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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El Gobierno vasco anuncia ahora un fondo de emergencia para Zaldibar, que se echa a la calle tras la tragedia

El lehendakari, Iñigo Urkullu, se ha reunido este lunes de urgencia con los alcaldes de los municipios próximos al derrumbamiento que el pasado jueves 6 de febrero sepultó a dos trabajadores que aún no ha sido localizados, en una mesa de diálogo en la que ha acordado, entre otras cuestiones, crear un Fondo Interinstitucional para Emergencias.

A la reunión, que se ha celebrado tan solo unas horas después de que Urkullu haya informado del adelanto electoral en Euskadi, también han asistido dirigentes del Gobierno vasco, así como el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria y Jose Luis Maiztegi. alcalde de Zaldibar, Juan Carlos Abascal, de Ermua y Miguel de los Toyos, alcalde de Eibar. Mientras tanto, a la misma hora, miles de ciudadanos de Zaldibar, Eibar y demás localidades de la comarca se han concentrado en una manifestación ruidosa que ha recorrido las calles de Ermua para reivindicar la prioridad de sacar a las personas atrapadas en la avalancha y denunciar la contaminación que genera el vertedero.

Las conclusiones tras la reunión, que ha tenido una duración de dos horas, se dividen en seis propuestas: reforzar la “Mesa de Crisis” y los dispositivos de búsqueda y emergencia; mantener abierta una línea de comunicación con la ciudadanía para informar de las mediciones de calidad de agua y aire; reforzar el equipo técnico de geología, topografía e ingeniería; crear una acción coordinada de los servicios de emergencia y bomberos para controlar los incendios -ya que aseguran que al estar en una zona complicada no pueden utilizarse medios habituales-; dejar claro que la responsabilidad no es de la Administración sino de la empresa propietaria del vertedero “a la que se le está exigiendo todas las explicaciones, documentación y medidas para reparar el daño causado”; y, por último, la creación de un Fondo Interinstitucional para Emergencias, una opción que se planteará el próximo jueves día 13 en el Consejo Vasco de Finanzas Públicas.

Han pasado cuatro días desde que tuvo lugar el derrumbamiento que sepultó a dos trabajadores que aún no ha sido localizados, y la preocupación y angustia que viven los vecinos es palpable al pasear por las calles de las localidades vizcaínas de Zaldibar y Ermua.

Los vecinos de las zonas más próximas al vertedero han despertado este lunes con una misiva del alcalde de Zaldibar informando de que el martes se realizará un Pleno urgente en el Ayuntamiento con el objetivo de informar acerca de la situación actual del vertedero; y otra del alcalde de Ermua (por la proximidad que tiene el barrio de San Lorenzo de ese municipio con la zona afectada) en la que no habla de los desaparecidos ni de su búsqueda pero que trata de tranquilizar a sus habitantes asegurando que se les va a informar en todo momento “si apareciera algún indicador” que les llevase a pensar que puede llegar a haber “algún peligro para la población”, pero que por el momento “la calidad del aire se mueve dentro de los parámetros normales”.

Sin embargo, ni los mensajes de sus alcaldes ni el hecho de que el lehendakari, Iñigo Urkullu haya asegurado que “está” en Zaldibar, -a pesar de no haber comparecido hasta este lunes- como él mismo ha señalado “no físicamente, pero estoy”, tranquilizan a los habitantes.

A pesar de vivir a escasos metros de una humareda provocada por el incendio que se ha originado en el vertedero y el peligro constante de nuevos corrimientos a causa de la inestabilidad de la zona, que ha obligado una vez más a detener la búsqueda de los dos desaparecidos, los vecinos del barrio de Eitzaga en Zaldibar y de San Lorenzo, en Ermua (se encuentran el uno del otro a 20 minutos caminando) han continuado sus rutinas.

Según datos oficiales de Medio Ambiente, “la entrada total de residuos registrada en el vertedero de Verter Recycling fue de 379.689 toneladas en 2017; de 540.667 toneladas en 2018, y de 510.994 toneladas en 2019”. Y añade: “En lo que se refiere a las entradas de materiales de construcción que contienen amianto (placas, tuberías y canaletas de fibrocemento, principalmente), las entradas fueron de 2.954 toneladas en 2017; 2.592 toneladas en 2018, y 4.235 toneladas en el año 2019”, haciendo un total de cerca de toneladas potencialmente peligrosas.

En una rueda de prensa que ha tenido lugar en Zaldibar este lunes, la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, ha anunciado que el vertedero estaba al 75% de su capacidad máxima, cuantificada en 2,4 millones de toneladas. Moreno ha señalado que en la última inspección que su departamento realizó a las instalaciones, en julio de 2019, “había cosas pequeñas que no se estaban haciendo bien”, pero, ha recalcado que en ningún caso apuntaban a que existiera un “riesgo de inestabilidad”.

“Parecía que estábamos en una guerra”

“Parecía que estábamos en una guerra. Un ruido horrible y, después, silencio. Yo no soy muy miedosa, pero no podemos seguir viviendo con eso ahí. Llevamos 18 años aquí y no teníamos ni idea de lo que estaba entrando en ese vertedero y eso que vivimos a apenas 200 metros en línea recta de donde se ha producido el derrumbamiento”, comenta una vecina de uno de los caseríos de la zona, que ha aprovechado la mañana del lunes para inspeccionar los alrededores del vertedero, a pesar de que dos patrullas de la Ertzaintza han cortado las dos entradas y acordonado los alrededores.

Teresa está preocupada porque su nieta estudia en el colegio San Lorenzo de Ermua, a menos de un kilómetro del vertedero. En la puerta del colegio, la misma carta del alcalde. Padres y madres se paran a leerla antes de entrar a recoger a sus hijos al colegio. No se habla de otra cosa en las calles: “Tienen que hacer algo ya”.

Tal es la preocupación que los vecinos del barrio han lanzado un manifiesto dividido en cuatro partes: la primera, en la que muestran su pésame a las familias de los dos trabajadores, además de exigir no detener la búsqueda hasta hallar los cuerpos. La segunda, reclaman “información concreta y transparente” sobre lo ocurrido y las posibles afecciones que esto puede provocar para los vecinos. La tercera cuestión que solicitan es que se realicen pruebas en el agua y los terrenos –tanto ahora como hasta que se culmine la descontaminación–, además de un seguimiento del estado de salud de aquellos ciudadanos que viven en casas y caseríos próximos al vertedero. Por último, la cuarta parte del manifiesto pide “coordinación entre instituciones y un plan de actuación por parte del Gobierno vasco” al que le exigen que se haga responsable y “cierre el vertedero, sacando todos los materiales tóxicos y sellando todo el área”.

“No hay interés por sacar a nuestro tío”

Por su parte, la sobrina de uno de los trabajadores atrapados por la avalancha ha manifestado su rabia e impotencia a través de las redes sociales por “la falta de voluntad para encontrar a los desaparecidos”. “Cuarto día y todo sigue igual. No vemos interés para sacar a nuestro tío de ahí. Habéis convertido el dolor en rabia e impotencia. Queremos a nuestros familiares”, escribe la afectada en twitter.