De la Fórmula 1 a coches eléctricos y misiones a Marte: la vieja mole de Épsilon-Euskadi al fin tiene nueva vida
AVS Next es una empresa del sector aeroespacial que ha participado en la misión de la NASA a Marte. La Fundación Centro de Tecnologías Aeronáuticas emplea un túnel de viento. Y Basquevolt es el gran proyecto vasco para la fabricación de baterías para vehículos eléctricos. Los tres están instalados en el edificio E9 del parque tecnológico de Miñano, a las afueras de Vitoria, más conocido como el Marie Curie. Nada tendrían de particular en un polígono vivo y con vis expansiva si no fuera por el hecho de que han conseguido dar vida, tras casi una década abandonado, al viejo pabellón del sueño roto de la Fórmula 1 vasca, Épsilon-Euskadi, que no solamente no corrió ni una sola carrera en esa categoría sino que se tragó del orden de 50 millones de euros públicos. Y no sólo eso: el Gobierno vasco sostiene en un informe enviado al Parlamento que ya no está perdiendo dinero con el mantenimiento de esa gran nave.
Según los datos facilitados a la Cámara a instancias del parlamentario de PP+Cs Carmelo Barrio por la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, de quien depende la sociedad pública que gestiona el parque, los tres inquilinos pagan entre 7 y 10 euros el metro cuadrado y han abonado ya 236.491 (sin IVA) en concepto de arrendamiento. AVS llegó en octubre de 2021, Fundación Centro de Tecnologías Aeronáuticas en noviembre de ese año y Basquevolt en diciembre de 2022. Miñano “repercute” a las compañías 49.940,28 euros (sin IVA) por “gastos comunes” mientras que destina 36.004,92 euros (sin IVA) en “mantenimiento”, esto es, en climatización, protección antiincendios, seguridad o jardinería.
La joya de la corona del pabellón siempre fue el túnel del viento. Allí entrenaba Alberto Contador cuando era favorito para ganar las mejores carreras ciclistas o se presentó un nuevo balón para la Primera División de fútbol. Ahora vuelve a tener uso, aunque admite Tapia que se han destinado 695.999,97 euros (sin IVA) en “trabajos de puesta en marcha” realizados entre febrero y noviembre del pasado año. Se explica que el contrato de 2021 con la Fundación Centro de Tecnologías Aeronáuticas “requería de los trabajos de acondicionamiento de la instalación”. Además, Miñano ha tenido que desembolsar 31.271 y 187.805,07 en otras inversiones en el Marie Curie antes de pasar a ser rentable por vez primera en 2023.
El proyecto Épsilon-Euskadi estaba capitaneado por el catalán Joan Villadelprat, exjefe de mecánicos de Ferrari. Era parte de un tridente impulsado políticamente por el PNV que incluía también un posible circuito de carreras en Araka en sustitución del actual cuartel del Ejército y un vehículo eléctrico llamado a revolucionar mundial y llamado Hiriko. Arakamendi nunca pasó de pegatina promocional e Hiriko, con muchas conexiones en cuanto a personal y flujos de dinero con Épsilon-Euskadi, naufragó también a pesar del apoyo público y ahora busca renacer con otro nombre en Navarra.
Villadelprat, que definió Épsilon Euskadi como un “proyecto nacional vasco”, se instaló en Vitoria tras pasar por Gipuzkoa y organizar también una carrera urbana en Bilbao. Pero el proyecto, con un 90% de financiación pública, entró en crisis. Tocó la puerta de los bancos, pero recibió un portazo. ¿Qué ocurrió? Que Miñano se convirtió en avalista. Por ello, cuando quebró la escudería, Miñano tuvo que poner 16,4 millones para recomprar unas instalaciones que ya eran suyas. En 2020 se estimaba que había que devolver 900.000 euros de principal más los intereses. En 2014, el primer año, eran de 400.000 euros. Entonces se dijo que se habían “renegociado” y bajaron 100.000 euros al año.
Entretanto, a la dirección del parque le resultaba imposible colocar una nave de 13.700 metros cuadrados útiles. Todavía hacia 2015 se insistía en la idea de volver a llamar a la puerta de escuderías de Fórmula 1, aunque la tecnología había quedado ya completamente obsoleta para la alta competición. En concreto, informes oficiales indicaban que se había sondeado al estadounidense Gene Haas y al serbio Zoran Stefanovic. En 2020, cuando se organizó una visita, todo seguía congelado en el tiempo tal y como lo dejó casi diez años antes el personal de Épsilon-Euskadi. Desde entonces, se ha intentado rentabilizar el lugar al menos con rodajes de anuncios y películas en un espacio que mantiene un cierto aire futurista. Sólo desde 2021 el Marie Curie ha vuelto a tener actividad.
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