, donde falleció a las 12.30 horas del mismo 20 de abril de 2018.

El informe indica que el cuerpo presentaba 38 lesiones “incisas y punzantes”, la mayoría en las extremidades superiores, en manos, brazos, tórax y cuello. Según ha precisado la forense, en las extremidades superiores presentaba 24 lesiones, el 63% del total. Además, ha indicado que en su cuerpo se apreciaban signos de defensa. Una de las heridas del tórax, a pesar de ser pequeña, profundizó mucho y llegó al lóbulo superior pulmonar izquierdo, herida que indica que la víctima podría haber quedado tumbada o inclinada hacia atrás.

No obstante, ha señalado que la herida mortal fue la que recibió en el cuello, que le rompió el hueso de la laringe, lo que le provocó una insuficiencia respiratoria aguda, causa de la muerte. Tras especificar que la mujer se encontraba en ese momento “debilitada”, ha indicado que la herida mortal es la última que le causó el agresor, y que ella se estuvo defendiendo “hasta el final”.

También ha destacado que el numeroso número de lesiones hace compatible que el agresor llevara dos cuchillos en el ataque, uno en cada mano. Asimismo, ha indicado que de los cinco cuchillos recogidos por la Ertzaintza en el lugar de los hechos, uno de ellos presentaba la punta mellada, por lo que podría ser el que mató a F, ya que el hueso que le rompió de la faringe es “muy duro”. La forense ha indicado que la víctima tenía en sus uñas restos genéticos, tanto del acusado como de su hija, por lo que ha apuntado a que podría indicar que intentó auxiliar a MJ en el momento de los hechos.

En la sesión de este lunes también han declarado los médicos del Hospital Santiago de Vitoria que atendieron al acusado tras los hechos. Según han destacado, el hombre se encontraba consciente, orientado y muy colaborador. También han declarado por videoconferencia los doctores que en el centro penitenciario se entrevistaron con el acusado para elaborar el informe con la prueba pericial sobre la imputabilidad de la persona, para determinar si cuando cometió el delito, el acusado se daba cuenta de lo que hacía.

Según han explicado, el acusado no presenta ninguna alteración de sus capacidades cognitivas y ninguna enfermedad psíquica que alterara sus facultades. En concreto, han señalado que padecía una depresión cronificada pero de carácter laboral, no relacionada a los hechos que se juzgan. En este sentido, han afirmado que al no tener enfermedad, no es comprensible su comportamiento, y que lo hizo “con conocimiento de causa”. En el informe de la entrevista realizada, los doctores señalan que el acusado “mide sus respuestas” y contesta con “frases estudiadas” , y en el juicio han puesto como ejemplo que mostraba “preocupación y tristeza” por las víctimas de violencia de género “en general” , pero no por su exmujer y exsuegra, sin mostrar arrepentimiento.

Por otro lado, tres agentes de la Policía Científica de la Ertzaintza han declarado como peritos para exponer la información que encontraron en los teléfonos móviles de las dos víctimas y acusado. Según han señalado, las antenas de cobertura del móvil del acusado indican que el día anterior a los asesinatos, el 19 de abril, el hombre que en ese momento residía en Mondragón, viajó a Vitoria. En concreto, las antenas le ubican en la zona norte de la ciudad, cerca del domicilio de su exmujer, donde estuvo desde las 16.00 horas hasta las 18.20 horas. Asimismo, estas mismas antenas sitúan el teléfono del acusado en Vitoria el día de los hechos, a las 11.05 horas, también en la zona norte de la capital alavesa, donde se encontraba el domicilio en el que ocurrieron los asesinatos.

elDiario.es/Euskadi

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