La plataforma ‘Caravana Abriendo Fronteras – Mugak Zabalduz’, que ha contado con más de 300 activistas de diferentes puntos de España, puso rumbo a Italia el pasado 13 de julio con el objetivo de denunciar las políticas xenófobas y la vulneración de los derechos humanos de los migrantes por parte de la Unión Europea.
Más de 100 organizaciones sociales han cooperado en proyecto reivindicativo. Desde Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga, Cantabria, Palencia, Valladolid, Pamplona, Bilbao, Vitoria y Donostia. Desde la capital vizcaína salió un autobús de la iniciativa ciudadana ‘Ongi Etorri Errefuxiatuak’, según comunicaron, por “la criminalización de la solidaridad”; en Pamplona, los participantes estuvieron acompañados, en su salida, por la asociación feminista ANDREA-lunes lilas, donde se encontraba la activista María Teresa Sáez Barrao, parlamentaria en la comunidad foral de Navarra y participante en las jornadas pasadas de la ‘Caravana Abriendo Fronteras’; en Vitoria el acompañamiento lo realizaron ‘Errekaleor Bizirik!’, organización okupa que lleva instalada en un barrio alavés desde 2013.
Todos ellos se encontraron en Salt (Girona) donde realizaron un acto político y dieron el pistoletazo de salida para comenzar con las protestas hasta el día 22, fecha de regreso a Barcelona. Las reivindicaciones de los participantes vienen motivadas por las políticas racistas y xenófobas por parte de el ministro de Interior italiano, Mateo Salvini. Este año, Italia, país destino, ha sido uno de los focos mediáticos a raíz de la recepción de mayor número de migrantes y refugiados, y en las últimas semanas, por el rechazo a las llegadas mediante sistemáticos cierres de fronteras, costas y puertos.
Primera parada: Ventimiglia
Primera parada: VentimigliaPero antes, los 300 activistas hicieron un alto en el camino el sábado 14 de julio en Ventimiglia, ciudad italiana fronteriza con Francia, donde se halla uno de los muchos campos de refugiados y donde las organizaciones locales celebraron una manifestación en la que participó la plataforma ‘Caravana Abriendo Fronteras’ una “manifestación internacional por un permiso de residencia europeo para las personas migrantes y refugiadas”, como anunciaron desde la plataforma. Según apuntaba la red italiana convocante de la marcha, ‘Proggeto20k’, la frontera francoitaliana es una de las fronteras internas “más letales de Europa”. En esta movilización, concentraron más de 3.000 participantes procedentes de organizaciones francesas, italianas y donde se encontraban por supuesto, los activistas de la red de organizaciones ‘Caravana Abriendo Fronteras’. En el manifiesto leído en Ventimiglia, donde se denunció la “brutalidad” de las políticas llevadas a cabo en este territorio y donde se reivindicó el derecho a la movilidad y acogida digna, también se expresó el enfado para con las actuaciones de las instituciones: “Si el Mar Mediterráneo es una fosa mortal, Ventimiglia es el símbolo del fracaso de la Europa abierta en su interior, una frontera Schengen de aquellas que ya no deberían existir para las personas”. Además de reafirmarse en la idea de considerar la organización de acogida como un fracaso y de señalar que los migrantes que pasan por la zona “prefieren dormir a la intemperie” que sufrir hostigamiento por parte de la policía, desde la portavocía de ‘Caravana Abriendo Fronteras’ se criticó la gestión de los centros de refugiados: “Son espacios de segregación y despersonalización que cuestionan la dignidad humana”.
El domingo llevaron a cabo actividades de experiencia en la acogida de migrantes en conexión con los colectivos del lugar, que lidian a diario con los refugiados. ‘Caravana Abriendo Fronteras’ hizo algunas pausas en ciudades italianas como Riace (Calabria), donde “pretenden estrechar lazos de solidaridad, articular redes, y conocer y apoyar iniciativas de acogida”. También visitaron Palermo, donde se volvieron a movilizar el lunes 16 de julio gracias a la organización de las plataformas locales que conforman el ‘Forum Antirracista Palermitano’. Incluso el mismo alcalde de la ciudad, Leoluca Orlando, estuvo presente y tuvo unas palabras para los allí presentes, unas palabras que alivian y dan esperanzas entre una clase política no siempre lo suficientemente comprometida: “Cuando preguntan cuántas personas migrantes hay en Palermo digo que ninguna. Todas las personas que llegan a la ciudad son en ese momento palermitanas”. La mañana siguiente en la ciudad se dedicó a la convivencia con los colectivos de ayuda a los migrantes para intercambiar experiencias, un encuentro para enriquecerse de forma multilateral y crear unos lazos aún más fuertes entre el voluntariado de los diferentes Estados. Los activistas procedentes de la península también quisieron detenerse en el cementerio de Rotoli en Palermo, donde, como apuntaron, “las diferentes asociaciones preservan la memoria de las personas migrantes muertas” con el objetivo de no olvidar a los caídos en la batalla que se libra cada día en el Mediterráneo, una batalla por no morir ahogados, por hipotermias o inanición.
Un martes para no olvidar
Un martes para no olvidarVisitaron algunos puertos donde se encuentran multitud de ONG y embarcaciones de ayuda, organizaciones que en los últimos tiempos están sufriendo la criminalización y persecución de las instituciones italianas. El mismo martes 17 de julio, Salvini anunció que no permitiría atracar en los puertos italianos a la rescatista embarcación española ‘Proactiva Open Arms’. El ministro de interior italiano les ha declarado la guerra, es más, sus amenazas a través de su cuenta de Twitter evidencian su inexistente predisposición: “Sólo verán los puertos italianos en una postal”. Este mismo día, el Astral, de ‘Proactiva Open Arms’ halló a una mujer aferrada a dos cuerpos sin vida y una embarcación destrozada (supuestamente, según apuntan desde la propia ONG española, ante la omisión de socorro por parte de los guardacostas libios). Josefa, que ese es el nombre de la superviviente, ha desembarcado este sábado 21 de la mano de sus salvadores en Palma de Mallorca ante el inflexible veto de Salvini. Josefa contará con un visado provisional de 45 días.
Sicilia es la principal vía de entrada de migrantes y refugiados procedentes de las fronteras turcas y norteafricanas, por ello la ‘Caravana Abriendo Fronteras’ dedicó la mayoría de su travesía a conocer la isla. El miércoles 18, se manifestaron contra las bases militares del territorio, bases militares que provocan las guerras de las que huyen los refugiados. También se denunció la situación de localidades como Mieno (Catania), donde según apuntaron “se encuentra el mayor centro de internamiento de solicitantes de asilo de la UE, donde se han llegado a hacinar hasta 4.000 personas, en tiempos de espera de hasta dos años”.
Caravana feminista y antimilitarista
Caravana feminista y antimilitarista‘Caravana Abriendo Fronteras – Mugak Zabalduz’, además de luchar por la humanización de los gobiernos, por la recepción de refugiados, por más recursos para albergar a los migrantes y por abolir las iniciativas y políticas xenófobas, al poseer una perspectiva feminista, integradora y transversal, también exigió en su comunicado de salida “hacer visible la presencia de las mujeres y niñas en los procesos migratorios y denunciar la violencia sexual a las que se enfrentan, así como la vulnerabilidad específica de las personas LGTBI+”. Otra de las reivindicaciones que llevó a cabo desde La Caravana, se plasmó en su intervención en Catania, donde se denunció la presencia de bases militares estadounidenses en la zona, que mantienen a la isla como un mero instrumento portaaviones para poder intervenir en conflictos armados en Oriente Medio y África.
Del mismo modo, desde la plataforma, se exigió el jueves 19 mediante una multitudinaria manifestación en Catania el cierre de los CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros), donde los migrantes aguardan su expulsión inevitable y la disolución del Frontex (refuerzo y apoyo costero y fronterizo a la UE). La policía siciliana blindó las sedes ante la presencia de cientos de activistas. Desde La Caravana reclamaron “políticas de acogida dignas y efectivas y la derogación del Reglamento de Dublín”. Este reglamento establece que el país que recibe a los migrantes confecciona los criterios para la solicitud de asilo además de ilegalizar el desplazamiento de migrantes de un país de la UE a otro. Por esta razón, algunos países fronterizos como Italia pidieron compartir responsabilidades al comprobar la llegada de refugiados tras agudizarse el conflicto armado y el hambre en zonas de Oriente Medio, Balcanes o Asia del Sur. Con la llegada de Salvini, además de la petición de cooperación con otros Estados, se endurecieron las políticas de interior italianas, llegándose a cerrar los puertos para impedir la llegada de refugiados.
Los más de 300 activistas que salieron de todos los puntos del Estado español, entre los que se encuentra la parlamentaria navarra María Teresa Sáez Barrao, han definido la experiencia como una recarga de esperanzas. “Vivir en directo y entender lo que está pasando. Compartir tiempo con los italianos que están a pie del cañón. Estoy entusiasmada, aunque hayamos visto la crudeza, porque hay esperanza y es posible sacar de todo esto algo positivo. Es un ejemplo de convivencia”, ha comunicado a través de un vídeo difundido en las redes sociales Sáez Barrao.
El viernes y sábado 20 y 21 de julio, los activistas pasaron sus últimos momentos de travesía en Riace (Calabria), escuchando a su alcalde, Mimmo Lucano, un activista comprometido con la causa, y a los portavoces de los diferentes colectivos de ayuda a refugiados de carácter local. A pesar de ser un pueblo sin recursos, “Calabria es hospitalaria y acogedora”, han informado. Los vecinos de Riace, en un acto de cierre y despedida se entremezclaron con los desplazados para cantar a coro el himno partisano de la resistencia italiana que, durante la II Guerra Mundial luchó contra el fascismo. Un simbólico canto, pues desde esa última guerra a nivel internacional, no se había producido una crisis migratoria y humanitaria igual.
Historial
Historial La red de colectivos ‘Caravana Abriendo Fronteras – Mugak Zabalduz’ ya se embarcó en un viaje para exigir derechos humanos tanto en 2016 como en 2017. Hace dos veranos, también fueron 300 los activistas que pusieron rumbo a Grecia para manifestar el descontento y denunciar el acuerdo al que llegaron Turquía y la Unión Europea, un pacto conocido como “acuerdo de la vergüenza” según tacharon desde los colectivos. Allí exigieron un pasaje seguro y una acogida digna para los exiliados de guerra, en ese caso, del conflicto sirio. El pasado año fueron 500 las personas que participaron en el viaje-denuncia, esta vez con destino Melilla por la eliminación de concertinas de las vallas, para detener las devoluciones en caliente (un problema que ha vuelto a aflorar entre Francia y España) por parte de las autoridades y solicitar mejoras en los centros de internamiento y de estancia temporal para personas extranjeras. También entonces hubo lugar para focalizar la lucha en, como apuntaban desde La Caravana, “la violencia a la que se enfrentan las mujeres en el tránsito, la explotación laboral de las trabajadoras transfronterizas y los acuerdos de externalización de fronteras con Marruecos”.